Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
21-9-2006
Homologaciones, Convemar, 2 + 2 y demás adefesios
La expresión del legiferante que preside la Comisión de Defensa del
Congreso, Luis Gonzales Posada, sobre que el Ejecutivo tiene
disposición para firmar la adhesión del Perú a la Convención del Mar,
no ha sido desmentida y comporta un serio mentís a la posición oficial
del jefe de Estado Alan García Pérez, sostenido durante su campaña
electoral y luego que fuera investido el pasado 28 de julio cuando
afirmó ante el país que defendería las 200 millas del Mar de Grau.
¿Quién miente o se equivoca, a la postre es lo mismo, con toda la
gravedad del caso, Gonzales Posada o García Pérez?
Hoy aparece en los diarios la noticia sobre las nuevas compras de
armamento que ha realizado Chile. ¿Para qué se arma un país en los
volúmenes de miles de millones como lo está haciendo el vecino austral
con la pingüe ganancia de los traficantes de dineros y recursos de
nuestros respectivos pueblos? El maestro Alfonso Benavides Correa
advierte desde su ilustre tribuna de patricio patriota: "Un país
desarmado no es garantía de paz, un país desarmado es una presa
apetecible". Es obvio que si el designio geopolítico de los de sur, es
el norte, pruebas inequívocas hay en los últimos 180 años, aquellos
pertrechos sólo servirán en casus belli o para proteger 5 mil millones
de dólares en inversiones de toda clase en una tierra que no es la
suya sino la nuestra. Aunque malos peruanos, traidores sempiternos,
pretendan disimularlo.
El sábado pasado el embajador chileno Barros anunció el tema de la
homologación y la "desmitifación" de la carrera armamentista
emprendida por su país. Los datos e informaciones no le acompañan
porque todo lo que se conoce es que la logística de ese jaez engrosa
su margesí todos los días. El domingo ¡noten ustedes la agilidad del
personaje! el ministro de Defensa, Allan Wagner Tizón, anunció que el
25 de octubre en la cita 2 + 2 con la contribución de la Cepal y NNUU
se iba a llevar a cabo aquella homologación. El servilismo pro domo
sua, sin dignidad ni autonomía, es patético y vituperable. Preguntamos
otra vez: ¿para quién trabaja el ministro Wagner?
¿Qué homologación de gastos militares puede haber con un país que ya
invirtió miles de millones de dólares, tiene los tanques, el satélite,
los todocamino, las naves, el parque de munición más sofisticado, sus
largos 7 mil kilómetros, armados hasta los dientes y el Perú que no
podría ¡jamás! alcanzar ese nivel de aprovisionamiento? ¡Ninguno! Por
tanto, la idea originalmente peruana no tiene futuro ni justificación
posible. La paridad es una quimera. O ¡simplemente otra venta más del
patrimonio nacional a enfeudarse a organismos internacionales sobre
los que Perú carece de cualquier influencia!
¿Qué quiso decir Gonzales Posada? ¿Le está enmendando la plana al
presidente García Pérez? Recordemos que cuando candidato Alan García
denunció que el funcionario de la Cancillería Javier Pérez de Cuéllar
había firmado documentos en que reconocía límites marítimos con Chile.
Después olvidó el tema, sin embargo, los diarios de la época dieron
cuenta profusa del hecho y de las insuficientes como básicamente
estúpidas respuestas del diplomático quien dijo, por toda excusa, que
"no se acordaba". ¡Ah qué interesante! ¡Se dispara, apuñala,
desvencija y trafica con la idoneidad nacional y después no hay
memoria! ¡Qué descaro y qué cobardía! Después se promovió intensamente
la firma de la Convención del Mar como tapadera ad hoc para el olvido
consuetudinario y cómplice de deslices aberrantes como el denunciado.
¿Eso explica que gonfaloneros atrabiliarios y públicos de la
Convención del Mar, como Allan Wagner Tizón, el traidorzuelo
abominable Fabián Novak Talavera, Niño Diego García Sayán (que tiene
embajadores infiltrados en múltiples ministerios), estén tan
entusiasmados con sus homologaciones, 2 + 2 y otros adefesios y la
promuevan so pretexto de una inexistente conveniencia para el Perú?
No olvidemos ciertas características felonas. En el 2002 cuando se
pulverizaba en Chile a Aerocontinente, en Lima, el canciller de
entonces, Niño Diego García Sayán, condecoraba a su par de Chile,
Soledad Alvear. El alma de súbdito y la vocación de mamón del Estado
de este individuo es inocultable. Y ahora dice que no hizo negocios
con la dictadura delincuencial del nipón Fujimori. ¡A otro perro con
ese hueso!
Por tanto, la homologación y su escenario del 2 + 2, con el
contrabando de la Convemar y demás adefesios, son simplemente un
disparate mayúsculo en que Perú no puede incurrir. Si el Congreso
calla en todos los idiomas, los partidos no expresan su parecer porque
ni en eso pueden buscar integridad de comunicación, los colegios
profesionales parecen no existir, las universidades están en el limbo,
es un tema oprobioso que será imputable a ellos. Como el legislador
digno del siglo antepasado, Francisco de Paula Gonzales Vigil: "yo
tengo que acusar, yo acuso".
En el prólogo al atrevido como brillante libro Las veleidades
autocráticas de Simón Bolívar, obra del embajador e historiador Félix
C. Calderón, el maestro Alfonso Benavides Correa anota: "¿Será una
trágica constante, al cabo de años de apostolado, de no evadir los
temas esenciales del drama, luciendo el coraje moral de estar contra
los mandarines, tener, sin prensa adicta, un atardecer escéptico por
el silenciamiento?".
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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