Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
12-9-2018
¿Son serios o de
juguete nuestros políticos?
Una premisa imbatible y sórdida la constituye el
desprestigio de que goza el Congreso. Y el Parlamento está integrado por
legiferantes, ergo, sus miembros son símbolos negativos por donde caminan o se
sientan (algunos como prolongación de las posaderas, luengos años) sus
humanidades.
Si esto ocurre que NO
es un invento hay que preguntarse ¿cuáles las razones para semejante deterioro?
De partida el bajo nivel intelectual del 95% de congresistas se traduce en
toneladas, por cientos de miles, de bobadas, llamadas proyectos de ley,
acciones inanes y para las efímeras cámaras de televisión, micrófonos radiales
y prensa escrita. En buena cuenta hay una conducta epidérmica, frívola,
ganapán, divorciada de los grandes temas que la agenda nacional reclama desde
muchos lustros atrás.
Pedirle a un legislador definiciones geopolíticas en torno a
la producción nacional puede constituir una pérdida de tiempo. Para aquél lo
que ocurra en las dinámicas aéreas, terrestres, energéticas, marinas o
lacustres, es un tema ajeno, difícil, inalcanzable, abstruso.
Por ejemplo ¿cuántos parlamentarios se han pronunciado o
dicho siquiera ¡una palabrita! en torno al Memorándum de Entendimiento Aéreo
que la DGAC peruana suscribió el 2011 con su par de Chile y que por asimetría y
absoluta orfandad recíproca, ya le cuesta al Estado peruano más de 5 mil
millones de dólares en dinero que no recibió? Por cierto un “argumento” puede
constituirlo que la aerolínea favorecida fue LAN (LATAM) y que nadie –de
diestra a siniestra- quiere perder sus buenos entendimientos con semejante
corporación. ¡Alanismo silencioso y Memo
García 2011!
¿Qué hacen nuestros políticos serios o de juguete? Practican
la vista gorda y no ven problemas tan álgidos y de inaplazable definición por
dignidad y autoestima como país. En cambio sí son dinámicos para la pose, la
voz y dicción pulidas y para la emisión, en la mayoría de casos, de deliciosas
estupideces con disfraz de “opiniones”.
¿Cómo puede explicarse que una mayoría se expida con tanta
torpeza gárrula y faculte a genuinos débiles mentales como sus voceros? ¿Por
qué hay legisladores de izquierda que aún no entienden que las algaradas de la
era universitaria ya no tienen lugar en un recinto de creación de leyes? Que
sean más instruidos o con práctica política que los fujimoristas, no los hace
ajenos al desmadre monumental que protagoniza el Congreso en su integridad.
Las vacas sagradas, de tanto estar en las curules, ya han
asimilado el mueble a sus organismos y les es imposible imaginar un mundo sin
homenajes, choferes, pelotones de asistentes, brigadas de asesores, taifas de
adulones pagados y cobertura de los miedos de comunicación. Hagan una
estadística de los visitantes a los medios y comprobarán que no llegan a 50 y
son los mismos en todas partes. En esta fiesta, cada quien produciendo
vulgaridades al por mayor y por cuenta propia.
¡Por eso el Parlamento no da curso a la iniciativa
presidencial del referéndum! ¡Más claro ni el agua! ¡Que les quiten la pitanza
y sueldo seguro mensual es un sacrilegio para estos señores y señoras a quienes
debe alcanzar la jubilación –vitalicia- de la política y que vayan a contar sus
mentiras a sus nietos, ahijados o sobrinos! El lastre hay que tirarlo para
evitar que la nave encalle y se haga trizas.
El presidente Vizcarra debe hacer cuestión de confianza el
referéndum, la no reelección. Y está facultado para disolver el Congreso,
acontecimiento que promoverá elecciones para nuevo Legislativo. Y el pueblo
multitudinario respaldará acciones políticas firmes y decididas ¡precisamente!
para afincar nuestra democracia.