Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
30-12-2019
¡Decisión a secas
para el 2020!
Si hay una tara distintiva de los políticos ésta se llama
duda. Nunca toman decisiones firmes sino “consensuadas”, es decir luego de mil
y un requiebros y con el “ánimo constructivo” de no herir intereses de nadie.
Por eso los clubes electorales, mal llamados partidos, no representan a sus
electores, no interpretan sus anhelos de pan y libertad y ¡mucho menos! pueden
ejercer o practicar la democracia!
Hemos tenido una especie de democracia electoral porque el
chiste consistió en elegir a los menos malos y los resultados están a la vista:
ex mandatarios suicidados, o ex presos o sospechosos de manejos sucios del
dinero del pueblo. Cuando no fue una coima aparecieron los signos exteriores de
riqueza o los viajes innumerables, etc.
El apetito de “representar” al pueblo se ciñó estrictamente
a ganar la curul y con ella el emolumento mensual, honores de protocolo y
pitanzas burocráticas, chofer, secretaria, asesores, pasaporte diplomático y
demás adefesios.
Por tanto si tan miope fue la ambición, olvidando el sagrado
deber de pelear por las causas populares, no debió extrañar en el mundo cómo
Perú celebraba el cierre del Congreso con integrantes cuasi iletrados y
sumamente escasos de mollera.
El dilema es simple: o se reconstruyen programáticamente los
partidos o se mueren.
Conviene mencionar a un segmento que pasa desapercibido
aunque su presencia haya constituido no pocas veces en vicio o tara: el
periodismo. Hay no más de tres decenas de “politólogos, internacionalistas,
estrategas, analistas” y demás istas que se pasean de diario en diario, de
canal en canal, de radioemisora en radioemisora. ¿Significa que hay riqueza
informativa y de exégesis en la política peruana? Me temo que la respuesta es negativa.
¿Cómo lograr que genuinas inteligencias opinen, enriquezcan
el panorama con sus planteamientos y conseguir que los trillados se vayan a
sembrar nabos a cualquier otro sitio?
Hasta hoy no hay quien tenga esa respuesta. La especie de
oligarquía mediática señala quiénes sí o quiénes no tienen entrada a los
medios. Con un escenario tan limitado no resulta raro que la política peruana
esté tan robusta de imbéciles o de sabios de ciencia infusa que tienen
respuesta aparente para todos los males.
Lo dramático es que a comparación de otros países, los temas
en Perú son minúsculos, aderezados de chismes y francamente de segunda o
tercera línea porque se abordan las materias que interesan para la provocación
de cortinas de humo, de elementos distractores, en una palabra de placebos sin
ton ni son.
O se toma la decisión de construir un país justo, culto y
libre o sobrevivimos como estamos sin gran diferencia con un establo en que
cada integrante aporta bulla y turbamulta pero no alamedas de triunfo, determinación
de ganadores y sed de victorias esas que el porvenir nos debía al decir de
Manuel González Prada.
Es hora de tomar decisiones para el 2020.