Wednesday, October 31, 2007

Nuestros legisladores

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
23-11-2005

Nuestros legisladores
por Manuel González Prada

I

Durante la legislatura de 1906, un senador tuvo la sencillez o la
malicia de afirmar en plena cámara: "Hace algunos años, el Poder
Parlamentario del Perú es nominal. Es inútil oponerse a ningún plan o
proyecto que venga del Ejecutivo, puesto que es seguro que todo
proyecto del Ejecutivo ha de aprobarse, cualesquiera que sean sus
consecuencias".

No desde algunos años únicamente, sí desde los comienzos de la vida
republicana, nuestras Cámaras Legislativas hicieron un papel tan
degradante y servil, que muchos diputados y senadores merecieron
figurar en la servidumbre de Palacio.Y ¿qué más podrían ser los
elegidos por el fraude o la imposición de los Gobiernos? Uno que otro
individuo de elevación moral, una que otra minoría de sanas
intenciones, no borran el estigma de la corporación.

Minorías, mayorías, palabras de significación aleatoria cuando se
piensa que nuestros legisladores suelen amanecer oposicionistas y
anochecer ministeriales. Hasta en las minorías de apariencia más
homogénea conviene señalar a los hombres-convicción, a los que
sostienen una idea, para distinguirles de los hombres-polea, de los
que chirrían por no estar lubricados con el aceite de la Caja fiscal.
Los oposicionistas de buena fe, desengañados por la indiferencia de
sus compañeros y aburridos con la insufrible garrulería de los
adversarios, acaban por enmudecer, convenciéndose de que no se
argumenta con masas de ventrales, como no se pega testaradas a un muro
de calicanto ni se da puñetazos a un zurrón de sebo.

En cuanto a las mayorías, no todos sus miembros rayan a la misma
altura, pues mientras unos pocos actúan maliciosamente, sabiendo de
qué se trata y hacia dónde se camina, los demás no conocen el terreno
que pisan ni oyen razón alguna, salvo las venidas del Gobierno y
comunidades en forma de orden conminativa. La masa congresil procede
con los Presidentes como el rucio con Sancho: hace que entiende,
agacha las orejas y trota. El Cardenal de Retz decía que Todas las
grandes asambleas son pueblo. Si viviera entre nosotros, afirmaría que
los congresos del Perú son populacho.

No obstante la sumisión, hubo épocas en que un espíritu de rebelión
parecía inflamar la sangre de senadores y diputados. Los griegos
vivaqueaban en los salones del Poder Ejecutivo, los troyanos acampaban
en los dos locales del Poder Legislativo. Por momentos se esperaba el
choque y la hecatombe; pero nada, ni cadáveres ni heridos. En lo
inminente del agarrón mortífero, en lo que llaman el instante
sicológico, vino la reconciliadora lluvia de oro. Simple chantage.
Algo podrían contarnos Dreyfus y Grace. Regla general: minorías tan
valiosas como las mayorías, pues las unas no abrigaron propósitos
mejores que las otras. Hoy mismo, en oposicionistas y gobiernistas no
vemos luces y tinieblas que batallan por obtener la victoria, sino
tizones que humean en lugares opuestos.

Entonces ¿de qué nos sirven los Congresos? ¿Por qué, en lugar de
discutir la disminución o el aumento de las dietas, no ponen en tela
de juicio la necesidad y conveniencia de suprimirse? ¡Qué han de
hacerlo! Senadurías y diputaciones dejan de ser cargos temporales y
van concluyendo por constituir prebendas inamovibles, feudos
hereditarios, bienes propios de ciertas familias, en determinadas
circunscripciones. Hay hombres que, habiendo ejercido por treinta o
cuarenta años las funciones de representante, legan a sus hijos o
nietos la senaduría o la diputación. No han encontrado la manera de
llevarse las curules al otro mundo. Haciendo el solo papel de amenes o
turiferarios del Gobierno, los honorables resultan carísimos, tanto
por los emolumentos de ley y las propinas extras, como por los favores
y canonjías que merodean para sus ahijados, sus electores y sus
parientes. Comadrejas de bolsas insondables, llevan consigo a toda su
larga parentela de hambrones y desarrapados. En cada miembro del Poder
Legislativo hay un enorme parásito con su innumerable colonia de
subparásitos, una especie de animal colectivo y omnívoro que succiona
los jugos vitales de la Nación.

El actual Ministro de Hacienda declaró ante las Cámaras Legislativas
que "muchas obras públicas de urgente necesidad se aplazaban
indefinidamente, porque el dinero asignado para ellas se invertía en
pagar Congresos ordinarios y extraordinarios". El zurriagazo no
levantó la más leve roncha en la epidermis de los honorables: fue
ovillo de lana, arrojado contra el pellejo de un hipopótamo. El
merecido agravio, lejos de amenguarles el apetito, les enardeció el
hambre, así que alevosamente, en sesión secreta, se adjudicaron la
renta anual de tres mil seiscientos soles. Después, echándola de
sensibles a la indignación general, quisieron volver sobre sus pasos y
hasta darse el lujo de renunciar a las dietas: pura broma (no la
llamaremos bellaquería), pues mientras en el Congreso lanzaban
discursos henchidos de un desinterés sanfranciscano, fuera de]
Parlamento y en amena compañía celebraban con estrepitosas
francachelas el advenimiento de los tres mil seiscientos al año.

Y ¡cuánto bueno podría hacerse con el dinero malgastado en fomentar la
logorrea parlamentaria! La protección al ganado lanar y al vacuno
daría más beneficios que el mantenimiento del régimen representativo.
Nadie negará que un kilo de buena lana o un litro de buena leche, vale
más que el pliego de interpelaciones formuladas por un senador
oposicionista, o que la resma de discursos emitidos por un diputado
ministerial. Decimos logorrea, pues lo que nuestros legisladores
hablan corresponde muy bien a lo que hacen. Como autómatas parlantes o
bombas de arrojar discursos, funcionan tan desastradamente que a
menudo se llevan de encuentro el sentido común y la Gramática.
Desearíamos que algún tenaz rebuscador de papeles volviera y
revolviera el Diario de los Debates, para averiguar cuántas partículas
de oro se esconden bajo esa inconmensurable montaña de cascote y
desperdicios.

