¡Jóvenes al Congreso!
por Marco
Urteaga*; marconantoniouc@me.com
2-4-2016
Imaginemos que somos futbolistas corriendo
en un partido y se nos prohíbe patear el balón, aunque estemos frente al arco
para anotar un golazo; o que nos inviten a un almuerzo a condición de no probar
bocado. Ridículo ¿verdad? Algo similar ocurre con la inmensa masa de peruanos de
18 a 24 años: se les pide el voto, se les obliga a votar, se les multa si no lo
hacen, pero no pueden postular al Congreso hasta los 25 años. Eso es una
perversión democrática.
Por ello, el 7 de marzo presenté una
iniciativa legislativa popular a la ONPE, para modificar nuestra Constitución y
devolver sus derechos políticos a los jóvenes. La ONPE dio pase al proyecto y
ya estamos recogiendo las 30 mil firmas necesarias para que el pleno del
Congreso, obligadamente, discuta mi propuesta.
En pleno siglo XXI, en un mundo cada vez
más globalizado, los jóvenes están altamente capacitados para integrarse a los
espacios de toma de decisión. Hiperconectados e informados gracias a las nuevas
tecnologías, muchos jóvenes menores de 25 cuentan con las cualidades y
habilidades para candidatear al Congreso y desempeñarse mejor que los conocidos
“calienta curules”.
Miles de jóvenes trabajan desde temprana
edad, son el sustento de sus familias, inclusive tienen pareja e hijos, son
responsables y jefes de hogares y conocen las necesidades de sus comunidades y
de su generación. Otros han concluido sus carreras y pueden aportar propuestas
frescas y novedosas.
La cuota de “jóvenes” en el Congreso es de
adultos jóvenes de 25 a 29 años, eso es una burla. Una de las razones de mi
postulación es para garantizar los derechos políticos a esos más de 3 millones
de jóvenes de 18 a 24 que tienen en la calle su única tribuna. Estoy convencido
de que sus voces deben ser oídas en el Congreso.
Cualquier muchacho que tenga un caudal de
votos que lo respalde (sin importar su edad), debería poder postular. De hecho,
cualquier joven con tal respaldo está realizando algún trabajo importante y
silencioso en su comunidad. ¿Por qué negarle la posibilidad de llegar al
Congreso?
La participación política real de los
jóvenes es justa y necesaria, y la única manera de evitar que los políticos
enquistados, los intoxiquen, y utilicen en marchas para sus fines.
Si los jóvenes tienen algo que gritar y cambiar,
debe ser en el Congreso.
La llamada “Ley Pulpín” terminó en el
tacho después de seis marchas realizadas por los jóvenes, contra lo que
consideraban una promoción del empleo juvenil, con derechos recortados. Una y
otra vez toman las calles para expresar sus posiciones
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*No. 7 en la lista de PPK