Wednesday, August 29, 2007

¿Y porqué no “tomatina” política?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
29-8-2007

¿Y porqué no "tomatina" política?

Informa el cable que no menos de 40 mil idiotas ibéricos, con galos y
británicos, participaron en la "tomatina", "fiesta" que consiste en el
lanzamiento de tomates como proyectiles entre sí. Una diversión de
pueblos en que este alimento puede ser desperdiciado por toneladas que
van a la basura. La estupidez también es un asunto globalizado y una
irrebatible demostración de cuan abyecto puede ser el hombre con el
hombre. Homo hominus lupus.

En Perú donde nos embuten globalizaciones, los Parlamentos sacralizan
a ejecutivos quebrados y soplones para que hagan más negocios a costa
de la desgracia ajena; escenario en que se institucionaliza como
"tema de Estado" a un vulgar criminal y ladrón contumaz como Kenya
Inomoto Fujimori, sin cuyo pretexto no hay prensa, ni dólares y
tampoco pervivencia; ¿porqué no una "tomatina" –en forma de huevos,
desechos podridos, repudio público, rechazo generalizado- a políticos
inmorales, empresarios mamones del Estado, a "intelectuales" de
coyuntura, a periodistas al peso en todos los medios? Las leyes no
sirven porque siempre hay abogángsteres capaces de hacer leer todo lo
contrario de lo que dicen los códigos y jueces que meten a la cárcel a
inocentes y liberan culpables.

Es casi seguro que el fenómeno surreal de ver cómo ladrones se
apoderan de los puestos públicos, de contemplar de qué manera los
mediocres ocupan en 95% el Establo congresal, de sufrir el embate
presencial de cacos y estafadores conocidos así como de embajadores de
transnacionales en el gabinete, en empresas públicas, ocurre tan solo
en Perú con las características de impunidad escandalosa. Los grandes
pillos se hacen dar homenajes y "celebran" aniversarios, de cualquier
cosa o tipo, para tapar sus actos delincuenciales que la gran prensa
no denuncia ni evidencia y más bien oculta con excepciones mínimas.

No sólo políticos. Hay diplomáticos, militares, profesores,
científicos, profundamente pusilánimes que no se atreven a dar el paso
enorme de olvidar incoherencias sempiternas y trabajar por el Perú.
Periodistas venales hay que tasan hasta la más mínima coima en dólares
por decir lo que estos ordenan y establecen. Si se trata de, como años
atrás con Tambogrande, presentar a Majaz como bondad inmensa para los
lugareños sin, por supuesto, tomar en cuenta su opinión, lo hacen y
cobrando muy bien. El medio ambiente, la eliminación de especies,
campos y equilibrios ecológicos, importan un ardite. En cambio sí
tienen valor –y mucho- los billetes verdes. Y no otra cosa se puede
decir de esos famosos "internacionalistas, analistas, estrategas,
politólogos" que responden básica y únicamente a las bolsas que pagan
sus orientaciones que hoy podrían ser hacia el color negro, y mañana,
al blanco. Y nunca ponen en peligro, de ese modo avieso, sus libros,
investigaciones, talleres, fórums, viajes, casas, autos, diplomados y
homenajes.

¡Aquí no hay castigo para los sinverguenzas de cuello y corbata,
nombre fabricado a punta de mermelada y pasos milimétricos y, en
cambio, quien no tiene dinero se va a la cárcel y se da la ilógica
transitividad que los pobres pecadores pagan por los ricos fautores de
mil y un fechorías! ¿Ha visto o conoce a algún ministro, viceministro,
parlamentario, gerente de empresa pública, director de personal o
encargado de logística, en el calabozo, con sus bienes expropiados y
arrebatadas sus propiedades habidas de mala manera? Uno que otro
idiota sí que está tras las rejas. En muchos casos, en virtud de un
pacto muy bien concertado: ¡unos pocos años a la sombra para que nadie
cuestione luego, los millones escondidos en bancos de ultramar y a
nombre de terceras, cuartas o quintas personas! ¿No, Joy Way?

El día que los peruanos comprendan, de una buena vez, la ineficacia
monumental de sus leyes pseudo-castigadoras y de la pusilanimidad
feminoide congénita que inunda a todo aquel que llega a la cosa
pública (porque malograría "negocios", muchos, dicen), tendrá que
arribar a la inevitable conclusión que debe actuar rápido. Y el
repudio público, el escupitajo a los indignos, el dicterio justiciero
a los ladrones, será un buen indicio de la reconstrucción patriótica.
Pero eso lo pueden hacer grupos o partidos políticos premunidos de
idea y doctrina, disciplina y acción. En Perú no hay esa clase de
organizaciones. Sólo hay clubes electorales o pandillas logreras y
hueleguisos del aparato del Estado.

¿Y porqué no "tomatina" política?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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Perú-Chile: un poco de historia

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
14-5-2004

Perú-Chile: un poco de historia

Ha dicho el presidente de Chile, Ricardo Lagos, que "Así es, Perú se
opone. Yo creo que la opinión pública boliviana no lo sabe. Y no estoy
criticando a los amigos peruanos, estoy constatando un hecho de la
historia". ¿A qué se refiere el mandatario sureño?: a la anhelada
salida al mar de Bolivia.