II

Volvemos a preguntar ¿de qué nos sirven los Congresos? sirven de
prueba irrefragable para manifestar la incurable tontería de la
muchedumbre, al dejarse dominar por una fracción de gentes maleables,
a medio civilizar y hasta analfabetas, sin la más leve inclinación a
lo bello ni a lo justo, con el solo instinto de husmear por qué lado
vienen los honores y el dinero, o hablando sin mucha delicadeza, la
ración de paja y grano.

A más de tenernos por cerca de medio siglo bajo la Constitución
retrógrada de 1860, los Congresos nos han dictado la Ley de Elecciones
y el Código de Justicia Militar: la primera que pone toda la máquina
electoral en manos del gobierno, es decir, del Presidente; el segundo
que sanciona todas las iniquidades posibles, desde la pena capital
hasta la confiscalización de bienes, y coloca perennemente a la Nación
bajo un régimen que no se disculpa sino en el estado de sitio.

Mas, no sólo el Perú, casi todos los pueblos del orbe civilizado
abrigan la ilusión de que el sistema parlamentario inicia y afianza el
reinado de la libertad. Como un autócrata domina por la fuerza,
valiéndose de genízaros o de cosacos, así un presidente constitucional
puede ejercer tiránicamente el mando, apoyándose en cámaras de
servidores abyectos y mercenarios. Congresos tuvimos en el Perú que
valían tanto como un batallón de genízaros o un regimiento de cosacos.
Venga de un solo individuo, venga de una colectividad, la tiranía es
tiranía.

Los Congresos sucederán a los Congresos pareciéndose los unos a los
otros, legándose sus dos cámaras y su elocuencia, como los camellos se
trasmiten sus jorobas y los cerdos su gruñido. Nuestros legisladores
seguirán legislando, sin averiguar si causan admiración o menosprecio
ni cuidarse de si el país acepta o rechaza las leyes, no pensando sino
en recibir la consigna oficial y captarse la benévola y aprobatoria
sonrisa del gran elector. En lo que muestran honradez relativa o
fidelidad al compromiso: no siendo elegidos de la Nación sino hechuras
del amo, al amo deben servicios y complacencias. Legislen, pues, los
legisladores, hagan y deshagan de nosotros, quiten y pongan leyes,
engorden y medren con su interminable secuela de parientes, electores
y ahijados: Cromwell no se diseña en el horizonte, el pueblo no da
señales de coger el azote y cruzar rostros en que rara vez asomaron el
pudor y la vergüenza.

Más aquí, no sólo el Congreso dicta leyes: legisla todo el mundo, y
como hijos del Imperio Romano, somos legisladores en potencia. Alguien
lo dijo ya: "Aquí legisla la Junta de Vigilancia del Registro de la
Propiedad, legisla la Junta Departamental, legisla el Consejo Superior
de Instrucción, legislan las Cortes y los jueces, legisla a diario el
Gobierno, etc.".

¡Oh manía legiferante de los políticos peruanos! Quieren improvisar
hombres a fuerza de imponer leyes: no hay organismos, y decretan
funciones; no hay ojos, y exigen largavistas; no hay manos, y ordenan
guantes. Quizá no existe candidato a la Presidencia, juez, diputado,
bachiller, amanuense o portero que no archive en la cabeza su
constitución, sus códigos, sus leyes orgánicas, sus decretos ni sus
bandos. Todos guardan la salvación de la patria en algunos rimeros de
papel entintado con algunas varas de proyectos y lucubraciones.
¡Cuánto político por afición atávica venida de su abuelo el conserje o
de su padre el ex-senador suplente! (Cuánto sociólogo por haber oído
el nombre de Comte y saber la existencia de Spencer y Fouillée). Esos
políticos y sociólogos, pretendiendo conducir a las naciones, nos
causan el efecto de un mosquito afanándose por desquiciar a un
planeta. Ocurren ganas de apercollarles y decirles:

-¡Basta de reformas y proyectos, de logomaquias y galimatías! Más de
ochenta años hace que ustedes viven chachareando en las Cámaras,
desbarrando en los ministerios, rastacuereando en las legislaciones y
dragoneando en los puestos de la administración pública. Vayan unos a
carenar buques, otros a barretear minas, otros a mondar legumbres,
otros a bordar casullas, otros a manejar escobas, otros a segar hierba
o quebrantar novillos.

La vergüenza del Perú no está en haber sido arrollado y mutilado por
Chile (¿qué pueblo no ha sufrido mutilaciones ni derrotas?); el
oprobio y la ignominia vienen de seguir soportando el yugo de tanto
orador sin oratoria, de tanto moralizador sin moral, de tanto sabio
sin sabiduría. Sí, ustedes son la carcoma y el deshonor del Perú, oh
barberos y sacamuelas de la Sociología, oh Purgones y Sangredos de la
política, oh charlatanes y confeccionadores de miríficas drogas para
sanar y prevenir todas las enfermedades del cuerpo social.

Cuando transcurran los tiempos, cuando nuevas generaciones divisen las
cosas desde su verdadero punto de mira, las gentes se admirarán de ver
cómo pudo existir nación tan desdichada para servir de juguete a
bufones y criminales tan pequeños.
........................................

*Horas de Lucha, 1906

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Tuesday, October 30, 2007

La normal estupidez peruana

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
30-10-2007

La normal estupidez peruana

A ningún director de diario, canal o radioemisora parece extrañarle;
tampoco ha expresado su indignación profunda ningún ex canciller,
embajador, activo o pasivo; su rechazo algún líder político o
legiferante de cualquier vertiente –la que fuera, al caso todas son lo
mismo de indiferentes-; miembro de ONG o sucedáneos; sobre cómo La
Tercera de Chile ha publicado expresiones del canciller José García
Belaunde que comportan una clara, inadmisible, torpe y traidora
declaración contra lo preceptuado, pactado con Chile en el Tratado de
Lima y Protocolo Complementario del 3 de junio de 1929.

