Sunday, July 31, 2011

Juramento válido de Ollanta y Brisa en Lima a sus 16

Juramento válido de Ollanta y Brisa en Lima a sus 16

por Guillermo Olivera Díaz;  godgod_1@hotmail.com

http://herbertmujicarojas.lamula.pe/2011/07/31/juramento-valido-de-ollanta-y-brisa-en-lima-a-sus-16/herbertmujicarojas

 

31-7-2011

 

Luego de llegar a Lima en el "Divino Señor" con su padre José Manuel Tarrillo Vásquez, nos encontramos por segunda vez en el local de la citada Agencia de Transportes. La primera fue en su casa, en San Juan de Chiple –sin agua potable, electricidad, posta médica, etc.- distrito de Callayuc, provincia de Cutervo.

 

Para no olvidar.  En esta provincia nació la mamá de Nadine, esposa del actual mandatario, el del juramento que acicatea la grita desembozada fujimorista de torpeza interpretativa de la vigente Carta Política sobre el evocativo particular.

 

Dijo Brisa Tarrillo Cecada que decidirse venir a esta capital la puso nerviosa, tanto que ya no quería viajar. Pero, galvanizada por el deseo de conocer esta bella ciudad  eso pesó más que sus juveniles dudas.

 

He aquí sus palabras: "En realidad es maravilloso conocer gente nueva ¡Quién iba a pensarlo!. A mis cortos 16 años ya en Lima, una ciudad preciosa que recién estoy conociendo desde el primer instante. Venir de un pueblo, como Chiple, a una ciudad cosmopolita es muy difícil. Ya ví el exterior del Palacio de Gobierno, pero no a Ollanta en su balcón".

 

"Tengo unas cortas vacaciones, hasta el 15 de agosto. Me vine con mi papi a visitar a una persona muy buena, el señor Guillermo Olivera Díaz. Los tres comenzamos a celebrar  mi cumpleaños, empinando el codo, con vino argentino, de los que no raspan, porque pasan suavecito".  

 

A propósito del Juramento válido de Ollanta.- Cualquier Presidente para asumir el cargo debe prestar juramento. Lo establece así el Artículo 116° de la Constitución Política de 1993, bajo cuya férula se prestó el juramento, se convocó a elecciones 2011 y Ollanta Humala resultó elegido presidente el 05 de junio.

 

Sin embargo, pese a estar obligado a prestar juramento para asumir el mandato, no lo está a ningún tipo de contenido,  pues no se ha dictado ley alguna que defina su contorno, con lo cual dicho contenido es libre. Lo llena ad líbitum cada quien jura. Por eso, algunos juran por su dios, otros por su honor y hasta "por la plata" que espetó un ex congresista crematofílico.

 

Dentro del seno de los fujimoristas hubo uno que juró por la "salud de Fujimori" y alguien de los humalistas lo hizo "por sus abuelitos que están en el cielo". Estas direcciones y contenidos de juramento no lo invalidan, aunque los abuelitos del que jura estén muy lejos, en un inexistente cielo,  y la salud del reo invocada tampoco  esté a su alcance si sus órganos prosiguen cancerándose.

 

Juez titular de Lima.-  Cuando fui juez  penal de Lima en 1974, hube de jurar y lo hice "por mi honor", pese a que la Ley Orgánica del Poder Judicial aún conserva una fórmula décimonónica: "Jura usted por Dios", a la cual no hice caso. Obscurantistas del entonces en la Corte Superior de Justicia de Lima casi no me reciben el juramento, pero la apertura democrática se impuso y llegué a ser juez, teniendo como garante a mi honor, al único que defendí durante la judicatura. ¡Jamás vendí una sentencia absolutoria!

 

Del mismo modo, la Constitución Política de 1993 no ha impuesto un molde cuadriculado. Obliga a jurar, con la mayor libertad del mundo, sin cortapisas delebles.

