Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
2-3-2006
¡Las múltiples canalladas en Camisea!
Pluspetrol, una firma muy pequeña que no está ni siquiera entre las
primeras 100 del mundo en energía o petróleo, exporta con el nombre de
nafta, diesel y gasolina, desde Pisco y en una cantidad no menor a ¡35
mil barriles diarios! Para evitar el ojo público ha fabricado un
conveniente pleito con la Municipalidad de Paracas de modo que, en
clásico giro, los abogángsteres hacen de las suyas pero el bicho de
fondo, el negociado que sufraga en exceso los costos de Pluspetrol
¡está vivito y coleando!
¡Esa misma nafta es la que se derrama por el gasoducto cada vez que se
parte o deteriora en alguno de sus tramos! Como aquí ningún líder
político o presidencial ha metido diente en el asunto escandaloso que
es que un "gasoducto" con menos de 12 meses falle hasta en cuatro
oportunidades, los grandes vivos de Pluspetrol, Techint y TGP, salen
bien librados. ¡Hay cobardías dolarizadas!
Por eso a estas empresas no les importa un ardite vender gas en el
Perú. Todo lo exportan y lo cotizan afuera más barato que lo que Perú
paga ¡por esos mismos productos cuando los importa! ¿Y a quiénes se
los compra?: ¡a estas mismas firmas! Entonces si el gas sube y grava
el ultra-dañado bolsillo popular, a Pluspetrol, Techint y TGP, les va
y les viene. ¡Total el rédito es vender en el exterior! ¡Y que los
peruanos se jodan! (Así se lo escuché a un funcionario argentino).
Y en la cara pelada de los políticos de juguete que son los nuestros y
en plena campaña electoral, Norberto Benito, el hombre fuerte,
contador público hijo de Argentina, dice que la culpa de las fallas
del gasoducto la tienen nuestras topografías que son sísmicas.
¿Caradura el tipo, no?
Algunas comparaciones pueden resultar sumamente incómodas para los
responsables del adefesio que hoy llaman gasoducto: 1.- El gasoducto
Bolivia-Brasil costó $ 2 billones de dólares por un tramo de 3000 kms.
que va de Santa Cruz-Porto Alegre -Santa Catarina-Sao Paulo con un
diámetro de 48 pulgadas y 50 turbo compresores marca Solar; 2.- El
gasoducto de Camisea costó $ 1.6 billones de dólares por un tramo de
400 kms. con un diámetro de 20 pulgadas y 4 turbinas; 3.- El Oleoducto
Norperuano costó 800 millones de dólares por un tramo de 800 kms. que
va de Loreto-Amazonas-San Martín-Cajamarca-Piura con un diámetro de 48
pulgadas con 35 turbinas y muelle de embarque en Bayóvar.
¿Quién explica estas diferencias de costos? ¿Qué entidad seria e
imparcial ha auditado estos mismos costos? ¿Cuáles son las diferencias
de inversión declaradas y confrontadas tributariamente? ¿Ha ocurrido
en el gasoducto esa sobrevaluación desaforada de precios que suelen
usar empresas tramposas como acontece en el Aeropuerto Internacional
Jorge Chávez concesionado a Lima Airport Partners, LAP?
Un modelo perverso pero muy común consiste en declarar costos
elevadísimos y pagar muy por debajo de los mismos, sin embargo, la
trampa ya está hecha. Un ejemplo: LAP ha sumido a Perú (el Estado
avaló) en dos préstamos con bancos alemanes y norteamericanos por US$
125 millones de dólares. Exagerando lo invertido en la cosmética del
Jorge Chávez no llega a US$ 25 millones de inversión. ¿Dónde está el
resto del dinero contraído como préstamos respaldados por Perú?
Ositran, la encargada, según el contrato de concesión de escudriñar al
milímetro a LAP, brilla por ociosa, panzona y paquidérmica para
reaccionar frente a unos pillos redomados. Téngase en cuenta que la
concesión del Aeropuerto Jorge Chávez y Camisea son dos de las joyas
más preciadas de las que se huelga y ufana el presidente Toledo.
Las expresiones recientísimas de la Defensoría del Pueblo sobre las
irregularidades en Camisea constituyen el fin de un silencio que
empezaba a ser sospechoso. Hay que analizar el documento y comprobar
minuciosamente si es lo que dice ser o sólo representa una excusa
burocrática excelente para pretextar que han cumplido. La mesa con
caviar y modus operandi muy conocidos y que usan las extremas para
justificar sus sueldos es un tema por sí solo.
Además, que El Comercio, uno de cuyos socios, Graña Miró Quesada ha
tenido participación notoria y conspicua en las obras civiles del
gasoducto de Camisea, hoy esté en censura franca al megaproyecto,
revela que la procesión va por dentro y que hay que averiguar mucho
más sobre la naturaleza del intríngulis. Ciertamente, cuando los
leones se pelean es porque no están contentos con las repartijas.
Desde el mismo comienzo Camisea estuvo plagada de trampas. El
consorcio Elf-Total-Fina perdió la buena pro porque su oferta, en
sobre secreto, fue leída aviesa y cazurramente en las oficinas de un
notario, Néstor Scamarone, en Comas, antes de su apertura oficial.