En efecto, "Según versión de la agencia oficial Andina, el canciller
José García Belaunde dijo lo siguiente: ""Perú no será obstáculo,
siempre y cuando se respeten los derechos que el Perú tiene ahí (....)
Hay unas servidumbres en que Perú tiene derecho", señaló en una
entrevista publicada en el diario La Tercera.......... Si la solución
apunta a entregar soberanía de territorio sobre Arica, en ese caso
Perú debe ser consultado", agregó Belaunde. (sic)".

Más aún: "No ha pasado mucho tiempo desde que el marino Jorge Brousset
tildó de "saludable" la "consulta" chilena al Perú para una hipotética
salida al mar de Bolivia por el norte de Arica. La notable sabiduría
del especialista de marras tumbó de un sólo rebuzno el artículo 1 del
Protocolo Complementario del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929
que dice así: "Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo
acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte
de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma
fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese
requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas
internacionales".

La normal estupidez peruana de dejar pasar contrabandos no es nueva.
Así es cómo se permite que la mayor cantidad de despropósitos
constituyan normas y aberraciones que rigen el comportamiento
colectivo del país. ¿Será suficiente "motivo" para ignorar el delicado
asunto, que sea un periodista quien señala la desdorosa claudicación
de un gobierno que no atina a marcar dignos pasos soberanos y
diferenciadores con el país del sur? ¿O es que la idiotez concesiva se
ha instalado congénitamente, por los siglos de los siglos, en el ser
nacional?

Cancillería dejó pasar el estado de cosas con Chile, las fronteras,
convenios y delimitaciones y hoy debemos reparar gruesas fallas de
óptica y capacidad geopolítica de encuadrar los procesos vecinales de
desarrollo conjunto y complementariedad, no subsidiariedad como ocurre
en no pocos casos. Las declaraciones y monsergas por la integración
continental, no consiguen morigerar la profunda carga mediocre que hay
subyacente y fácilmente apreciable cuando son otras las directivas y
provenientes de fuera, las que predominan como grandes avenidas de
trabajo a nivel internacional.

¿Por causa de qué el silencio? No es la primera vez. En 1999, en
noviembre, una pandilla de diplomáticos, intelectuales, militares,
bajo el amparo del gobierno dictatorial de Kenya Fujimori, pactó un
acta supuestamente solucionadora de los temas pendientes desde 1929.
No fue así, se siguió el curso de acción hábilmente impulsado por la
diplomacia chilena que gratificó con una distinción y medalla al
supuesto "negociador" peruano Fabián Novak, traidorzuelo que hoy ocupa
el viceministerio de Defensa (¿de qué país?). ¡Y ningún Congreso se ha
atrevido a convalidar las claudicaciones que se hicieron entonces! Es
más, adrede, y bajo conocimiento de Jorge Valdez, el fujimorista
secretario general de Torre Tagle, se prescindió del mapa de
Remozamiento Portuario de Arica que Leguía negoció con los chilenos en
abril de 1929. ¡Eso hubiera evitado la traición, pero no fue así!

En pleno 2007, con un gobierno democrático que no acierta a entender
que el gobierno socialista de Chile es más chileno que socialista, un
canciller se permite desdibujar lo pactado en el Tratado de 1929 y
concede la posibilidad de una "consulta" al Perú en caso Chile
pretenda otorgar (lo que no puede hacer porque el Tratado así lo
indica claramente cuando preceptúa el "previo acuerdo" entre Perú y
Chile) salida a Bolivia por el norte de Arica. ¡Y aquí todos mantienen
vergonzoso silencio! ¿Tendré que ser el único candil desde mi
tribunita casi clandestina pero persistente en la denuncia diaria? Si
así fuere, son testigos los mártires de la patria y los héroes que ya
tienen a quien culpar de este abyecto rosario de nauseabundas acciones
proditoras.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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Sale a luz pedofilia en Sodalitium

Sale a luz pedofilia en Sodalitium
por Roberto Valdivia; robertovaldivia77@yahoo.es
30-10-2007

La noticia constituye el corolario de una crónica anunciada. La
cacareada "pureza" de sus consagrados, el nauseabundo olor a
"santidad" de que presumían, la rígida y estricta "metodología de
selección" de sus miembros, la presunta "vocación religiosa" de que
hacían gala, sus largos y meditados procesos de discernimiento en San
Bartolo para consagrar plenamente sus vidas a Dios... no eran más que
una gigantesca farsa.

Daniel Bernardo Beltrán Murguía Ward, el sodálite experto en
informática, es el primer consagrado de esta secta destructiva que es
capturado con las manos en la masa, seduciendo a indefensos niños
pobres, abusando de menores, practicando sexo oral con ellos,
fotografiándolos desnudos.

Se trata del primer sodálite que conoce la opinión pública que vive
buscando el placer sexual en nombre de Dios. Lo que no se conoce aún
es cuánto tiempo ha estado abusando de menores, cuántas son en
realidad sus víctimas, cuáles son los nombres de sus cómplices, como
es que está organizada la red internacional de pedofilia para la que
trabaja y quienes son los encumbrados que la dirigen y que han
protegido al depravado hasta hoy.

Estos son los sujetos a quienes la élite de la sociedad peruana
encarga sus hijos para que sean preparados en los retiros de
confirmación, o que los entrega incautamente a participar en los
Convivios, o los matricula en los exclusivos colegios San Pedro o
Villa Cáritas en La Molina, o que los envía a formarse en el Instituto
del Sur o a ser profesionales en la Univesidad Católica San Pablo del
Sodalitium.

¿Debemos ahora creerles que esta vergonzosa situación, era "hasta
ahora totalmente desconocida" para ellos? ¿Podemos aceptar que estos
abusos los han "sorprendido y golpeado dolorosamente" en su comunidad?
Hay que ser muy incauto para pensar que la ola de pederastía clerical
que ha reventado estruendosamente en todo el mundo en los últimos
cinco años tenía una isla virginal en el Sodalitium.

La misma iglesia católica jamás aceptó la "tolerancia cero" para los
clérigos que caían en la desgracia de ser sorprendidos en sus andanzas
sexuales con menores. Acudió a la caridad cristiana y al perdón para
"rehabilitar" a sus pederastas, cambiarlos de parroquia y finalmente
aplicar la bondadosa "tolerancia uno" que terminó convirtiéndose en
"tolerancia 80" para Nicolás Aguilar en México y "tolerancia 130" para
George Geoghan en Boston.