Ha hecho bien Ollanta al prestar juramento, al que lo obliga la Carta Política actual, "honrar los principios y valores de la Constitución de 1979". Pudo haber honrado la de 1933, o alguna de  más atrás inclusive. Allá el. Eso no invalida su juramento, ni hecha una pizca de rechazo a la de 1993, que no desconoció, desacató,  ni la sustituyó por otra. La acató más bien jurando y con otras expresiones suyas. Sólo falta que la respete, a diferencia de don Alberto Fujimori que hizo trizas la añorada de 1979.

 

 Finalmente, el marco constitucional vigente  urge ser replanteado, por los modos allí regulados. Sin una reforma de su contenido es ilusoria la "gran transformación del país", frase ésta que también motivó el juramento de alguien con utopía y sin anamnesis demostrativa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Andrés Townsend Ezcurra: a diecisiete años de su partida

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
31-7-2011

Andrés Townsend Ezcurra: a diecisiete años de su partida
http://herbertmujicarojas.lamula.pe/2011/07/31/andres-townsend-ezcurra-a-diecisiete-anos-de-su-partida/herbertmujicarojas

El mensaje inaugural del presidente Ollanta Humala hizo referencia a la Constitución de 1979, la de Víctor Raúl Haya de la Torre. Entre los postulantes lúcidos de ese cuerpo legislativo brilló Andrés Townsend Ezcurra, particularmente en las líneas magistrales del Preámbulo que defendiera con denuedo y doctrina. Hoy, hace 17 años, se fue don Andrés, sin enconos y sin odio, esa tara –recordaba él siempre- que ocupa mucho lugar, tal como hizo referencia una voz hermana y amiga desde cuando éramos jóvenes estudiantes.

El testimonio fraternal que se reitera procura, con humildad de reconocido pésimo alumno, hacer reminiscencia a un hombre honesto y de mayúsculas virtudes intelectuales y coherencia en su comportamiento público.

Quedan invitados a la lectura.(hmr)

Andrés Townsend Ezcurra: a quince años de su partida
http://www.voltairenet.org/article161388.html
31-7-2009

Olvidado, más bien borrado, de la historia oficial de su partido, el Apra, un político, decente y creativo, Andrés Townsend Ezcurra, amante fidelísimo de su "Tierra Santa", Chiclayo, partió a la eternidad un día como hoy de 1994. Siguiendo la peruanísima como execrable costumbre de obliterar antes que interpretar y analizar y superar los yerros pasados, tirios y troyanos se hacen los bobos y silencian cuanto se refiera a uno de los fundadores de la FAJ en 1934. Lucir ignorancia solo envilece y enaniza y ni siquiera los que han "ganado" lauros con libracos o con su memoria, tienen arrestos reivindicadores con aquél. El miedo y el temor no producen, más bien idiotizan.

La limpieza en la cosa pública fue blasón y signo distintivo de Townsend. La política tiene que ser digna, no hay otra forma de concebirla y practicarla. De lo contrario se vuelve vil negociado culpable. ¿Cómo entender hoy la posible privatización de los penales con un pobre diablo sospechoso de crímenes a cargo de la cartera? ¿no es un escándalo que se pretendan negociados con los hospitales y por décadas de contratos non sanctos? ¿por causa de qué y de quiénes se ha dado marcha atrás en el magnífico proyecto del megapuerto en la Isla San Lorenzo? ¿que, hay que esperar la dádiva minera que sigue contaminando, tierras y comprando conciencias de mercenarios con asiento en el gabinete ministerial

Escucho, cada día más, y por parte de ayer enconadísimos adversarios de Townsend, que ellos y no don Andrés, fueron los equivocados. Hoy confiesan haber creído una mentira masiva que produjo lo que hoy es la extinción cuasi virtual de lo que fuera esperanza y por momentos gloria del movimiento popular de protesta en calles y plazas. Doyme cuenta entonces de cómo y por dónde va el sentimiento: pesar pero impotencia. Hacer y organizar son, en política, virtudes infaltables y para ello la limpieza y la bona fide, amén de las ganas incansables de ganar en buena lid, son pasaportes ¡indispensables! ¿Cuántos hoy pueden exhibir diáfana hoja de vida y no prontuarios?

