Wednesday, April 04, 2007

Pandolfi y sus historias

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
4-4-2007

Pandolfi y sus historias

Incurriendo en uno de sus frecuentes ridículos, el primer ministro
Jorge del Castillo, volvió a su situación normal de precario vocero
desmentido del actual gobierno. El vicepresidente Luis Giampietri,
perdonador de traidores como Fabián Novak Talavera por ¡Dios sólo sabe
qué razones! ha revelado que el funcionario fujimorista Alberto
Pandolfi trabajaba ¡hace meses! para el Estado.

Ya botaron de modo natural, indecorosamente, a Pandolfi, en realidad
no hay otra forma de deshacerse de un angelito de esas categorías
morales y públicas. Es tan ecuménico aquél, y sin duda lo habrá
apreciado así del Castillo, que uno de sus dudosos méritos, era la de
ser amigote del capitán expulso Vladimiro Montesinos, compinche de
Kenya Fujimori. Pero hay muchas historias sobre Pandolfi.

Conviene recordar o saber si es exacto que en la PCM está trabajando o
sigue haciéndolo una vieja amiga de Alberto Pandolfi, María Lila
Iwasaki. A ambos se les puede recordar vinculados a Transportes, a
Corpac y a la desastrosa concesión del Aeropuerto Jorge Chávez,
regalada a una empresita sin dinero, sin recursos o tecnología como
Lima Airport Partners, LAP, desesperada por cobrar hasta el aire que
respiran los pilotos y aeromozas. Además, esa firma precaria, ha
comprometido al Estado peruano en dos préstamos con bancos
norteamericanos y alemanes por el orden de US$ 125 millones de
dólares. ¿Estará honrando LAP sus deudas?

Pandolfi fue el inventor del cuento de la privatización-concesión del
Aeropuerto Jorge Chávez. Para ello tenía colaboradores de larga
trayectoria en el aparato del Estado y entre esas estaba María Lila
Iwasaki. No sólo eso. Se proyectó, años atrás, el negociado de los
terrenos aledaños al Aeropuerto y su expropiación con un valor de
venta y su compra con otro precio comercial. Entonces la jugada era
expropiar con un arancel para que el Estado pagara por esas tierras,
vía la expropiación, otro monto. Así los dueños, actuales o antiguos,
se beneficiaban pinguemente. También ganaba un estudio jurídico muy
vinculado a las privatizaciones durante la década del fujimorismo
delincuencial. Y en Corpac, como presidente del directorio, amiguísimo
de Pandolfi, estaba Francisco García Calderón de vastísima y culta
ignorancia en cualquier tema aeronáutico.

¿No puede acaso la imaginación vincular antiguas amistades y
relaciones y ponerlas hoy redivivas en la actualidad en la PCM? Allí
estuvo, hasta su defenestramiento escandaloso, Alberto Pandolfi y allí
trabaja María Lila Iwasaki. Se conocían desde antes y el señor del
Castillo que cree que todos son idiotas en Perú, dice que se equivocó.
¿No será que le hicieron cometer un yerro monumental y salvaje? ¿O
sabía del asunto y creyó que nadie se iba a dar cuenta? ¿A cuántos ha
hecho creer del Castillo que tiene algo más que proyecciones
comerciales en su cerebro?

La confusión gobernante es de tal magnitud que en lugar de apoyar la
marcha pacífica de los peruanos en Perú, lanzan desafortunados
insultos sobre quienes sólo quieren reafirmar un trabajo político
militante. ¡Y todo para evitar la paz de negocios ya conversados con
empresarios que tienen cerca de 5 mil millones de dólares invertidos
en Perú! ¡No es tanto el amor al chancho sino a los chicharrones!

Si en el país existieran partidos, esto no habría ocurrido y más de un
infiltrado, de la rabanería caviar o la derecha momia, ya debería
estar rumiando sus extravagancias en sus casas u oficinas
particulares. Pero no es así, ocurre que las desconcertadas gentes que
integran el gobierno cada día se desorientan más y más. ¡Qué
vergüenza!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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