Lo peor de estas instituciónes religiosas que "cazan niños" no es el
abuso sexual en sí (que de hecho se da en muchos grupos sociales),
sino el encubrimiento de sus abusos sexuales bajo un manto de
sacralidad y divinidad. Es la utilización de Dios para sus fines
orgásmicos; y el ocultamiento de sus crímenes al mejor estilo sectario
y al más puro actuar de las mafias más tenebrosas.

Salíó a la luz el primer victimario sexual del Sodalitium. No es el
más grande. Beltrán Murgía es solamente un pez chico, una lorna
religiosa. Pronto saldrán a la luz, inexorablemente, los peces gordos,
las ballenas religiosas y las vacas sagradas. Y saldán también,
cobrando valor y dignidad, las víctimas que han callado un silencio
fundacional.

Capturaron a sodálite pedófilo en Lima cuando fotografiaba a menor de 11 años
http://www.peru21.com/p21online/Html/2007-10-29/onp2portada0805420.html

Efectivos de la comisaría de Alfonso Ugarte hallaron fotos de otros
dos niños en poder del sujeto. Se investiga su relación con alguna red
internacional de pederastas.

Agentes de la comisaría de Alfonso Ugarte detuvieron a Daniel Bernardo
Beltrán Murguía Ward, alias 'el italiano', en el preciso momento en
que le tomaba fotografías a un menor de 11 años.

Según información llegada a nuestra redacción, el execrable hecho
ocurrió el último sábado en una de las habitaciones del hostal Las
Palmeras, ubicado en el jirón Carabaya 1017, Cercado de Lima.

El niño agraviado señaló a la Policía que conoció al depravado en
Miraflores y que le ofreció figuritas de Pokemón a cambio de dejarse
fotografiar sus partes íntimas. Asimismo, denunció que su agresor le
practicó sexo oral.

Murguía Ward negó las acusaciones. Sin embargo, los agentes del orden
le incautaron una cámara fotográfica y comprobaron que también captó
imágenes de otros dos niños.

El detenido también era conocido como Samuel Bernardo Mujica Brown
-una identidad falsa-, y fue puesto a disposición de la fiscalía de
turno. Se investiga si pertenece a una red internacional de
pornografía infantil.

PERTENECIÓ A SODALICIO. Se supo que Beltrán Murguía perteneció al
Sodalicio de Vida Cristiana, comunidad religiosa que decidió
expulsarlo inmediatamente al tomar conocimiento del execrable hecho.

"Como consecuencia de esta situación, hasta ahora totalmente
desconocida para nosotros, que consideramos completamente inaceptable,
y que ha sorprendido y golpeado dolorosamente a toda nuestra
comunidad, habiendo examinado la seriedad de la denuncia, queremos
comunicar que el Sr. Murguía ha sido inmediatamente expulsado de
nuestra institución", señala un comunicado remitido a los medios de
comunicación.

Según la página de dicha comunidad, el Sodalicio está integrado por
laicos y sacerdotes "que tras un proceso de discernimiento han
reconocido en sus vidas la vocación a consagrarse plenamente a Dios".

Monday, October 29, 2007

¿Rebuzna (también) canciller García Belaunde?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
29-10-2007

¿Rebuzna (también) canciller García Belaunde?

Según versión de la agencia oficial Andina, el canciller José García
Belaunde dijo lo siguiente: ""Perú no será obstáculo, siempre y cuando
se respeten los derechos que el Perú tiene ahí (....) Hay unas
servidumbres en que Perú tiene derecho", señaló en una entrevista
publicada en el diario La Tercera.......... Si la solución apunta a
entregar soberanía de territorio sobre Arica, en ese caso Perú debe
ser consultado", agregó Belaunde. (sic)".

En setiembre pasado y sobre la misma barbaridad pronunciada
irresponsablemente por un sujeto que se hace pasar como lumbrera en
temas de límites, escribí en El burro especialista:

"No ha pasado mucho tiempo desde que el marino Jorge Brousset tildó de
"saludable" la "consulta" chilena al Perú para una hipotética salida
al mar de Bolivia por el norte de Arica. La notable sabiduría del
especialista de marras tumbó de un sólo rebuzno el artículo 1 del
Protocolo Complementario del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929
que dice así: "Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo
acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte
de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma
fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese
requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas
internacionales".

Lo dicho, aparentemente, sin corrección oficial de ninguna especie
hasta el momento por Perú, por el canciller José García Belaunde peca
no sólo de inexacto, violador de un tratado internacional, el de Lima
del 3 de junio de 1929, sino que da idea de cuan peligrosa es la
ignorancia criminal de que están investidos quienes dicen que
defenderán al Perú, su política externa y su invariable apego al
cumplimiento de los convenios internacionales. Sostener, como lo
habría hecho el titular de Relaciones Exteriores, que hay lugar, en
cualquier entendimiento bilateral entre Chile y Bolivia en cuanto a
Arica se refiere, a una consulta con Perú, es simplemente ¡traición!

Chile y Bolivia pueden conversar, pactar, dirimir, simpatizar, cuanto
mejor les convenga. Es un tema bilateral, válido y saludable. Cuando
se refiere cualquier tema a Arica entonces Chile tendrá que ponerse de
acuerdo, también de modo bilateral, cerrada y estrictamente entre Perú
y este país para ¡cualquier cosa! Al margen, absoluta y
categóricamente de los acuerdos a que arribe con otra potencia, Chile.
¡Ese es un tema ajeno, pero sobre Arica tendrán que celebrarse
acuerdos previos! Ni Perú impone a Chile como Chile al Perú
¡absolutamente nada! Sin tercerías o intromisiones que el Tratado no
prevé porque se circunscribe ¡clara y terminantemente a los dos
países, Perú y Chile!

Para la multitud de comediantes aficionados a la geopolítica que
confunden bisectriz con línea equidistante; que piden en restaurantes
platos de límites con papa frita; o que no entienden la clarísima
semántica enunciativa de previo acuerdo y consulta, su diferencia y
significados absolutamente privativos, lo que habría dicho el
canciller García Belaunde no reviste mayor significado. Es obvio que
la ignorancia no distingue porque sus nulas luces impiden dar sino
pasos de ciego. Y ocurre que la orfandad de fanales es una de las
premisas fundamentales para volver a caminar avenidas de fracasos
vergonzantes y también para transitar tortuosas y fétidas acequias de
traiciones a la patria.

