Señal de
Alerta
por Herbert
Mujica Rojas
7-6-2016
¿Khoury recomienda a su vice en Contraloría?
El muy
discutido por su gris gestión al mando de la Contraloría General de la
República, Fuad Khoury Zarzar, pretende dejar a un sucesor en el puesto, al
viceContralor Edgar Alarcón Tejada, quien tiene por mérito haber participado
durante los 7 años al lado de su mentor a través de una ineficiente, convenida
y nefasta ejecutoria.
No sólo es
Alarcón Tejada el candidato de la administración Humala y de Khoury que lo
apadrina sino que es “un funcionario de carrera” recomendado por quien no
tenía, antes de ser Contralor, la más mínima experiencia en la responsabilidad
(Khoury).
Mochila pesada
Los
congresistas de la Comisión Permanente deben preguntarse por la trayectoria de
Alarcón Tejada y constatar e investigar si en los últimos 3 ó 4 años, en el
cargo de viceContralor, o fue aquél corresponsable que los actos de corrupción
en los distintos gobiernos regionales que se hicieran conocidos a través de la
prensa o de la hija de un asesinado y conocido dirigente en la región Ancash,
para recién enviar a sus auditores a investigar.
Preciso no
olvidar que cuando César Álvarez, ex presidente regional de Ancash, llevaba ya 4
meses preso, Khoury Zarzar salió a la prensa a decir “que estaban a punto de
determinar los actos de corrupción” del mencionado ex funcionario regional, que
ya había sido denunciado por la fiscalía ¡hasta de asesinatos!
Temas picantes e ineludibles
Para nadie
es un secreto el manojo de temas que tendrán que evaluarse cuando ocurra el
cambio de gobierno: los concursos públicos de obras importantes con postor único
y sobrevaluadas, ahí tenemos la Línea 2 del Metro de Lima, el Gasoducto del
Sur, la refinería de Talara y varios otros más; las adendas suscritas con los
concesionarios a cargo de nuestra infraestructura y servicios, ahí tenemos las
de Lima Airport Partners, LAP, y el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y el
no contar con la segunda pista; las multas no cobradas a los operadores
telefónicos; el descontrol en el precio de la gasolina (no hablamos que el
precio deba ser controlado, pero sí el margen de ganancia o la transparencia de
información al público); la adquisición del radar francés; el concurso público
para adquirir los pasaportes electrónicos en la Superintendencia Nacional de
Migraciones y en la Cancillería al mismo postor, el consorcio Gemalto-Imprimerie
National y a precios diferentes, dando por nefasto resultado un sobreprecio de
US$ 16 millones en Torre Tagle.
Dúo Khoury-Alarcón
Todos estos
temas se iniciaron bajo la gestión conjunta de Khoury Zarzar y Alarcón Tejada,
sin embargo, no se conoce ninguna labor final de la Contraloría al respecto; en
todos estos temas han tenido participación funcionarios de la gestión saliente,
en sus distintos niveles de responsabilidad, que podría alcanzar a los
ministros y al propio Presidente de la República.
Si esto es
así, como que es cierto, ¿va la Comisión Permanente, a elegir a alguien
propuesto por quien será uno de los principales investigados? ¡Sería un absurdo
inadmisible!
Urgentísima reforma
La
Contraloría es una de las instituciones que requiere profunda reforma por
cuanto no está cumpliendo su razón de ser, tanto así que en varias
oportunidades Khoury manifestó que la corrupción había rebasado la acción de Contraloría.
Siempre será un misterio qué lo animó a quedarse, cuando se confesaba inútil
para el cargo.
Lo que no
dice Khoury, respecto a la poca cantidad de funcionarios públicos detenidos y
sancionados es que la labor de sus auditores llevaba a que las denuncias fueran
rechazadas por la fiscalía o el juez correspondiente, ya que los expedientes
carecían de suficientes pruebas y estaban llenos de supuestos.
Grupetes en Contraloría
Para nadie
es un secreto que las distintas reorganizaciones en la Contraloría no han
logrado limpiar a la institución de las camarillas o grupetes que se encargan,
por ejemplo, de decidir quién va a qué región, municipio provincial o regional,
o a las instituciones más importantes del Estado.
Estos
funcionarios son los que tendrán a su cargo los distintos Órganos de Control
Institucional (OCI), y por consiguiente, serán los que traten con mayor o menor
rigidez a los titulares de dichas entidades, inclusive, según instrucciones que
podrían recibir, o por propia iniciativa, podrían convertirse en espectadores de
la corrupción imperante, cubriéndose siempre bajo la excusa de que “no está en
su plan de trabajo”. Es decir,
servidores públicos sin mística y por orfandad de liderazgo.
¿Quién controla al Contralor?
La Comisión
de Fiscalización y Contraloría del Congreso periódicamente cita al Contralor
para escuchar sus informes o cuando hay un tema relevante que ha sido expuesto
al público siempre por la prensa. Y, cuando recibe una denuncia contra Contraloría,
sirve simplemente de Mesa de Partes, entre el denunciante y la denunciada.
Gato de despensero
Al jefe de la
OCI de Contraloría lo nombra el mismo Contralor. Es decir, él decide quién lo
controla y con qué recursos humanos y de equipamiento cuenta. En castellano hay
que decir que nadie controla al Contralor.
Por ello,
proponemos que el Jefe del OCI de Contraloría sea nombrado por la Comisión
Permanente del Congreso, garantizándole estabilidad laboral. Este funcionario
determinará con cuánto personal debe contar y qué otros recursos requerirá para
su mejor labor. Y, emitirá un informe trimestral sobre la labor desarrollada.
En tanto, la Contraloría trasladará los recursos actualmente designados para su
OCI, al presupuesto del Congreso, que los administrará en favor del OCI de la
CGR.
El señor
Edgar Alarcón Tejada tiene muchos años en Contraloría, pero su pasado no
garantiza lo que el país requiere. Y su padrino auspiciante, Fuad Khoury, es
responsable de la oprobiosa declinación de la entidad.