Friday, April 12, 2024

¡Canciller debe irse a su casa!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

12-4-2024

 


¡Canciller debe irse a su casa!

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Si no lo ha hecho ya, merced a su reprobable impericia en el cargo, el canciller Javier González-Olaechea, debe irse a su casa, previa renuncia irrevocable. A él y a nadie más se deben tantos palos de ciego en el delicado ámbito de la diplomacia.

 

Llama a perplejidad que el canciller venga exhibiendo en sus declaraciones públicas y en sus decisiones funcionales una actitud de manifiesta incapacidad para reparar las relaciones diplomáticas con México y con otros países latinoamericanos con los que nos hemos enemistado.

 

Su propuesta de “política exterior reforzada” reluce por su palidez en esta fundamental materia y ha probado ser un cartabón, un marbete sin mayor significado y que suelen anunciar los de Torre Tagle. Años atrás conocimos el adefesio de “seguridad cooperativa”, igual de fracasada.

 

Nada justifica las irrespetuosas e injerencistas declaraciones que en su momento tuvieron los presidentes López Obrador, de México, y Petro, de Ecuador, respecto al actual gobierno peruano, pero también es cierto que nuestra diplomacia pudo responder a ellas con mayor inteligencia y tacto.

 

A ello se añade ahora un nuevo episodio de pésima gestión diplomática, que ha sido revertida gracias a la enérgica protesta de nuestros empresarios de turismo. El aún canciller González-Olaechea, si se aferra al cargo, debiera dar explicaciones claras ante el Congreso y a la ciudadanía sobre las responsabilidades inherentes a mayúsculo desacierto.

 

Aunque es imposible descartar un voto de aplauso de los precarios inquilinos de Plaza Bolívar y que son los dogos políticos de la presidente Boluarte. Espíritu de cuerpo que le llaman.

 

La metida de pata con México ya fue cancelada, aunque el ridículo permanecerá por mucho tiempo como “demostración patética” de hasta dónde puede llegar la mediocridad de un titular de relaciones exteriores.

 

De acuerdo a la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (APOTUR), esta irreflexiva medida iba a reducir hasta en un 70% la llegada de turistas mexicanos al Perú, y podría haber generado una pérdida de negocios turísticos ascendente a alrededor de US$ 250 millones anuales.

 

Referencialmente, en 2023, la Superintendencia Nacional de Migraciones registró el ingreso de 102,433 mexicanos al Perú, aunque un reducido segmento de ellos no fueron turistas. Comparativamente, los turistas mexicanos gastan en el Perú en promedio, montos mayores a los de otras nacionalidades.

 

Dijimos al comenzar la semana que el jamboree con vacaciones pagadas de decenas de embajadores hacia Lima para una cita con temas controvertidos y clamorosa ausencia de acápites obligatorios en cualquier cónclave sobre relaciones exteriores, era una muestra de despilfarro. ¿Quién motoriza o impulsó la cita?: Javier González Olaechea.

 

Con mucho más empeño, meticulosidad, estudio devoto y consagración especializada, dicha reunión puede llevarse a cabo por medios virtuales y sin gastos ociosos e improductivos al 100%.

 

¿No hay quién pueda tener la generosidad de decirle al canciller González-Olaechea que dispararse a los pies es propio de novatos y a quienes no debe confiarse una cartera tan importante como la de relaciones exteriores?

 

El hecho de haber sido funcionario por largos años de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, no es patente de corso para dirigir un ministerio. Y si los resultados exitosos o fracasados, se miden por las consecuencias, el saldo es atrozmente desfavorable.

 

Muchos son los años que el Ministerio de Relaciones Exteriores, en poder de clanes familiares vinculados por el color de la piel y los apellidos, colegios, universidades y clubes sociales comunes, requiere de una reorganización radical.

 

Pocos años atrás en Israel, se produjo un complot para defenestrar a un embajador. En el siniestro plan, admitido por un estudio de la propia Cancillería, se tronchó el proyecto de vida del embajador Fortunato Quesada que ha venido litigando y ganando contra su alma mater.

 

No es eso lo que aguarda la ciudadanía de Relaciones Exteriores, son, deben ser y permanecer como custodios de la integridad nacional y su defensa en un mundo que sigue padeciendo las agresiones imperialistas ahora disfrazadas de puertos privados con inversiones chantajistas y una jauría de asalariados que “predican” el todo vale.

 

Para sus planes políticos, el canciller precisa de una salida honorable. Persistir en el cargo sí que nos garantiza yerros de envergadura, producto de su falta de preparación diplomática que ha demostrado en sus cinco meses. Lo hidalgo es irse a su casa.