No cabe minimizar sino aclarar lo dicho a La Tercera de Chile.
¡Precisamente, la concesión gratuita, la claudicación aleve de la
soberanía nacional también se verifica en esta clase de expresiones
frívolas, inexactas y absolutamente contrarias a los sagrados
intereses del Perú! ¿Asistiremos, en las próximas horas al desmentido
tajante del canciller y la aclaración del embajador Otero en Chile? Y
si no es así ¿para qué les paga el Perú? Puede ser incómodo, sin
embargo hay que preguntar con severidad ¿rebuzna (también) canciller
García Belaunde?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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Friday, October 26, 2007

¿Y el analfabeto de arriba?

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
26-10-2007

¿Y el analfabeto de arriba?

Anunció el presidente García que en los próximos meses, medio millón
de iletrados dejaría de serlo merced al impulso de un plan ideado por
su gobierno. Interesante pero común oferta a que apelan todos los
mandatarios. Está bien. Pero ¿qué hacemos con los otros analfabetos,
esos dañinos, cancerosos, letales y grandilocuentes cretinos que
abundan en la cosa pública, burocrática y política del Perú? ¿Y los
analfabetos de arriba?

¿Cómo reconocer a un analfabeto de arriba? ¡Nada más fácil! Es el
idiota que solicitado en declaración periodística, no tiene más
original idea que "pedir un paso al costado" de éste o de aquél.

El analfabeto de arriba es incontinente, sólo que esta disfunción no
la muestra como el resto en forma discreta o recatada. No. El de
marras es exhibicionista, goza en la ridícula exposición de su figura
informe y no cesa de ataviarse con los mejores trapos, olvidando que
aunque la mona se vista de seda, mona se queda. ¿Cuántos politicantes
dan sus conferencias o declaraciones a diario? Toneladas de palabras,
gramos de virtud y estupidez a granel.

En todo el enfermo cuerpo social del Perú, el analfabeto de arriba es
un profesor suma cum laude. Se atiborra la boca de los términos:
espacio, mesa de concertación, consenso, contrato social, pero su
interés reside fundamentalmente en el vulgarísimo costo-beneficio de
cada actividad. ¿Cuánta prensa consigo con decir tal o cual cosa? es
parte de su sesuda reflexión diaria. Entendido es que nada de cuanto
profiera se acerca, ni de broma, a más allá que un mugido, un berreo,
una acción inercial de sus desmadejadas e informes naturalezas. Es un
infeliz de saco y corbata o traje o falda que dice interpretar la
voluntad ciudadana y en realidad no hace sino envilecerla. Más aún.

Si usted pide al analfabeto de arriba credenciales académicas, le
sacará diplomas de cientos de seminarios, talleres, monsergas por el
estilo, a la que fueron inscritos para que figuren en registros, pero
¡eso sí! nunca deja de recabar el certificado. Con eso puede pedir o
exigir más dólares. Lo usual y cotidiano es que concurran, a estos
saraos disfrazados de cultura política, los asesores, rara vez, menos
tullidos que sus jefes ocasionales a quienes no importa nada salvo el
cartoncito. El analfabeto de arriba es aliado de cualquier gobierno y
practica la fea costumbre de colocar amigotes, amantes, queridos o
queridas en las reparticiones del Congreso, de los ministerios, del
gobierno ¡de cualquier cosa!

Un importante político hoy olvidado en sus enseñanzas de vida y citado
mercantilmente para cohonestar cualquier sacrilegio contra lo que él
pensó, Víctor Raúl Haya de la Torre, solía aludir a los analfabetos de
arriba porque, decía, eran los más peligrosos, audaces,
desvergonzados. En efecto, los capos de la media lengua, los buhoneros
de sebo de culebra y que hoy en su partido político fungen de
"voceros", son capaces de justificar las más aberrantes truculencias
con la poca envidiable ambición de no parecer algo más tarados que al
nacer. ¡De esos abominaba Haya cuando hablaba de los analfabetos de
arriba!

En este país en que las lamentables ¡pero privadísimas! separaciones o
divorcios de profesionales de la actuación, ocupan primeras planas, en
que pandillas de delincuentes intelectuales se roban literalmente (con
muchos dólares de sueldo, ciertamente) la fe del pueblo y que empresas
transnacionales y sus esbirros criollos, practican la viejísima,
secular e imperturbable política del cholo barato y el azúcar, gas o
energía caros, los analfabetos de arriba, han llegado a momentos
estelares de su oprobiosa existencia. No hay sino que dar un paso y
entonces se los encuentra en todas partes. Cualquiera es un señor, lo
mismo un burro que un gran profesor. De cada diez, la estadística
regala el aterrador cuadro de 7 con tendencia a 8, poblado por esta
clase de especímenes. Si hay algo notable, al lado de su zafiedad
zoológica, es que provienen de canteras multipartidarias y mezcladas
en lodo y verguenza. Es decir, en los fondos abisales, de repente, sí
es posible llevar a cabo la anhelada "unión nacional". ¡Qué desmadre!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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Thursday, October 25, 2007

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar II

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
25-10-2007

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar II
por Félix C. Calderón

Uno de los problemas inherentes a la historiografía es el
"presentismo"; esto es, siguiendo al filósofo de la historia Herbert
Butterfield, el enorme riesgo de hacer historia sin dejar del todo el
presente o de hacerlo en función de éste, lo que puede llevar a
construir "una gigantesca ilusión óptica." En efecto, es frecuente la
tentación de yuxtaponer los planos sincrónico y diacrónico en el
análisis de determinados acontecimientos dados en el pasado, o de
interpolar, sin solución de continuidad, juicios de valor basados en
estructuras conceptual y valorativa de otras épocas, de donde resulta
un producto historiográfico que es una reinterpretación actualizada
del pasado o su adulteración descomunal. ¿Qué hacer entonces?

