Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
15-3-2021
¡Arroz con mango!
https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/%C2%A1arroz-con-mango
El titular propone un símil con la política peruana. Esta es
tan confusa, informe, mediocre, sin ideas e hipócrita que el proceso electoral
del 11 de abril, en lugar de promover opciones, pavimenta caos y la consabida,
aunque repudiada, alameda del mal menor. Un ¡arroz con mango!
La revista somera de “propuestas” da cuenta que muchos
aspirantes a parlamentarios ignoran la tarea fundamental del Congreso: dar
leyes. Ofertas las hace cualquiera y prometer el cielo en Perú es cosa de todos
los días. ¿Cuántos proyectos de ley tienen base sólida en la realidad y son misiles
contra lo que está mal legislado como, por ejemplo, la protección de
monopolios, grupos económicos y financieros que no pagan impuestos, que dilatan
procesos para lograr prescripciones mañosas o para, en criollo, sacarle la
vuelta al Estado?
A mucha gente, el Estado no le importa. No trabajan ni
dependen de él, musitan en su autismo irremediable. Pero ¿a dónde van sus
impuestos?: al Estado. ¿Qué hace el Estado y sus sucesivos gobiernos?: paga a
burócratas que en no pocos casos son genuinos rateros que le esquilman recursos
al fisco y se la embolsican de todas las tortuosas maneras posibles, directa o
indirectamente. Con porcentajes o las “coimisiones” por fuera, sin huella y sin
documentos.
No he visto ni leído propuestas para cambiar las estructuras
de alimentación documentaria de los ministerios: consultorías, asesorías y
demás adefesios cuyos productos finales no se leen, no sirven para nada, suman
toneladas de papel inútil en los desvanes pero que SI se pagan cuantiosamente.
¿Alguien tiene propuestas sobre este particular tan común y corriente en la
administración pública? Son millones de soles que botan todos los gobiernos en
organizaciones cuyo modus vivendi es éste so pretexto de estrategias e
interpretaciones que en suma son los 200 años de “constancia” desde que se
declaró la independencia en 1821.
Numerosas agrupaciones políticas confunden sus ofertas para
el Congreso con un plan de gobierno. Y un planteamiento simple es olvidado,
como si fuera la regla fundamental de “hacer política”: el legislador NO puede originar ni gestionar
iniciativa de gastos al Estado. Entonces de repente hay buenos impulsos pero
que se estrellan con la realidad limitativa porque así es la legislación.
Que yo sepa, no he leído, ni escuchado, tampoco hay nada
sobre el Tribunal Constitucional y sus integrantes episódicos. No hay juicio de
residencia o examen exhaustivo de las probables trapacerías o compadrazgos
durante su mandato. ¿No hemos visto que 5 de los 8 actuales miembros votaron
porque se admita la prescripción de una deuda por impuestos de Telefónica por
varios cientos de millones de soles? ¿Por qué dejar en la impunidad a esos
sinverguenzas? ¿A cambio de qué el trueque?
La política peruana, arroz con mango, muestra orfandad de
ideas y nulidad de principios doctrinarios o ideológicos. Hay sí un menú rico
en platos de todo sabor y picantería, no obstante eso no es muy serio que
digamos. Antes se llamaba a este disturbio: demagogia.
Otro caso que vengo denunciando desde hace años en la
televisión y medios y al que no dan bola los medios actuales: ¿cuándo va a
corregirse la asimetría mal empujada desde el 2011, gobierno de Alan García
Pérez, con respecto a LanChile, hoy Latam? Vergonzosamente Perú cedió porciones
de quintas libertades aéreas a esa empresa y nos viene costando la no
percepción de varios miles de millones de dólares? ¿Ha escuchado que algún
político o aspirante a tal, diga algo al respecto? ¡Ni siquiera se toman la
molestia de investigar o averiguar!
El arroz con mango nos aniega y confunde. Un sinverguenza
ultramontano y sus empresas deben más de S/ 28 millones en impuestos a la Sunat
y aquél dice que nunca fueron “notificados”. ¡A otro perro con ese hueso! Y el
infeliz vive enamorado de la Virgen María y cuando tiene deseos se castiga con
el cilicio. La estupidez es gratuita.
Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz.