Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
20-1-2025
¡Solución negociada en Cancillería!
https://senaldealerta.pe/solucion-negociada-en-cancilleria/
Parece innecesario resaltar la extrañeza que producen
algunas decisiones del canciller Elmer Schialer al frente del portafolio de
Relaciones Exteriores.
Haber nombrado como asesor suyo al ex vicecanciller Hugo de
Zela, quien mediante un informe del propio Ministerio de Relaciones Exteriores,
fuera hallado partícipe de un complot contra el embajador Fortunato Quesada y
que fue desaforado de la misión en Israel, expulsado del servicio y arruinado
su proyecto de vida, sí que es un asunto incomprensible.
Que se sepa, de Zela no ha sido sancionado ni con una línea
oral o escrita. El amiguismo compadrero y la solidaridad de cuerpo, mal
entendida, llevan a estos resultados censurables.
Otro embajador, José Betancourt, quien fuera echado de la
representación diplomática del Perú en Egipto, vino a Lima y lejos de ser
castigado por la comisión de un tema grave (lo es enturbiar las excelentes
relaciones entre Perú y Egipto), fue nombrado Asesor Especializado en la Oficina
General de Recursos Humanos, tampoco deja de ser un baldón a Torre Tagle, que
premia a quienes, literalmente, meten la pata.
La última acción polémica fue nombrar al señor Stephen Haas
Del Carpio como Agregado de la Embajada del Perú en España, de nula o
desconocida formación diplomática o jurídica, pero que tuvo relación con el
señor Nicanor Boluarte, a quien se le acaba de revocar la prisión preventiva
que decretara un juez penal.
Aparentemente la asesoría en el nombramiento de funcionarios
es un punto débil en la muy reciente gestión del canciller Elmer Schialer
porque ninguno de los arriba mencionados carece de impugnaciones que traerían
abajo sus nominaciones.
Este 2025 a no dudarlo se producirán importantes documentos
judiciales, uno de ellos en singular, el referido al embajador Fortunato
Quesada.
Dicho diplomático ha ganado las dos primeras instancias y
Cancillería interpuso un recurso de casación irresuelto a la fecha.
Es notoriamente probable que la tercera instancia favorezca
a Quesada y con ello la reposición en su puesto o equivalente de trabajo; el
reintegro de lo dejado de percibir y una derrota sin atenuantes de Cancillería
que, además, deberá reconocer que se equivocó al blindar acciones de un complot
que trajo desprestigio y ridículo al MRE.
¿Son concientes los
altos funcionarios de Torre Tagle del arriesgado camino que puede desencadenar
una derrota catástrófica?
Recordemos, años atrás se produjo un complot de grabaciones
ilegales en Tel Aviv, Israel, difusión mediática en un programa político del
Perú; la investigación demostró la participación de tres embajadores, de Zela,
Popolizio y Boza (+) y de otro funcionario, también cómplice de menor rango.
La comparación entre los “castigos” administrados para un
integrante del complot; otro diplomático entorpecedor de la relación
institucional contra un país amigo africano, fue no tocar a uno y premiar con puesto
de rango, al otro.
En cambio Quesada fue obligado a volver al Perú, le
sometieron a un alud de prensa insólito porque antes del proceso judicial, ya
era culpable, y la pérdida del medio de trabajo, amén que el desprestigio de
Cancillería fue notorio ante todas las legaciones diplomáticas en el mundo.
En este decurso de situaciones, salvo los complotados, todo
el resto ha salido muy mal parado.
¿Quién puede descartar que la casación planteada por
Cancillería no haya sido fruto de la presión interesada en retrasar, morigerar
o anular, las dos instancias ganadas ya por el embajador aludido?
Creemos que un mejor y más saludable arreglo debiera pasar
por una negociación discreta, sin mengua de las partes y en beneficio de la
propia dinámica de la Cancillería.
¿Qué no es el mejor camino? ¿Quién lo dice? ¿No se puede o
no se quiere?
Si nos atenemos a la lógica judicial, el proceso monitoreado
por Quesada, ganará la tercera instancia y ¡por mandato judicial que no
admitirá pretextos ni excusas! repondrá al embajador en su puesto de trabajo
más lo dejado de percibir y las excusas institucionales.
Los halcones en Cancillería, esos que consideran la carrera
diplomática como un coto de caza exclusivo para los que ostentan apellido,
color de piel, relaciones amicales y familiares desde siempre, no reparan en
Torre Tagle como un ministerio productivo al diseño geopolítico del Perú y empujarán
el camino guerrero aunque se dejen jirones de prestigio y profesionalismo en el
camino.
Al Perú interesa una solución, la mejor y no bélica o la que
imponga el frío metal de decisiones judiciales. ¿No es un derrotero creativo e
interesante?
La corrupción, impunidad y los blindajes así como los
encubrimientos, deben terminar de una vez por todas en Cancillería que predica
la transparencia de sus actos haciendo cosas distintas en la realidad.
Seguiremos informando.