Quien esto escribe ha procurado, dentro de lo posible, sustraerse al
"presentismo" tomando como marco de referencia temporal las propias
cartas de Simón Bolívar o de sus corresponsales (Sucre y Santander,
entre otros). Y para reforzar esa percepción sincrónica de los
acontecimientos en acción ha recurrido, complementariamente, a los
testimonios dejados por algunos observadores calificados, testimonios
por lo general coetáneos con los acontecimientos. Dicho en otras
palabras, la metodología seguida ha sido la de evitar la mirada
retrospectiva y, más bien, procurar descodificar sobre una base
documental las intenciones subyacentes a los discursos o decisiones
como una forma de desentrañar la verdad histórica. Un ejemplo puntual
en el empleo de esta metodología lo encontramos si se contrasta lo
escrito por Sucre a Bolívar en su carta de 4 de abril de 1825 ("Mil
veces he pedido a V. instrucciones respecto del Alto Perú y se me han
negado, dejándome en abandono") con lo que, finalmente, le confesó en
otra carta, de fecha 6 de junio de ese año: "porque he dicho y he
repetido que V. no me dio instrucciones al entrar en ellas. V. me
previno en dos cartas que siempre dijese esto; y como fue así lo
cumplo exactamente." Vale decir, el argumento repetido varias veces
por Sucre durante el crucial período que va de febrero a mayo de 1825
en cuanto a que no había recibido instrucciones para precipitar la
independencia del Alto Perú, resultó ser por su propia confesión pura
simulación para proteger a su jefe en caso de que las cosas salieran
mal. Y como para Bolívar lo "más seguro" era dudar, se tomó el
trabajo de instruirle sobre el particular a su lugarteniente en "dos
cartas" que, por supuesto, no se conocen.

Bolívar tuvo una relación muy peculiar con el Perú. Fue sincero en la
admiración que le suscitó su pasado milenario; pero, al mismo tiempo,
fue incongruente entre lo que declaraba perseguir y lo que realmente
hacía del Perú. Solo se darán en esta oportunidad tres ejemplos en
prueba de esa difícil relación que, es de suponer, desencadenó en el
inconsciente de este osado caudillo militar un desencuentro
insuperable entre Eros y Tanatos, proclive como fue desde joven a
convivir con amores culpables.

Siempre ha sido objeto de cuestionamiento la decisión que tomó
Bolívar en el primer semestre de 1825 de desplazar tropas peruanas al
Istmo de Panamá y Venezuela. ¿Por qué en vez de entrenar y consolidar
un ejército profesional para el nuevo Estado peruano, optó en sentido
contrario por desarticularlo y exiliarlo? En una carta dirigida a
Santander, el 18 de febrero de 1825, el veleidoso guerrero elaboró una
explicación que fue de inmediato confirmada por los hechos. Veamos,
primero, el fragmento de esa carta:

"Así, pues, yo creo que nosotros debemos imitar a la Santa Alianza
(sic) en todo lo que es relativo a seguridad política. La diferencia
no debe ser otra que la de los principios de justicia. En Europa todo
se hace por la tiranía, acá es por la libertad (sic) (…). Los
ejércitos de ocupación de Europa, es una invención moderna y hábil
(sic). Conserva la independencia de las naciones, y el orden que se
establece en ellas, y al mismo tiempo evita esa necesidad de
conquistar para impedir la guerra. Por lo mismo (sic) nosotros debemos
tener este ejército nuestro en el alto y bajo Perú (sic), hasta la
reunión de los Estados que deben decidir del modo y medio de mantener
su tranquilidad entre los confederados (sic)." (Archivo Santander.-
Tomo XII).

Reténgase esto: "Los ejércitos de ocupación (...). es una invención
moderna y hábil (...). Por lo mismo nosotros debemos tener este
ejército nuestro en el alto y bajo Perú (sic), hasta la reunión de los
Estados (...)." Lenguaje críptico que es coincidente con otro más
explícito formulado a este respecto un año más tarde por el Cónsul de
Estados Unidos en Lima, William Tudor, en una comunicación que el 23
de febrero dirigió al Departamento de Estado:

"Continúa enviándose tropas a sotavento, algunas a Guayaquil y otras a
Panamá. Parte de esas tropas son peruanas en cambio de las colombianas
que permanecen aquí, medida política no diferente de la que se tomó
algunos años después del canje de milicia inglesa e irlandesa (sic)."
(William R. Manning: Correspondencia Diplomática de los Estados Unidos
concerniente a la Independencia de las Naciones Latinoamericanas (Tomo
III.- Librería y Editorial "La Facultad" de Juan Roldán y Cia.-Buenos
Aires, 1932).

Dicho de otra manera, el plan de forzar la separación del Alto Perú so
pretexto de liberarlo y a partir de allí configurar una federación de
mayor envergadura en la que el Perú desaparecía como Estado
independiente, estuvo acompañado de otro destinado a ocuparlo
militarmente, debilitar toda resistencia y, así someterlo a través de
un fantasmal Consejo de Gobierno. No es de extrañar, por tanto, el
palurdo comentario que el mismo Bolívar le hiciera en otra carta a
Santander, meses más tarde, el 20 de mayo de 1825, camino al Alto
Perú:

"Aquí he visto la división de Lara que tiene 3.500 hombres en el pie
más brillante del mundo; lo mismo dicen que está la de Córdoba. Estas
tropas está muy bien vestidas, pagadas y alimentadas; la división de
Colombia ha costado más de medio millón en tres meses, y quien sabe si
mucho más. Solo aquí se ha gastado más de 400.000 duros. Así es que
todo el ejército de Colombia bien puede haber costado un millón de
pesos en los meses de este año (sic), sin contar las raciones que casi
todas las ha dado el pueblo (sic). Bien lo merece este bello ejército,
y yo espero dos millones de pesos de Inglaterra para completar su paga
sin dejar nada de atrasados." (Cartas Santander-Bolívar 1823-1825.-
Tomo IV).

Por supuesto, esos millones de pesos debía pagarlos el Perú y para
nada en su beneficio. Tan cierto es esto que Santander en una carta
cursada a Bolívar, de fecha 6 de noviembre de 1825, le hizo el
siguiente comentario:

"Vuelvo a decir a U. que me alegro que se queden por allá 4 o 5,000
colombianos y que sea Córdoba uno de los jefes que se queden. Aquí no
tenemos con qué mantenerlos (sic), y quedándose allá logramos dos
objetos: uno conservar esa hermosa fuerza para cualquier ocurrencia
sin que nos cueste un real (sic), y otro, dar este famoso auxilio al
Perú para que se consoliden sus instituciones y se salve el país de la
anarquía (sic)." (Archivo Santander.- Tomo XIII).

