por Herbert Mujica Rojas
Liberación*, 24-5-2001
Fujimori protegió a Grupo Colina
Un primer memorándum no fue acatado por el Ejército y había sido
enviado por Alberto Fujimori al ministro de Defensa, fechado el 25 de
junio de 1991, pide se recompense a los tenientes coroneles Fernando
Rodríguez Zabaldescoa, Roberto Paucar Carbajal, Luis Cubas Portal y
Alberto Pinto Cárdenas; al mayor Roberto Huamán Azcurra; a los
capitanes Santiago Martin Rivas, Carlos Pichilingue Guevara y Ronald
Robles Córdova; y al técnico de tercera Marcos Flores Alván por haber
prestado "eficientes servicios en materia de seguridad nacional y
defensa de altos valores de la democracia, trabajos que son de gran
utilidad para el Sistema de Inteligencia Nacional". Esta información
fue publicada en Caretas.
En otro memorándum (y esta vez imponiendo su jefatura suprema de las
Fuerzas Armadas), también firmado por Kenya Fujimori y fechado el 30
de julio, éste "ya no sólo pide recompensa para sus recomendados,
dispone que todos ellos sean considerados en los ascensos que tendrán
lugar a fines de año por "haber participado en exitosas Operaciones
Especiales de Inteligencia que han posibilitado significativos avances
en la lucha contrasubversiva". Este documento fue publicado en Oiga.
Nótese los nombres de quiénes eran promocionados cariñosa e
íntimamente por Fujimori y se descubrirá a viejos y arteros conocidos
como Santiago Martin Rivas que hoy pide hablar sólo ante "una Comision
de la Verdad". El criminal pone hoy condiciones y hasta donde se sabía
el lugar de estos es la cárcel y nada más.
En una hoja de recomendación No. 003 CP-JAPE 1b, de fecha 10 de agosto
de 1991, firmada por el general Alfonso Robledo del Aguila, entonces
jefe del Comando de Personal de Ejército (COPERE) y que está dirigida
al comandante general del Ejército Pedro Villanueva (antecesor de
Hermoza Ríos), sostiene Robledo que los ascensos pedidos por Fujimori
proceden por "representar una recompensa a una acción de gran
trascendencia nacional con relación a la participación del Ejército EN
LAS
UNIVERSIDADES DEL PAIS".
Dice Oiga: "Por fin se cierra el círculo: los militares premiados por
Fujimori han prestado "eficientes servicios en materia de seguridad
nacional y defensa de altos valores de la democracia",
posibilitando"significativos avances en la lucha contrasubversiva" por
parte del Ejército "en las universidades del país".
El general Julio Salazar Monroe, jefe del SIN, contestó a un
interrogatorio de la parlamentaria Gloria Helfer y sostuvo que sus
subordinados habían confeccionado un "manual de cómo era la doctrina
de Sendero Luminoso".
Con indignación y extrema curiosidad Oiga se pregunta: ¿Ascensos para
nueve militares por hacer un simple manual de "cómo era la doctrina de
Sendero Luminoso? Evidentemente, las declaraciones del general Salazar
Monroe están dirigidas a librar a elementos del SIN en la
participación de matanzas como las de Huancayo y de.... Barrios Altos,
así como las desapariciones de un profesor y nueve estudiantes de La
Cantuta."
Quiere decir que a muy temprana perspectiva como era 1991, Oiga y
Caretas empeñaban un pundonor periodístico de primera línea para
develar las acciones letales y de aniquilamiento que llevaba a cabo el
Grupo Colina, el mismo entre cuyos integrantes se encontraban hombres
ascendidos por petición expresa de Kenya Fujimori. En buen romance:
¡el escuadrón de la muerte era dirigido, protegido y alimentado por
Alberto
Fujimori Fujimori! ¿Hay dudas sobre el particular?
Relata Oiga: ¿Qué hechos vinculados con las universidades ocurrieron
hasta el 21 de junio de 1991 -fecha en que Fujimori pide premios para
sus nueve protagonistas del SIN- que también tuvieran que ver con la
lucha antisubversiva librada por el Ejército? Los archivos de las
organizaciones defensoras de los derechos humanos, como el Instituto
de Defensa Legal (IDL), contienen una escalofriante relación de casos
en
los que aparecen involucrados, siempre como víctimas, estudiantes
universitarios, casos ocurridos mayormente en Huancayo y, con menor
incidencia, en Lima:
-El 13 de abril de 11, en las afueras de la ciudad de Huancayo es
hallado muerto un estudiante de contabilidad de la Universidad del
Centro, cuyo concuñado, Pablo Vilcahuamán, fue abatido anteriomente
por el Ejército por su presunta vinculación con elementos terroristas.
-El 11 de marzo, cerca del puente Stuart, en el río Mantaro, son
hallados tres cadáveres. Uno es identificado como David Chuquiyaqui,
estudiante universitario que había sido secuestrado el 27 del mes
anterior en el caserío de Pallum. Los tres presentaban huellas de
haber sido torturados.
-El 25 de marzo la Fiscalía Provincial de Huancayo informa que entre
el 3 de diciembre de 1990 y esa fecha había recibido 61 denuncias de
desapariciones, la mayoría de estudiantes universitarios. Hubo un
intento de reacción por parte de las autoridades huancaínas y la
opinión pública, pero fueron silenciados de una u otra forma.
-24 de mayo aparecen en Huancayo los cadáveres de dos jóvenes,
baleados y torturados; las autoridades no dan más información.
Paralelamente, en Lima las "acciones" contra estudiantes
universitarios o personas vinculadas a ellos, se desarrollaron, aunque
con menor intensidad.
-En febrero, Raúl Camilo Chávez, estudiante de La Cantuta, denunció
por haber permanecido secuestrado por 15 días, en manos de presuntos
paramilitares, dijo que había sido torturado e interrogado por sus
captores acerca de la filiación de estudiantes y profesores de esa
universidad.
-El 15 de marzo el abogado Augusto Zúñiga, pierde un brazo y salva la
vida milagrosamente, luego que un sobre-bomba estallara en sus manos.
Zúñiga culpó a elementos de la Policía Nacional que trataban de
impedir que siguiera averiguando sobre la desaparición del estudiante
universitario Ernesto Castillo Páez, ocurrida el año anterior.
-El 31 de marzo desaparece el estudiante de la Universidad Católica
Miguel Angel Crispín Prado. Hasta fines de abril no había reaparecido.
-24 de mayo, cuando regresaba a su domicilio en Villa El Salvador, el
estudiante Raúl Santiago Martínez fue agredido por un grupo de
desconocidos que lo dejaron al borde de la muerte. No le robaron nada.
Se especuló que había sido una acción paramilitar.
¿Queda alguna duda? ¿Es que Fujimori podría haber sido ajeno a
militares para quienes demandaba ascensos y recompensas económicas?
¡De ninguna manera! El tiempo, maestro sublime, ha confirmado que
estos equipos de aniliquilamiento tenían participación directa en
cuanta acción letal hubiese. Por ejemplo, las declaraciones
recientísimas del sicario Santiago Martin Rivas así lo confirman.
¡Fujimori era el protector del Grupo Colina!
*Liberación, dirigido entonces por César Hildebrandt, 24-5-2001