El 3 de junio de 1929, es decir, hace casi 75 años, Perú y Chile
firmaron el Tratado y Protocolo Complementario para resolver la
cuestión de Tacna y Arica. En el artículo primero del Protocolo se
dice: "Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo acuerdo
entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los
territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma fecha
quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese requisito,
construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales."

Quiere decir que cualquier decisión sobre un milímetro de Arica tendrá
que ser con previo acuerdo sobre los términos, alcances, duración y
formas en que esta eventualidad pudiera tener ocurrencia. No es que
Chile presente al Perú decisiones tomadas con terceros países, sino
que un trato antelado, enhebrado en sinergia tiene que incluir la
decisión soberana de ambos países: Perú y Chile, ningún otro. Por
tanto, desde 1929, nada ha ocurrido sin que nuestros países hayan dado
su consentimiento o negativa expresos.

Para el ilustre diplomático e historiador, Félix C. Calderón, en su
obra El Tratado de 1929: La otra historia, refiriéndose a las
modalidades de servidumbre en el artículo 1º del Protocolo, escribe:
"Cómo puede apreciarse, ella consiste en la autolimitación que ambos
países se han impuesto respecto a la suerte de Tacna y Arica, después
de la entrada en vigor del Tratado de 1929" (p.290).

Es más, precisa Calderón que "De origen chileno e incluida a
insistencia de ese país (el artículo 1º del Protocolo), lo que se
persiguió con esa cláusula fue frustrar cualquier eventual arreglo
peruano-boliviano en detrimento de Arica. Stricto sensu, esta
limitación debió haberse aplicado solamente a Chile, como resultado de
la cesión territorial de Arica que hizo el Perú. Lo curioso del caso
es que habría sido la libre disponibilidad del Perú sobre Tacna, sobre
todo en lo que se refiere a la construcción de una nueva vía férrea
hacia La Paz, lo que habría querido restringir Chile. Y para ello no
se le ocurrió nada mejor a la Cancillería de La Moneda que recurrir al
texto del artículo sexto del Tratado boliviano-chileno de 10 de agosto
de 1866, tal como lo recordara Culbertson" (p. 290, op. cit).

Estoy seguro, ya que ha citado la historia, que el presidente Lagos
necesita leer el libro del doctor Calderón que hasta puede ser
autografiado si así lo facilita la embajada peruana en Santiago y con
una simple gestión de índole editorial.

En la p. 237 de Posición Internacional del Perú, Alberto Ulloa
Sotomayor, sostiene: "Resuelta la cuestión de Tacna y Arica sin la
participación de Bolivia, el interés y juego de Chile son y tienen que
ser claros en el sentido de orientar hacia el Perú la aspiración
portuaria boliviana. Satisfacerla a costa nuestra significaría vencer
y debilitar nuevamente al Perú, émulo permanente de Chile en el Sur
del Pacífico; crear una separación abismal entre el Perú y Bolivia por
un tiempo cuya extensión estaría en razón directa de tan monstruosa
injusticia; crearle al Perú un nuevo competidor político y económico,
en mejores condiciones geográficas y necesariamente subordinado o
sometido a Chile, ya que no podría ser amigo el Perú y ya que
necesitaría apoyar en una amistad con aquél la garantía de continuidad
en una posesión írrita de la que el Perú haría todos los esfuerzos
posibles por expulsarla".

El integérrimo patriota Alfonso Benavides Correa afirma en su libro
Por la patria libre y la justicia social, en la p. 64: "Chile se luce
muy generoso con el territorio de Arica, que fue exclusivamente
peruano hasta el 3 de junio de 1929 en que el Perú se la cedió a Chile
con reservas de dominio, pero se cuida de no hacerle ningún
ofrecimiento por los territorios que a Bolivia le pertenecieron hasta
el 20 de octubre de 1904 en que, de sur a norte, Bolivia tuvo como
puertos propios Antofagasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla. ....Chile
no le ofrece a Bolivia ninguno de estos puertos porque desde 1879, le
ofreció Tacna y Arica a Bolivia, o únicamente Arica o una fracción de
Arica, que no pertenecía a Bolivia sino al Perú que se proyectaba
desmembrar, como canje por Atacama que Chile le sustrajo a Bolivia y
como póliza de seguro de Tarapacá que Chile le arrebató al Perú".

Ha hecho bien la Cancillería del Perú en recordar que hay un tratado,
el del 3 de junio de 1929, que rige los límites entre Perú y Chile y
el trato especial que hay sobre Arica. Si Torre Tagle comprende bien
su misión, es hora de recordar in extenso y urbi et orbi, a los
ciudadanos del Perú, qué fue y cómo se gestó un Tratado que puso fin a
la infausta guerra de invasión de Chile al Perú. Más aún, la ocasión
es inmejorable para que los escolares, universitarios, políticos y
líderes en general, entiendan qué es un país, cómo se defiende a la
patria que no puede venderse, concesionarse o regalarse como pregonan
irresponsables y traidores.

La invocación que de la historia ha hecho el presidente chileno es muy
pertinente. Todos tienen que aprender de ella y, en primera fila, el
mandatario del sur, quien, sin duda alguna, ha "olvidado" detalles que
su país puso en blanco y negro el 3 de junio de 1929.

En ocasión de celebrarse en pocas semanas más el 75 aniversario del
Tratado de aquella fecha, inclinemos con respeto nuestras miradas en
recuerdo de los héroes que murieron por la patria, por aquellos que
ofrendaron sin dobleces ni hipocresías su sangre y alma por el Perú.

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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