¿Auxilio al Perú? ¿Para qué? ¿Quién lo solicitó? Pero, sigamos con
este ejercicio de contrastar cartas entre las numerosas que existen.
El 2 de setiembre de 1825, Bolívar instruyó a su subordinado, el
general Bartolomé Salom, esta vez desde La Paz, como sigue:

"Acabo de escribir al presidente del Consejo de Gobierno (Hipólito
Unánue), largamente sobre todos los negocios del día; suplico a Ud.
que lo vea y se informe (sic) con él de todo (sic). Lo que más me
importa en el día, es no desprendernos de nuestros colombianos (sic),
absolutamente; y sin embargo, debo mandar á Colombia tres mil hombres
para que mantengan el orden en Venezuela. Con esta mira, deseo que
Ud., luego que tome el Callao, levante un batallón con este nombre del
Callao(...): toda la tropa será del Perú (...)." (Daniel O'Leary: Op.
cit.- Tomo 30).

El problema adicional reside en que esos desplazamientos interesados
de la tropa peruana hacia el norte se hicieron dentro del marco de un
manejo arbitrario de la finanzas del débil Estado peruano, como lo
prueba el párrafo consignado en un oficio remitido por el obediente
José María de Pando al plenipotenciario peruano Ortiz de Zevallos, de
fecha 3 de diciembre de 1826:

"(...) El Ministerio no conserva ningunos documentos (...). Lo único
que se encuentra es la constancia de una letra jirada (sic) contra la
casa de Robersont en Buenos Ayres (sic) por Don Guillermo Cochrane,
importante doscientos cincuenta mil, quinientos ochenta y nueve pesos
siete reales que esta República puso á disposición de S. E. el
Libertador (sic), quien no se ha servido hasta hoy decir su inversión
(sic)." (Carlos Ortiz de Zevallos: Op. cit.).

Con el agravante que al momento de enviarse ese oficio a Chuquisaca,
hacía más de dos meses que Bolívar había dejado para siempre el Perú
rumbo a Bogotá. Por eso, no le faltó razón al Cónsul Tudor cuando en
otra comunicación remitida a Washington, el 24 de agosto de 1826,
consignó el siguiente comentario referido a Bolívar, por lo demás
justificado histórica y documentadamente en todos sus extremos:

"Desde el primer momento de su llegada al Perú, su objeto consistió en
humillar el ejército peruano; y tan pronto como la guerra fue
terminada en Ayacucho, lo arrojó del país o lo distribuyó en pequeños
destacamentos para que sus jefes no tuvieran apoyo ni las tropas
jefes. Su disimulado horror por la dictadura, su despreciativa
negativa a recibir los millones que se le ofrecieron, su declaración
de que no se apoderaría de un grano de arena del Perú, todo contribuyó
a engañar al mundo mientras se preparaba para hacerse dueño del país y
formar con la América del Sur un imperio. (…) El egoísmo de Bolívar,
al igual que el de su modelo (Napoleón) inflamado por los triunfos, le
hacen mirar a los hombres como piezas de ajedrez que pueden ser
movidas según se quiera en el juego de su engrandecimiento. Si el fin
justifica los medios, rara vez se presentará una tarea más ardua."
(William R. Manning: Op. cit.).

De sumo interés la sarcástica alusión de Tudor a la declaración de
Bolívar de no apoderarse de "un grano de arena del Perú", porque en la
práctica su intención fue exactamente la opuesta, inclusive antes de
pisar tierra peruana. En una carta enviada a Santander el 29 de julio
de 1822, inmediatamente después de su entrevista con esa sombra de
guerrero que fue, en el Perú, San Martín (nunca libró personalmente
batalla alguna y dejó que se le usurpe al Perú el puerto de
Guayaquil), el ambicioso caudillo militar señaló lo siguiente:

"A fines de este mes pienso pasar a Cuenca y Loja volviendo aquí por
Túmbez para examinar nuestra frontera (sic). (…) Tenga Ud. entendido
que el corregimiento de Jaén lo han ocupado los del Perú, y que Maynas
pertenece al Perú por una real orden muy moderna (sic); que también
está ocupada por fuerzas del Perú. Siempre tendremos que dejar a Jaen
por Maynas (sic) y adelantar si es posible nuestros límites de la
costa más allá de Túmbez (sic). Yo me informaré de todo en el viaje
que voy a hacer y daré parte al gobierno de mi opinión." (Vicente
Lecuna.- Op. cit.- Tomo III).

Luego vino la pomposa promesa en Trujillo, en marzo de 1824, que se
lee como sigue: "Peruanos: el campo de batalla que sea testigo del
valor de nuestros soldados, del triunfo de vuestra libertad; ese campo
afortunado me verá arrojar de la mano la palma de la dictadura y de
allí me volveré a Colombia (sic) con mis hermanos de armas 'sin tomar
un grano de arena del Perú (sic),' dejando la libertad." (Nicolás
Rebaza: Anales del Departamento de la Libertad en la guerra de la
independencia).

Empero, el 17 de febrero de 1825, siempre como jefe supremo del Perú,
y apenas siete días después de haber arrancado del Congreso peruano,
con mohines y desplantes, la denominación de "libertador", por no
considerar apropiada la de dictador, Bolívar remitió a José Rafael
Revenga que se desempeñaba como Secretario de Estado en Bogotá, en
reemplazo de Pedro Gual que hacía de las suyas en el Istmo de Panamá
para desesperación del patriota peruano Manuel Lorenzo de Vidaurre,
las siguientes líneas, entre otras:

"Aquí han convocado para el congreso constitucional a los diputados de
las provincias de Jaén, Bracamoros y de Mainas, reclamadas mucho
tiempo ha, como pertenecientes a Colombia (sic). Yo he dicho a Armero
esta ocurrencia, y creo que ustedes le ordenarán a nuestro (sic)
plenipotenciario en esta república, que introduzca el reclamo en forma
hasta obtener su restitución a Colombia (sic)." (Vicente Lecuna: Op.
cit.).