Los atisbos admonizadores que emitiera públicamente Townsend a partir de la controvertida asamblea que eligió como candidato a Armando Villanueva en 1979, resultaron verdad maciza e innegable a posteriori. En 1980 Fernando Belaunde ganó los comicios por un margen de más de 700 mil votos. Por lo menos eso confirmó que el Apra, que tenía todo para ganar, de modo nacional y luego de la muerte de Haya de la Torre el 2 de agosto de 1979, se había equivocado. ¡Y de qué manera!

En el 2003 escribí:

ATE: a nueve años de su partida

Se me ocurrió una noche de 1974 pedirle a Víctor Raúl Haya de la Torre que fuera a mi colegio a dar una charla. El Viejo sonrió y me dijo: "voy y luego te botan y la dictadura tiene el pretexto que necesita para decir que estoy soliviantando a los escolares, vamos a hablar con Andrés Townsend que es un excelente orador." Contesté: "pero si yo no lo conozco", "no te preocupes, dijo Haya, yo te lo presento". Y así fue y don Andrés llegó por mi querido Colegio América y salió luego de un rico diálogo entre aplausos atronadores. Hoy, hace 9 años que partió como polvo en viaje a las estrellas ese peso pesado de la política nacional que fue Andrés Townsend Ezcurra.

Los recuerdos se agolpan, la emoción asciende y los años, sin perdonar a nadie, siguen pasando. Puedo decir, desde la atalaya de más de 40 años, que tuve la suerte de conocer a políticos limpios, integérrimos y batalladores por sus verdades y por lo que ellos consideraban la lucha por un Perú madre y no madrastra de sus compungidos hijos. Entre estos centelleaba ¡qué duda cabe! don Andrés Townsend.

Debo confesar que fui uno de sus alumnos, el peor de todos. ¡Cuántas calaveradas, de esas que desquician al más templado, debió soportarme don Andrés! Siempre con paciencia y tino pedagógico me enseñaba y corregía. Por lo menos aprendí a redactar con alguna fortuna y él es responsable, al igual que el genial Crose (Carlos Roose Silva), que esté metido en estas avenidas peligrosas peleando centímetro a centímetro contra la incomprensión y la mentecatería de los delincuentes o de quienes, por tener dinero y poder real, se creen en el derecho de dictar el guión de la vida del resto de los peruanos.

Injustamente olvidado por su partido, el Apra, don Andrés fue un hombre valioso y un fiel colaborador de Víctor Raúl. Hay piezas maestras que traslucen su estilo, de belleza buida (como alguna vez dijera otro ilustre recientemente desaparecido, Nicanor Mujica) y que interpretan momentos cenitales de la política peruana, como aquel profundo mensaje que leyó Haya de la Torre al inaugurarse la Asamblea Constituyente de 1978. O cuando las exequias del viejo león trujillano frente a las puertas del Congreso el 5 de agosto de 1979 y fue entonces que Townsend le decía al dínamo Víctor Raúl: "fuiste más presidente que muchos presidentes y te fuiste en olor de multitud como transcurrió toda tu vida".

Hoy se habla de la integración latinoamericana como un deber ineluctable de la política continental. Y los jóvenes, sobre todo, ignoran que en la Constitución de 1933 hubo un artículo que prohibía a los partidos de "organización internacional" y que uno de ellos fue proscrito, sus militantes zaheridos o asesinados, por creer en la unión latinoamericana. Uno de los gonfaloneros más entusiastas y lúcidos de este fenómeno fue Andrés Townsend. A su concurso fundacional se debe la creación del Parlamento Latinoamericano y una placa conmemora su recuerdo en 1964 en el Congreso del Perú.

Hoy cuando el 95% de los políticos son bufones de muy poca especialización, barruntos torpes de cualquier zafarrancho que no de arte o negociación, las estrellas lejanas pero presentes de hombres como Andrés Townsend, brillan con luz incenescente. Vivo con su recuerdo y en el cariño que prodigué a sus enseñanzas fraternales múltiples. He olvidado las desavenencias y los baches.

¡A tal señor, tal honor!

_________________________________________________
Sent with http://www.GConnect.ch Mailsystem