Tuesday, October 20, 2009
Admiten demanda contra infame obsequio de Isla San Lorenzo
¿Cuántos impuestos paga Iglesia Católica?
por Herbert Mujica Rojas
20-10-2009
¿Cuántos impuestos paga Iglesia Católica?
http://www.voltairenet.org/article162572.html?var_mode=calcul
Anunció el despersonalizado titular de RREE, José García Belaunde, que
el presidente García expondrá (o podría hacerlo) ante el Papa, el
impulso peruano a pactos de no agresión en Latinoamérica. Para el
canciller chileno aquello significa "algo del pasado". Y aunque no
piensa así Sebastián Piñera –el dueño de Lan- y candidato de la
derecha con fuerza al solio presidencial, hay que repetir aquella
sentencia que espetara Stalin a Churchill en Yalta, febrero 1945:
¿cuántas divisiones tiene el Papa? Parafraseando ¿cuántos impuestos
paga Iglesia Católica en el Perú?
Vía el cardenal Juan Luis Cipriani la Iglesia Católica opina sobre
cuanta materia le viene en gana y dice defender los derechos humanos.
¿Serán aquellos que negaba en Ayacucho, precisamente Cipriani, en un
cartel insolente que yugulaba la esperanza que alguien fuera testigo
de las atrocidades que se cometieron en aquellos tiempos de muerte y
oscuridad en el Ande?
La pregunta recurrente es ¿cuántos impuestos paga Iglesia Católica? Y
la respuesta es inequívoca: ¡ninguno! En virtud de un tratado
internacional de Estado a Estado, Perú-Vaticano, esta confesión
religiosa está eximida de tributar como sí lo hace el resto de
mortales en el país. El acuerdo no ha sido discutido por ningún
Congreso y ¡jamás! ha recibido la ratificación de cualquiera de los
Parlamentos instalados desde 1980 a la fecha. Por tanto carece de
validez, es nulo y le cuesta al pueblo peruano millones de millones en
evasión de impuestos, sueldos, luz, agua, teléfonos, mantenimiento,
entre otros gastos. (Más información, El totalitarismo católico en el
Perú http://www.voltairenet.org/article120587.html).
¿Es el tema del pacto de no agresión, un asunto confesional?
Precedentes hay de la intervención vaticana. Verbi gracia, la
delimitación entre Chile y Argentina en los años 70. No obstante
aquello ¿es una nueva –no original- forma de plantear los asuntos
internacionales del Perú? De sobra se sabe que nadie –y menos el
Vaticano- da nada por absolutamente nada. Entonces ¿a cambio de qué,
de la no observancia e intangibilidad del Concordato, ese tratado
internacional nulo y abusivo que se firmó en el nadir del gobierno
militar en 1980? ¿cuál es el mar de fondo de la trapisonda anunciada
por García Belaunde?
No extraña la conducta de hinojos del canciller, señaladamente con
respecto a Chile. De la probidad y sabiduría de aquél no hay dudas: su
comparación del triángulo de mar usurpado por el país del sur con una
de sus chacras le retrata; están por publicarse hasta dos libros,
dando cuenta de las luces inteligentes y alta gradación que guían su
comportamiento público. Hay precedentes. El presidente García Pérez
dijo alguna vez que si aquí adoptábamos actitudes recias y dignas "se
podían molestar en Chile". No puede llamar la atención lo que diga el
paje, por casualidad en la alta responsabilidad de dirigir la política
externa nacional.
Cada quien tiene su estilo. De pronto el término "conchuda" enderezada
a la jefa de Estado de Chile, suena fuerte. ¿Pretexto insólito para
emitir disculpas y excusas con trompetas claudicantes? La Razón, que
se sepa, no es el medio oficial del Estado peruano, por tanto, dispara
a su libre albedrío y es una cuestión de gustos. A los mandones les
encantaría una punición desde los altos niveles y los ujieres mansos
estarían más que entusiasmados en complacerlos. Oro y esclavos.
La hipocresía, esa tara cancerosa, incrustada en el ADN social
peruano, nos impele a ignorar la falta de tributo de la Iglesia
Católica y a pasar por alto esos costos que deberían estar destinados
a facultades de ciencia y tecnología. No sólo eso. La similitud entre
esa confesión y la diplomacia es abrumante. Ambas tienen tradición
entreguista y cómplice, cada una de ellas, en su estilo y modo, ha
dado pruebas suficientes de cómo se arrodilla a un país y su pueblo
ante las botas dictatoriales y se soliviantan ¡sólo! cuando se trata
de eliminar sus privilegios.
El país está vilmente aprisionado por escándalos y víctimas
propiciatorias. Si no es una empresaria, entonces es una cantante. O
es el ex presidente de una entidad estatal que tiene, ciertamente,
mucho que explicar o denunciar. ¿Sería raro que mañana nos mostraran
con la anuencia pérfida de los medios, una virgen que derramara –por
milésima vez- "sangre"? No, de ninguna manera. Montesinos no puede
quejarse. Su corrupción dejó alumnos, todos muy bien pagados.
Por sus obras les conocereis.
¡Atentos la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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