Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-10-2018
¡Vade retro
reeleccionistas y vacas sagradas!
No brilla por ningún lado, mayor luz o fanal potente, en el
Congreso cuya penumbra existe por estos días.
Por eso el pueblo, de todos los modos posibles, expresa su
repudio a los precarísimos habitantes en Plaza Bolívar.
El 28 de julio el presidente Vizcarra propuso entre sus
reformas constitucionales la NO REELECCION de congresistas. Es decir que
terminado el período que alcanza hasta el año 2021 retornasen a sus domicilios
para no seguir constituyendo estorbos públicos.
Si hay escasez de inteligencia, no ocurre lo mismo con la
picardía y el ingenio. La trapisonda no es ajena a la formulación parlamentaria
y una clara muestra del aserto es lo siguiente:
“Art. 90-A Los
parlamentarios no pueden ser reelegidos para un nuevo período, de manera
inmediata, en el mismo cargo”.
Es decir que quien postule para senador siendo actualmente
congresista, carece –de acuerdo al texto- de impedimento.
En buen castellano las vacas sagradas, los
parlamentarios-curul, esos que han entendido que su centro de convenciones y
elucubraciones, diversiones e influencias es el Congreso, sí poseen la puerta
abierta. Y el mismísimo 2021.
¡Poco importa que su “labor legislativa” sea de una pobreza
escandalosa! Que su paso por el Parlamento haya sido un oscuro túnel de
mediocridades, eso sí, avituallados de batallones de secretarias, tropas de
asesores, choferes a disposición y servilismos que los protocolos prescriben
para referirse a ellos. ¿Cómo abandonar esos privilegios? Ni qué decir de paga puntual
o negocios conexos.
Sólo los 50 senadores de una supuesta “Cámara reflexiva”
constituyen violación de la propuesta presidencial del 28 de julio. A eso hay
que añadirle el aderezo burocrático inevitable que será llenado por amigotes y
parientes de sueldo completo o parcelado.
El espectáculo no puede ser más horrendo pues muestra la
esclerosis política peruana en toda su crudeza. Imposible hacer política si no
es arrimados a la cansada ubre del Estado que pagan los contribuyentes para
quienes casi nunca hay beneficios directos o indirectos, más bien son ajenos a
aquellos.
Poco a poco, con la convicción informativa que dan los días,
será un deber votar contra la bicameralidad en el referéndum. Y de ese modo los
reeleccionistas y vacas sagradas no podrán ser reelegidos “en el mismo cargo”.
Amén.