PERUSAT: los retos de una
nueva era II
29-9-2016
Pro-Intellectum
El satélite orbita según las leyes de la física y su “conducción”
requiere de un especializado conocimiento: la astronáutica. La navegación
espacial exige cálculos precisos y oportunos. El satélite depende de técnicos
peruanos para corregir la órbita, ajustar el movimiento para la adquisición de
las imágenes y, evitar colisiones. Allá arriba no es un vacío perfecto. Años de
uso del espacio ha convertido la órbita cercana a la Tierra o LEO (por sus siglas
en inglés, de 200-2000 km de altura) en una especie de basurero espacial.
Restos de naves, motores, etapas de cohetes y de satélites giran como letales
proyectiles que podrían impactar en satélites e incluso en la estación
espacial.
Agencias internacionales como la NASA, la ESA europea, incluso el
Departamento de Defensa a través de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos,
mantienen un permanente monitoreo de objetos tan pequeños como de 10
centímetros. Ante el peligro de una colisión, el satélite puede ser maniobrado
mediante el encendido de sus motores de posición que funcionan con hidracina
(combustible). “Tenemos una guardia nocturna que duerme en estas
instalaciones”, agregó Barrueto enseñando las amplias habitaciones y área
social del centro.
El combustible, hidracina, que emplean los satélites se basa en el
químico que diseñó el pionero peruano Pedro Paulet, y de alguna forma su visión
se ha hecho realidad. “Ante una emergencia de colisión, los técnicos pueden
corregir la órbita del satélite para evitarla”, indica el coronel Edgar Guevara
de la FAP, jefe del centro de control.
En una sala muy similar a la de imágenes, laboran los técnicos
encargados de monitorear la telemetría, la “salud”, del ingenio orbital, y
operan los comandos para la adquisición de las imágenes solicitadas por los
clientes. El gobierno francés ha puesto a disposición del Perú ocho científicos
a tiempo completo para que ayuden a absolver todo tipo de duda, colaboren con
el control de calidad de los sistemas entregados por Airbus (que es una empresa
privada) y con la que no tienen ninguna vinculación. “He sido testigo de serias
discusiones entre los representantes de la empresa Airbus y el equipo de
científicos que nos asesoran”, confiesa Guevara, “nos han aconsejado adecuada y
desinteresadamente”.
Este equipo de treinta compatriotas, son quienes colocan la primera
valla en el conocimiento espacial. En el CNOIS trabaja un grupo mayor, de casi
un centenar de personas, quienes serán herederos y responsables de perfeccionar
este novísimo conocimiento. Si aprovechamos bien la oportunidad, las
universidades y los centros de formación militares abrirán programas de
estudios especializados. El espacio no es una simple curiosidad, es una
magnífica oportunidad de negocio. Adicionalmente, la explotación de las
imágenes requerirá de una nueva generación de técnicos y científicos. El
conocimiento existe y se empleará cada vez con mayor efectividad. El cielo ya
no es el límite.
Bajo lo que parece ser una enorme pelota de fùtbol, yace la antena de
comunicación con el satélite. Subimos por unas empinadas escaleras metálicas y
entramos en el corazón de la pelota iluminada de fantasmagórico naranja, en
donde se alberga una inmensa antena. “El color naranja lo produce el polímero
con el que está fabricado el domo de protección de la antena” advierte
Barrueto. Una antena parabólica de 5 metros de diámetro permite contactar con
el satélite desde que está en la vertical de Panamá, hasta la altura de
Santiago aproximadamente, preciosos minutos en los que se tiene que obtener
telemetría, se suben instrucciones, y se descargan imágenes.
El satélite es como una computadora- explica: “cuando obtiene las
imágenes las guarda en la memoria interna, y según el orden previsto, las
imágenes son descargadas a tierra, aquí en el CNOIS, en forma de paquetes
digitales comprimidos”. Luego de un tratamiento y corrección, las imágenes
están listas para ser enviadas al cliente. No es necesario imprimirlas (a menos
que se solicite expresamente), se envían como archivos a través del internet
hasta el usuario final. Hasta el momento, el Estado peruano ha hecho uso de 20
millones de euros en imágenes lo que equivale a más del 10% del costo total del
proyecto, sin siquiera haber empleado el satélite PERUSAT-1. Cuando èste comience
su operación será posible que el retorno de la inversión sea muy rápido.
¿Por qué cuesta tanto un satélite? Indago en un tema que sido sumamente
controversial. -Cuando las personas hablan del costo del satélite sólo
mencionan lo que cuesta el vehículo y su instrumental a bordo, pero un satélite
es un sistema que incluye la estación de tierra como la de Punta Lobos
(Pucusana), el costo del lanzamiento y el seguro que equivale a un aproximado
del 10% del costo total del satélite y gastos anexos- ¿y eso es lo que ha
causado tanta discusión? -Sí- sentencia.
En el CNOIS se abstienen de comentar estos aspectos que pertenecen al
inmediato pasado de nuestra folklórica política. Ahora solo miran hacia el
futuro.
Es fácil deducir que políticos y periodistas han sido mal asesorados
(sin mala intención quien sabe, pero con mucha ignorancia) por personas que no
son expertos en el tema satelital. Recordemos que es un tema muy nuevo, sin
precedentes en el Perú. En comparación, el programa espacial chileno tiene casi
20 años, y ha sufrido serios percances en su tortuoso camino. Los dos primeros
satélites fallaron perdiéndose para siempre como contribución a la basura
espacial. Recién con el tercer satélite, denominado SSOT, alcanzaron el éxito.
El SSOT fue fabricado en Francia. -Debemos aprender de esos errores para
evitarlos- indica Barrueto- Hemos seleccionado tecnología comprobada y con
condiciones de adquisición más ventajosas para evitar fracasos tempranos.
Las propuestas de Gran Bretaña e Israel también fueron estudiadas.
Israel posee una muy buena tecnología satelital y sus ingenios son muy ágiles y
de alta resolución pancromática, sin embargo, recién están desarrollando
sensores para la obtención de imágenes a color e infrarrojas. El desarrollo
inglés… bueno esos fueron los satélites que perdió Chile a un enorme costo.
Otros países como Rusia, China o Estados Unidos son muy celosos con su
tecnología y no están interesados en vender.
PERUSAT-1 marca el inicio de un camino casi desconocido para todos y en
especial para los flamantes expertos astronáuticos, electrónicos, de sistemas,
en imágenes, e incluso para los administradores. Enfrentarán nuevos retos y
tendrán que solucionar nuevos problemas que aparezcan en el camino. Ya puedo
imaginar el primero: coordinar con una burocracia pública y obsoleta, y el
ataque de grupos de interés que buscan impedirán el éxito de un programa que
los perjudica. Mafias de los mineros ilegales, de taladores de árboles que
destruyen la selva, de pescadores ilegales, impedir las invasiones de tierras y
la creación de catastros más precisos, la detección de cultivos de coca y las
rutas de transporte de estupefacientes… esto no será del agrado de los trúhanes
que pretenderán alzar la voz pero que desenmascararán sus oscuros intereses.
El cohete Vega ruge en el Centre Spatial Guyanais en Kourou (Guyana),
impulsando al PERUSAT-1 más allá de la atmosfera, arriba siempre arriba hasta
las estrellas, como lo dijo Jorge Chávez en 1910 y como lo soñó Pedro Paulet en
1897 cuando realizaba sus experimentos con un pequeño motor a reacción.
PERUSAT-1 ha enviado señales telemétricas de buena salud y comienza a alistarse
para empezar su largo y fructífero servicio a la patria.
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-27-9-2016
PERUSAT: los
retos de una nueva era I