Señal
de Alerta
por
Herbert Mujica Rojas
8-3-2017
Cucufatos de miércoles
Embebido
como estaba, ayer martes, de preocupaciones por cuentas pendientes que honrar,
casos y denuncias por estudiar y acometer, castigado, como todos, por un sol
que no da tregua, no reparé en la grosería en que incurrió el Consejo Directivo
del Congreso al declinar, con los votos masivos del fujimorismo, la abstención
pusilánime del grupo alanista y de Acción Popular y los favorables del Frente
Amplio y Peruanos por el Kambio, la investigación en torno a las violaciones
ocurridas en la secta Sodalicio.
Y
como hoy es miércoles y me impongo, a mitad de semana, del brulote, hay que
retratar con propiedad a los infractores en su integral vergüenza y en el día.
¡Así
como lo oye! No se escudriñará el sórdido capítulo en que unos facinerosos en
nombre de la fe, abusaron sexualmente de sus pupilos y, en el colmo de la
desverguenza y la perversión, ocultaron la comisión de sus aberraciones y se
protegieron entre sí.
No
ha pasado mucho tiempo desde que el Vaticano en comunicado oficial, blindó al
cabecilla Luis Fernando Figari, contra las acusaciones de violador de que fue
objeto él y otros. Causa risa recordar que sodálites pretendieron hacer santo a
Germán Doig. ¡Pamplinas!
¡Ni qué pensar en poner en debate el Concordato ilegal y
jamás debatido por ningún Congreso del Estado Vaticano con Perú! Impuesto entre
gallos y medianoche, sin siquiera publicación en El Peruano, a partir de 1980,
el pueblo peruano debe sufragar sólo a la Iglesia Católica lo que configura un
genuino privilegio excluyente con todo el resto. ¿No es acaso una definición
que el Estado peruano es laico? El totalitarismo católico en el Perú
http://www.voltairenet.org/El-totalitarismo-catolico-en-el
Repare
el lector la fecha del ensayo que fue más de un decenio antes que otras
publicaciones de resonante éxito editorial y comercial, aunque inexactas y
mezquinas con el relevante trabajo heroico hecho, por ejemplo, por el
odontólogo arequipeño Héctor Guillén Tamayo, genuino e imbatible pionero en la
lucha contra el Sodalicio.
El
resultado de un debate principista sobre el Concordato abortaría en el
mismísimo pórtico porque si el Consejo Directivo del Congreso declina tratar el
detalle sobre las violaciones de la secta Sodalicio, ¿qué va a tocar los
privilegios de que goza, huérfana de cualquier autorización parlamentaria o
aprobación constitucional el tratado internacional írrito que favorece a la
Iglesia Católica?
El
hecho en sí representa el consentimiento expreso que en Perú se puede incurrir
en violaciones sexuales en nombre de la fe porque se empieza a sentar
“doctrina” respecto de un asunto que jamás será discutido, debatido o
sancionado. ¡Cómo deben estar refocilándose los bellacos cucufatos!
En
ocasión de festejarse el sacrificio de las obreras textiles norteamericanas que
devino en el Día Internacional de la Mujer, condenando la inconducta del
Congreso, rindo homenaje a la mujer peruana que trabaja en el campo, en la
oficina, en las direcciones de sus empresas. Una palabra de aliento y
admiración a aquéllas que hacen de mamá y papá, por separación, divorcio o
independencia, mantenida a pesar de los prejuicios sociales. A todas ellas,
columna vertebral de una sociedad fragmentada en un mosaico hasta hoy
incurable, el cariño y reconocimiento a su pundonor interminable, frondoso como
optimista.
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