Tuesday, February 23, 2010

Inserción externa y TLCs: unas de cal y otras de arena

                         Inserción externa y TLCs: unas de cal y otras de arena                        

 

por Alan Fairlie; afairli@pucp.edu.pe

20-2-2010

 

Aún en el contexto de crisis internacional, la actual administración no solo desechó el uso de la política comercial como un instrumento para enfrentarla, sino que siguió impulsando TLCs.

 

La prioridad ha estado en firmar acuerdos comerciales con países desarrollados. Primero fue EEUU, a fin de mes se podría cerrar negociaciones con la Unión Europea. Se ha suscrito un acuerdo con EFTA. También, el polémico tratado con China y las actuales negociaciones con Japón y Corea.

 

En contrapartida, se ha tenido una escasa dinámica en el vecindario. Una excepción es el malhadado y asimétrico TLC con Chile. Con México no se pudo culminar un TLC y solo se amplió la vigencia del acuerdo de complementación. En la CAN, nos hemos alineado ideológicamente con Colombia en una posición funcional a los intereses que EEUU defiende en la región, y hemos tenido conflictos sistemáticos con Venezuela y Bolivia. No se pudo o no se quiso tener una relación más pragmática, como con Ecuador.

 

Con el MERCOSUR, las relaciones han sido frías y distantes, especialmente con quien fuera un aliado como Argentina. Con Brasil, correctamente se trató de dar un gran dinamismo político, aunque no necesariamente se hayan logrado los avances deseados, a pesar de la ejecución de tramos del IIRSA. La integración energética es en principio positiva, siempre que se satisfagan las observaciones ambientales y regionales que se han hecho.

 

Los acercamientos con Brasil y China son fundamentales, a lo que debería sumarse un mayor vínculo con otros países emergentes y BRICs, participando activamente con ellos en las coaliciones que impulsan en los foros multilaterales y en los mecanismos de cooperación sur-sur. Consideramos estratégica la relación con Brasil y China, siempre y cuando no se reduzca a una visión mercantilista y se desarrollen de todos los planos posibles de acuerdo y cooperación, incluido el de la defensa. Eso no obvia la necesidad de tomar previsiones y medidas para que no se afecten sectores productivos y regiones.

 

A nivel vecinal, ha sido una excelente decisión la de nombrar al embajador Rodríguez Cuadros en Bolivia. Es fundamental retomar los históricos lazos de hermandad que tenemos con el país altiplánico, al más breve plazo posible. Este gesto debería ser el inicio de una política de unidad nacional en el frente externo.

 

Lamentablemente, se mantiene con Chile una política de debilidad y de concesiones que los vecinos piden (o no) y se dan. Declaraciones de "molestia" frente al caso del espionaje, pero visitas oficiales y encuentros empresariales como si nada pasara. Retorno de nuestro embajador a Santiago sin que se haya producido ninguna explicación del incidente. Silencio absoluto frente a ataques de autoridades y sectores antiperuanos del sur, y sanción y escarnio público a civiles y militares que responden internamente.

 

Presiones para que el Tribunal Constitucional no declare inconstitucional el tratado y coordinación con los medios masivos para dar una interpretación sesgada de su fallo. Como ha señalado el grupo Basadre, la precisión del concepto y ámbito del territorio, y la inclusión del criterio de seguridad nacional como una de las causales de expropiación, obligaría a una renegociación del TLC con Chile. Aunque, lo que contribuiría a la unidad nacional sería que el Ejecutivo deje sin efecto el TLC con Chile (según los mecanismos que este señala), hasta que no culmine el diferendo marítimo en La Haya, y no persistir en la nefasta política de "cuerdas separadas".

 

Con la crisis, la apuesta por los acuerdos norte-sur ha resultado una decepción. La disminución del comercio y la participación de EEUU luego de suscribir un TLC, es una paradoja. La ilusión del gran crecimiento exportador y la lluvia de inversiones, se postergan hasta nuevo aviso. En ese contexto, China emerge como un actor más relevante.

 

La ideologización de las relaciones externas que implica el alineamiento con EEUU, y el estrechamiento de vínculos con Colombia y Chile (a pesar de La Haya), no parecen convenientes al interés nacional. El Perú debería persistir en la integración latinoamericana, a pesar de la diversidad existente. La política de TLCs y su agenda de implementación han implicado tensiones con la integración regional, generadas también por posiciones maximalistas del otro extremo.

