Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
22-5-2025
Inmunidad, deliciosa invitación al crimen
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La inmunidad
parlamentaria está por ser restituida, constituyendo para los legiferantes a
partir de la elección del 2026, una de las más grandes invitaciones al crimen
de que se pueda horrorizar el país entero.
Por si fuera poco,
también han previsto los parlamentarios que sus respectivas cámaras (diputados
y senadores) deberán aprobar el enjuiciamiento de los futuros criminales. Si no
lo hacen, el infractor continuará con sus propósitos aviesos contra la sociedad
porque así quedará consagrado en la reforma constitucional.
La inmunidad es
una deliciosa invitación al crimen. ¡Están noticiados los que llegan de la
manito de sus próximos asesores ex parlamentarios, consejeros, amigotes o
socios brillantes en la habilidad de levantarse al país entero!
En nota de años
atrás, escribí:
“Mientras que el Parlamento sea una bonita opción para tener los fines de
mes asegurados, amén de los pelotones de secretarias y brigadas de asesores, la
atención de choferes atentísimos con sus jefes y un recurso barato para salir
del natural anonimato de sus mediocres existencias, el Congreso seguirá tan
malo como hasta hoy. ¡Y hasta podría ser peor!
Quienes crean que el fin es tener una curul por cinco años, se equivocan
de lleno. La tribuna parlamentaria no puede ser fin sino un medio de agitación
de conciencias ciudadanas en torno a los grandes temas de la agenda nacional e
internacional y la proyección de un Perú libre, justo y culto, hacia los
derroteros que nos lleven a ser una gran nación”. Otorongo no come otorongo, 16-9-2020
El notable penalista Guillermo Olivera Díaz, en artículo
directo y estudioso afirmó:
“Realidad criminal y
corrupción acuciante.- La siempre recusable clase política, gobernante y mantenida por la tributación de los
más en la historia del país, explica la tenebrosa génesis de esta eclosión
criminal y galopante corrupción. Del ejercicio del poder de aquélla germinan,
resplandecen, se expanden como el cáncer y la prensa nacional encubre y
disimula, culpando a otros.
La ola presente nace por igual en el Poder Ejecutivo y sus
ministros, Legislativo y su mayoría de congresistas, Judicial y sus miles de
jueces venales y prevaricadores, logrando ramificarse en todos los organismos
del Estado, como el Ministerio Público con fiscales de pésima estofa y el
Jurado Nacional de Elecciones y sus jurados electorales especiales, hasta
entronizarse en la sociedad entera, siempre en trance de periclitar por culpa
de sus mentores con poder.
Criminalidad y galopante Corrupción con raíces
profundas, 3-1-2011.
El voto no convierte al
ciudadano común y corriente que ocupe un escaño en cualquiera de los
hemiciclos, diputados o senadores, en infalibles para incurrir en más
estupideces que las habituales. ¡Y mucho menos a cometer delitos a sabiendas
que el blindaje se lo otorgará automáticamente el resto! El “derecho” a
pisotear todo tipo de ley viene con la inmunidad, primero y con el filtro del
Congreso, después.
Para uno que otro, la tribuna parlamentaria representa un espacio para la
denuncia directa y formidable, sin ataduras ni trastiendas, de los grandes
males que atenazan a las mayorías nacionales en la pobreza, la indigencia
intelectual, la falta rectilínea de comportamiento honesto y de solidaridad con
todos las clases y pueblos oprimidos.
¿Qué puede pensar el pícaro, el rufián, el esquirol que contempla que si
tiene la chance de ser diputado o senador y mete las uñas en saco ajeno,
primero tendrá que “rendir” cuentas en su cámara y aspirar a que no aprueben su
enjuiciamiento?
¡Hoy por ti, mañana por mí!
¿Discutirán sabios de la nada, burros con diplomas y criolladas como hoja
de vida, en torno a los patrones alimentarios que imponen los grandes
importadores de productos para la ingesta? ¿Cuestionarán obsequios de quintas
libertades aéreas a Chile, mal firmado en un Memorándum de Entendimiento
durante el gobierno de Alan García el 2011?
El refrán popular dice: ¿qué sabe el burro de alfajores? Por tanto,
inferir que hábiles en la monra, la estafa, el engaño, el robo cínico,
emplearán su “tiempo laboral” en preocupaciones por el prójimo, es un absurdo.
De esta manera los peores y más ruines se interesarán muy mucho en pertenecer
al Congreso.
El espectáculo que da el Congreso actual con disposiciones, leyes y
medidas absurdas otorgan a la actual representación calificativos deplorables
como deprimentes son sus resoluciones no pocas veces con nombre y apellido por
dedicatoria.
Razón no le faltaba a González Prada en Nuestros legisladores: “Entonces ¿de qué nos sirven los Congresos? ¿Por qué,
en lugar de discutir la disminución o el aumento de las dietas, no ponen en
tela de juicio la necesidad y conveniencia de suprimirse? ¡Qué han de
hacerlo! Senadurías y diputaciones dejan de ser cargos temporales y van
concluyendo por constituir prebendas inamovibles, feudos hereditarios, bienes
propios de ciertas familias, en determinadas circunscripciones. Hay hombres
que, habiendo ejercido por treinta o cuarenta años las funciones de
representante, legan a sus hijos o nietos la senaduría o la diputación. No han
encontrado la manera de llevarse las curules al otro mundo”.