Luego este individuo ha pontificado, por años enteros, sobre las
bondades de Camisea. ¡Claro, si todo arrancó con su padrinazgo
documentario y cómplice! El resultado fue que las firmas ganadoras SK,
Hunt, Hidrocarburos Andinos SAC y Pluspetrol, se alzaron con el
premio. Pero, Hidrocarburos Andinos SAC no existía siquiera en los
registros públicos y tampoco tenía la más mínima experiencia en el
rubro energético o petrolero. Después desapareció misteriosamente y su
lugar fue ocupado por Techint.
Un ministro poderoso y mañoso, Jaime Quijandría, que ocupó las
carteras de Energía y Minas y Economía, tuvo la desfachatez de
declarar que él tenía "un espía" en Camisea y que ello le permitía
estar al tanto de los progresos íntimos del gran megaproyecto. Hay que
reconocer que no mentía. Su hijo, Martín Quijandría,
castellano-hablante y mayor de edad y por el exclusivo y fortuito
hecho de ser hijo de su padre, ocupaba la gerencia general adjunta de
Sodexho, empresa francesa especializada en proveer de alimentación a
todos los centros mineros más importantes del Perú e intoxicar a los
trabajadores cada cierto tiempo. Nótese la urdimbre: Quijandría pone a
su hijo en Sodexho que está en todas las minas rentables y en el
gobierno hay un gato como despensero. Pocos años atrás, este mismo
Quijandría había sido parte de la pandilla que remató en unidades de
negocios a Petroperú. Y siempre cae parado, ahora es funcionario del
Banco Mundial, madriguera adonde recalan todos los pendencieros
latinoamericanos que subastan su alma con el único propósito de
colocar los capitales de esta entidad financiera y con ¡muy buenos
sueldos! Y también está por esos parajes el inefable ex ministro
¡también de Economía!, Javier Silva Ruete.
El escritor argentino Jorge Abelardo Ramos hablaba de los serviles
orgánicos. En Perú, con fanales propios de sinverguencería
inigualable, con el rastrerismo propio de quienes están acostumbrados
a huir por las fronteras porque pagan con dineros del Estado a
empresas tramposas como IPC, International Petroleoum Company, el
vendepatria militante Pedro Pablo Kuczynski, es una variable nefasta
en la historia de este quinquenio entreguista y sumiso que ha sido en
momentos abisales, la administración de Alejandro Toledo. En no poco
PPK ha contribuido a la impunidad continua de Camisea y sus
tributarios desde la prensa y los medios, todos muy bien sobornados y
por ello, comprados. No llama, pues, la atención que PPK se
escandalice cuando le mencionan la revisión de los contratos, aunque
sea el mediocre e inmoral Enano perinola quien sostenga, luego de
haber firmado años atrás el contrato, semejante postura.
Por alguna razón, que los intelectuales peruanos no se atreven a
denunciar, hay una vocación de vendepatrias militantes en la
tecnocracia nacional. El dólar, y si son abundantes mucho mejor, los
seduce e idiotiza. No hay criterio nacional o nacionalista porque es
más cómodo echar la culpa a los fracasos históricos cuando
¡precisamente! por falta de ese amor al terruño, el Estado peruano y
sus burócratas inmorales, sólo han hecho del servilismo una norma de
conducta, una aberración en el servicio público. Hoy sobran esos
ejemplares y son los que se desgañitan "demandando" la firma de todos
los TLCs posibles: con Chile, con Estados Unidos, ¡con quién sea! Los
Ferreros, los de la Flor, los Manriques, son hitos malolientes de una
descomposición antipatriótica acelerada. No se puede quejar el
vendepatria militante PPK: ¡tiene alumnos excepcionales!
¿Hará un mea culpa el BID, Banco Interamericano de Desarrollo? Enrique
Iglesias hizo cuanto estuvo a su alcance y no hesitó o dudó en
contratar a todos los mercenarios pseudo-intelectuales de ONGs y
asociaciones o de lo que fuere, para conseguir barniz social e
ideológico y obtener, de ese modo, la colocación de los capitales. Lo
traían a Camisea en época de lluvias, entonces no podía ir a la zona.
¡Pero los préstamos sí se aprobaban y Camisea proseguía con el
alborozo inocente (¿?) del gobierno de Toledo!
Hoy cuando las fallas del gasoducto empiezan a descubrir anormalidades
incompatibles con los más mínimos estándares de calidad tecnológica de
artefactos iguales en otras partes del mundo, comienzan las borrascas
y los nerviosismos. ¡Cuántas complicidades, cuántos negociados,
cuántos crímenes se habrán cometido! Extraña, sin duda alguna, que los
políticos peruanos, en plena liza electoral, sean tan ciegos como para
no olfatear la pestilencia que tiene todo este gigantesco engaño
contra el Perú. Bien hicimos en mayo del 2002 en la primera carátula
de Dignidad cuando pusimos: ¡Camisea es una estafa!
¡No son pocas las canalladas que en Camisea se han llevado a cabo!
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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