Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
2-3-2024
¡Urgente, usemos la imaginación!
https://senaldealerta.pe/urgente-usemos-la-imaginacion/
La pandemia del covid demostró la cruel realidad de la salud
pública en Perú. Sin camas, hospitales en ruinas, sin artefactos ni máquinas,
personal mal pagado, indolentes en muchos casos, traficantes de material
médico. En suma pesarosa: ¡un asco!
Y los casi 200 mil muertos atestiguan que la breve apostilla
está lejos de ser suficiente para exhibir una de las peores taras del Estado
peruano en todos los gobiernos.
¿Cuántos miles de galenos, en sus múltiples especialidades
están en Lima pugnando por plazas, turnos, citas, para ejercer su profesión?
¿No se le ocurrió al Estado vía el portafolio ad hoc, la organización de
grandes cruzadas de salud en todo el país?
Varios años atrás, haciendo uso de la imaginación, promoví
la punta de un compás en Tacna, el radio que recorría la otra punta abarcaba:
el norte chileno, el sur altiplánico y serrano en departamentos muy
importantes, obvio que Moquegua y Tacna, en suma varios millones de clientes
que podrían asistir a un megahospital en la Ciudad Heroica.
¿Cómo podría interesarse el especialista que en Lima sufre
minuto a minuto? ¡Es allí cuando el Estado promotor y su ministerio operador,
Salud, deben acudir a la imaginación!
¿Cuántos terrenos o casas que nadie usa hay en los
departamentos mencionados? ¿Sería difícil otorgar el área de terreno para su
pago por el médico en 15 ó 20 años, con créditos a bajo interés, sueldo
honorable y facilidades para los que tengan familia se establezcan en estos
sitios nuevos?
¡Más aún! El Estado y Salud deberían promover la edificación
de megahospitales con licitaciones internacionales y con la mirada escrupulosa
de la sociedad civil, el nuevo médico incorporado como socio del proyecto y con
la sagrada misión de otorgar salud en pro de una sociedad sana y libre de
enfermedades.
Volvamos al tema Tacna. Un hospital pleno en médicos de
todas las ramas, avecindados en la ciudad y formando parte del lugar, podría
atender al norte chileno que viaja desde Pisagua hasta cruzar la frontera,
cientos de kilómetros en busca de atención médica.
La anhelada política de fronteras vivas encontraría en el
factor salud un puente de reencuentro con ciudadanos de viejas raíces peruanas
hasta 1879. Por tanto, la integración de hecho y derecho y con salud,
constituiría una política de Estado ¡de cualquier gobierno!
¿Que no le dicen nada, ni se les ha ocurrido a nuestros
“políticos”? ¡No faltaba más! ¿Qué sabe el burro –los burros- de alfajores?
La pandemia y sus secuelas atroces, la violencia delictiva
que tiene vectores no solo nacionales sino pandillas de procedencia foránea,
encontraría en las propias sociedades que renuevan su denuedo cívico,
respuestas radicales para su fulminación.
¿Cómo vamos en el ámbito de Salud Mental? Creer que se puede
acometer el delicado tema con solo su enunciado propagandístico, es un error
craso. Sin Salud Mental una sociedad sólo puede llamarse enferma, debilitada,
incapaz de superar los embrollos cotidianos y el imperio de los delincuentes.
Hombres y mujeres de inteligencia gris, pálida, temerosa,
inepta de hacer los saltos superadoras de las vallas que toda sociedad afronta
¡es un asunto de Salud Mental!
¿Cuántos psicólogos o especialistas están en Lima sin poder
ejercer su destreza médica? Los perturbados y afectados seguirán siendo el caldo
de cultivo de violadores y asesinos, mientras no reciban tratamiento in situ y
con recursos que deben generarse en sus ciudades.
¿Qué hay de las fronteras? ¿No hemos visto en días recientes
videos de Purús y otras ciudades limítrofes con Brasil que nos informan lo que
ya sabíamos pero ahora con guarismos alarmantes, del éxodo de familias enteras
a acogerse a servicios de salud, educación, idioma y hasta trabajo en el país
limítrofe?
Preguntar ¿qué hace la Cancillería es discurrir por saco
roto? ¡Absolutamente nada! Sus integrantes son citadinos, dinásticos,
preocupadísimos en los ascensos endogámicos y de linaje y buscando como locos
en irse al exterior y ganar en dólares!
Como es de verse, la imaginación es un recurso feraz.
Recapitulemos, la movilización médica y de psicólogos, aprehendería grandes
males en múltiples pueblos. Reorganizaría los sistemas de atención
especializada, dinamizaría el intercambio social y demostraría cómo sí es
posible mover a un país.
Las sociedades que evolucionan con un plan disciplinado y
con sus fuerzas vivas son capaces de hacer frente al narcotráfico que todo lo
envilece y narcotiza.
Si se puede realizar en algunas partes del país, no existe
obstáculo para que se haga en toda la nación. Y si falta presupuesto ¡a recortar
pliegos exagerados como, por mal ejemplo, el del Congreso!