Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
14-1-2025
¿Qué NO hace un narcoestado?
https://senaldealerta.pe/que-no-hace-un-narcoestado/
Algo muy simple y de lo que millones de peruanos no tienen
la más mínima idea: ¿promovería el narcoestado, un debate libre sobre qué
ocurre realmente en el VRAE? Da la impresión que hay mucho secretismo. Lo que,
felizmente, ya no existe, es el terrorismo violentista y letal.
Un narcoestado jamás tendría mayor entusiasmo de informar
acerca de la decena de edificios en las principales ciudades del país y que
están en casco y tienen años sin terminar. ¿No hay propietarios, gente necesitada
de su vivienda? ¿O hay un simple lavado de dinero?
¿Pondría orden el narcoestado en una guerra firme y a fondo
contra las cada día más numerosas bandas armadas y asesinas? Eso equivaldría a
mejorar el servicio policial con entrenamiento, infraestructura, sueldos
superiores, en buen castellano, ponerle piedras en el camino al narcotráfico,
matriz cuyo vértice superior es un estado.
¿Alentaría el narcoestado un saneamiento del sistema
bancario con tasas abusivas, desproporcionadas que cobran los bancos a personas
naturales y corporativas? En Perú los bancos hacen cuanto les viene en gana.
¿Por qué tanta impunidad?
No debe olvidarse que, bajo pretextos mil, las antedichas
entidades financieras, son la válvula perfecta para el blanqueamiento de
fondos, lavado de dinero. Dentro y fuera del país y los bancos corresponsales
trasvasan desde aquí sus grandes negociados a sus centrales que no dicen ¡ni
chis, ni mus!
¿Cuántos grupos de influencia en lo económico, por tanto, en
lo político, maneja un narcoestado? En los miedos de comunicación hacen
publicar lo que impulsan como verdades que todos tienen que consumir, aunque se
sepa que son mentiras para la platea.
A un narcoestado no interesa un pueblo informado, más bien
hace delicias con la ignorancia de aquél. Por tanto si se trata de vírgenes que
lloran o suicidas que lograron dispararse más de 10 veces, todo vale. ¿No lo
comprendió así el capitán traidor Vladimiro Montesinos cuando hacía de las
suyas con Kenya Fujimori?
El narcoestado comprende que tiene que aceitar a los
políticos. No solo son sus intereses monetarios, también es su presencia vía
los comprables que desde hace años hacen todo a favor de los delincuentes.
Ciertamente los aventureros tienen tarifas en dólares o euros y para depósito
en cuentas cifradas en paraísos financieros.
¿Están enfrentados los intereses y anhelos de los grupos
económicos tradicionales con los del narcoestado? ¡Pamplinas, si son
complementarios! Las transacciones pueden disfrazar innumerables jugarretas con
robustas “coimisiones” (peruanismo que alude al soborno).
La uña larga del narcoestado ¿deja de tener influencia en
las otras áreas de la actividad en Perú, como por ejemplo, Poder Judicial,
Electoral, FFAA, ministerios importantes? Todo indica que el cáncer está diseminado
ampliamente en el cuerpo social.
Pero el narcoestado no es una laptop o un robot, funciona
desde la mano delictiva de operadores comprometidos al mal camino. No es
ninguna maldición bíblica o mitología barata, es deprimente realidad, monda y
lironda.
Entonces ¿aceptan los ciudadanos el actuar de facto del
narcoestado, acatan sus disposiciones y viven con la cabeza gacha y avergonzada
de ser pusilánimes porque “así son las cosas”?
¡Política sin moral, no es política, es cualquier cosa!
El Perú necesita una revolución moral. Hombres y mujeres de todos los
partidos, de la multitud de colectivos, de las diferentes congregaciones
religiosas y laicas, de todas las edades, de todos los confines, de todas las
sangres, tienen el imperativo imperioso de pelear por la unidad y presentar una
faz depurada como sólida.
Si no entendemos que podemos empezar a levantar el edificio de la
revolución moral a través de la unidad política, estamos simplemente en el
despeñadero más suicida y estúpido que pueblo alguno pueda padecer.
Seamos el país que desciende de las culturas preíncas. Renovemos el pacto
justiciero de igualdad que alentaron los jefes incas. Hagámonos
portaestandartes de un país posible y juremos, hoy y siempre, extirpar del
país, a la basura convertida en seres humanos que nos ha llevado a donde
estamos.
¿Es mucho pedir que cuidemos el futuro de nuestros hijos? ¿O que el Perú
sea madre y no madrastra de sus hijos por voluntad integérrima y libre de sus
habitantes?