 

Más allá de la intención de buscar acceso a mercados, lo que se ha descuidado es el aumento y diversificación de la oferta exportable y el impulso a la competitividad sistémica del país. Esto supone prioridad en educación, investigación y desarrollo, apoyo a las cadenas productivas, a las PYMES y las regiones. Políticas sectoriales compatibles con la OMC que logren un equilibrio Estado-mercado y genere un crecimiento sostenido con políticas activas que reduzcan la exclusión y la desigualdad. Lamentablemente, se optó por el camino opuesto, la política del "perro del hortelano". La profundización de la versión más burda y superada del Consenso de Washington.

 

Se requiere entonces nueva estrategia de desarrollo, y nueva política de inserción internacional. Lo urgente es consolidar la unidad nacional, para enfrentar los difíciles escenarios que se avecinan con el vecino del sur. Persistir en la actual estrategia no solo polariza al país, sino que puede tener imprevisibles consecuencias. Tenemos que actuar desde todos los ámbitos posibles en defensa de la nación peruana, antes que sea demasiado tarde.

 

 

 

 

De primer ministro, muy poco; de apologista súbdito, mucho

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

23-2-2010

 

De primer ministro, muy poco; de apologista súbdito, mucho

http://www.voltairenet.org/article164194.html

 

Acaba de fungir de adivino el primer ministro Javier Velásquez Quesquén. Ha dicho, entre otras simplonadas, lo siguiente:

 

".....que si el mandatario Alan García decide viajar a Chile para la ceremonia de transmisión de mando, será recibido con cordialidad y respeto.

 

En ese sentido, descartó la posibilidad de que el jefe de Estado sea víctima de desaires o actitudes hostiles de parte del pueblo chileno.

 

El pueblo chileno es muy respetuoso, Sebastián Piñera (presidente electo) ya dijo claramente que con el Perú va a impulsar una relación muy inteligente y responsable, alejada de los problemas jurisdiccionales. Como país democrático y soberano, el Perú va a respetar las decisiones de los organismos internacionales. No hay temor de que (Alan García) pueda ser victima de un desaire, estamos seguros que será recibido con la cordialidad y respeto que se merece un jefe de Estado, manifestó Velásquez.

 

Asimismo, aseguró que la decisión del Perú de apoyar o no, la reelección del chileno José Miguel Insulza en la Secretaría General de la OEA, no está supeditada a la respuesta de Chile sobre el pedido del Gobierno peruano de colaborar en la investigación del caso de espionaje.

"Aún no hay decisión sobre el particular, tenemos que evaluar y no debemos lanzarnos a dar apoyo o no (..) Son temas aparte (el caso de espionaje y el apoyo a Insulza), no están condicionados porque el tema del espía ya está en la justicia chilena", explicó el primer ministro. (http://www.rpp.com.pe/2010-02-22-afirman-que-presidente-garcia-sera-recibido-con-respeto-en-chile-noticia_244510.html).

 

¿Son necesarias las apostillas geniales y agoreras de Velásquez Quesquén cada vez que se trata del acápite Chile? Más parece un ujier pro domo sua y a la orden de cualquier otro país a excepción del Perú. No es el único funcionario atrabiliariamente servil.

 

Muy pocos meses atrás el presidente García "admonizó" por si se molestaban los del sur ante decisiones soberanas que nadie podía poner en tela de juicio salvo los peruanos. Jamás ha repudiado el jefe de Estado semejantes y tan vergonzosas expresiones públicas.

 

Se agrega a ellos, en concierto también súbdito, el canciller José García Belaunde. Se desgañita hablando de lo bien que piensa de Insulza pero se cuida muy mucho de esclarecer el asunto de la secreta protesta chilena sobre lo que ha determinado como parte de una renegociación del TLC con el país del sur, el Tribunal Constitucional. ¿Cómo así se puede mantener en arcanos vedados un rechazo que sí se enuncia en los diarios chilenos y con respecto a un tratado bilateral? De eso sí no musita García Belaunde y en cambio se esfuerza en parecer simpático hablando demás.

 

La única vez que dio demostración de su conocimiento histórico García Belaunde y refiriéndose al triángulo de mar usurpado por Chile en el sur del Perú, dijo que esa porción era deleznable y que, además, equivalía a una de sus chacras. Para el canciller el diferendo se reduce a la toponimia que encuadra su propiedad. Da cuenta el disparate de cuáles los cánones que maneja la desarraigada intelectualidad de un ministro de Relaciones Exteriores a la carta del inquilino episódico de Palacio.

 

La renegociación a que impele la decisión del Tribunal Constitucional sobre el TLC con Chile es un tema novísimo y que nadie entiende por causa de qué no hay pronunciamiento oficial del Perú. En lugar de eso, Velásquez Quesquén y García Belaunde caminan por sus tradicionales y gárrulas avenidas tan pobres de contenido y tan ricas de vasallas y abominables formas de comportarse ante el mundo.

 

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

 

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

 

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

 

¡Sólo el talento salvará al Perú!

 

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