No hay que olvidar que por esos mismos días venía, también, forzando
con ayuda de Sucre la independencia del Alto Perú. Ergo, no sorprende
que un año más tarde, el Perú haya quedado expuesto a un nuevo recorte
territorial. En la comunicación que le remitiera el 30 de mayo de 1826
a Santander, el dictador de facto se sacó la careta en cuanto a sus
pretensiones:

"Gual me ha escrito de Panamá, y toda su carta se reduce a hablarme
sobre la necesidad en que estamos de apresurar la negociación de
límites entre el Perú y Colombia; él es de opinión que por tal de que
se consiga este tratado dejásemos la provincia de Loja del lado
peruano. Yo he contestado (sic) que no soy de este parecer (sic), ni
que debemos perder a Mojos ni Bracamoros, cuando estas provincias
deben quedarnos porque nos pertenecen (sic) y no son desiertos como
los del Marañón. Le digo que de Jaen al Marañón se puede tirar una
línea y este río puede servirnos de límites entre los dos desiertos
(sic); los antiguos límites de las provincias de Quito y los peruanos
deberán servirnos de frontera (sic). Creo, pues, que Colombia podría
autorizar a Heres para que entablase esta negociación sobre esta base,
que puede y aun debe ser aceptada, siendo esto lo que verdaderamente
conviene a ambos (sic). Yo no dudo que Heres logre un buen efecto en
su misión, porque, además de la justicia del reclamo, la amistad que
tiene con el general Santa Cruz, que va a ser el presidente del
Consejo de Gobierno, le facilitará los medios de obtener el buen
resultado que desea Gual sin sacrificar nuestros intereses (sic)
perdiendo a Loja. Además para perder siempre hay tiempo y mucho menos
cuando esta pérdida es inexcusable." (Vicente Lecuna: Ibid.).

"Sin sacrificar nuestros intereses" es lo que puso en negro sobre
blanco Bolívar en aquella oportunidad, con tal de no perder, porque
para esto siempre había tiempo. Y quería que la negociación fuera
encargada a sus subordinados Tomás de Heres (a quien Tomás Cipriano de
Mosquera le atribuyó la autoría del envenenamiento del prócer Sánchez
Carrión) y al agradecido y "más despreocupado" Santa Cruz. Es decir,
seguía actuando sin ningún escrúpulo en perjuicio del Perú, pese a ser
su jefe supremo. Por consiguiente, hay razón para preguntarse ¿en
manos de quien había caído el Perú?

En fin, entre abril y junio de 1826, Bolívar perpetró en el Perú un
auto-golpe que se tradujo en el cierre del Congreso peruano y en la
debelación a sangre y fuego de la revuelta del valeroso regimiento
Húsares de Junín contra la ocupación colombiana. Sin embargo,
precisamente el 10 de febrero de 1825, no tuvo empacho en proclamar su
adhesión a principios situados en las antípodas de esa medida de
fuerza, reafirmando su respeto a la soberanía del Estado que lo acogía
en términos inequívocos:
"Yo soy un extranjero; he venido a auxiliar como guerrero, y no á
mandar como político. (...). Pero si yo aceptase su mando el Perú
vendría á ser una nación parásita ligada hacia Colombia (...). Yo no
puedo, señores, admitir un poder que repugna mi conciencia (sic).
Tampoco los Legisladores pueden conceder una autoridad que el pueblo
les ha confiado solo para representar su soberanía. Las generaciones
futuras del Perú os cargarían de execración: vosotros no tenéis
facultad de librar un derecho de que no estáis investidos. No siendo
la soberanía del pueblo enagenable (sic), apenas puede ser
representada por aquellos que son los órganos de su voluntad; mas un
forastero, señores, no puede ser el órgano de la Representación
Nacional. Es un intruso en esta naciente República." (Declaración de
Bolívar ante el Congreso peruano en Daniel O'Leary: Memorias.- Tomo
23).

Bellas palabras que suscitan la siguiente pregunta: ¿Por qué encabezó
el auto-golpe en abril de 1826? Para su pesar, los nuevos diputados
peruanos consideraron que había llegado el momento de ponerle límites
constitucionales a ese ejercicio solitario e ilimitado del poder, todo
lo cual echaba por tierra sus planes federativos a expensas del Perú.
Veamos cómo Bolívar dio cuenta, el 7 de mayo de 1826, en una carta
remitida a Santander, de lo ocurrido durante el mes de abril:

"Estos días hemos estado aquí un poco agitados con motivo de la
reunión del primer congreso constitucional, porque los diputados de
Arequipa (...) han querido que este congreso fuese constituyente y no
constitucional como debe ser. La cuestión la suscitaron en una junta
preparatoria, y muchos diputados de otras provincias los siguieron,
unos por equivocación y otros por seducción (sic). El consejo de
gobierno sostenía la constitución por mi consejo (sic), y como yo iba
a ser desairado (sic) junto con mis delegados (...), repetí
decididamente lo que digo todos los días: que me iba (en cursivas en
el original). Esta palabra causó un alboroto inmenso. (...) Yo soy
blando de corazón a los ruegos de las personas que me aman (...). Es
inútil decir que este incidente decidió de la cuestión en la junta
preparatoria (...). El motivo principal de todo esto es que un tal
Luna Pizarro, un cleriguito como el doctor Pérez, ha querido que la
constitución se varíe, o más bien que él pueda disponer de todo a su
antojo." (carta de Bolívar a Santander de 7 de mayo de 1826 en Vicente
Lecuna: Op. cit.).

Empero, en la carta que envió a su muy servicial prefecto de Arequipa,
Antonio Gutiérrez de la Fuente, el 6 de abril de 1826, fue más
directo:

"!Que malditos diputados ha mandado Arequipa! Si fuera posible
cambiarlos, sería la mejor cosa del mundo (...). Yo creo que Arequipa
tendrá que reunir de nuevo sus Asambleas (sic) (...). Yo le aseguro a
más (sic) que con ellos no se puede hacer nada bueno (sic): quieren
destruirlo todo a su modo. (...)." (Vicente Lecuna: Op. cit.).

Y lo irónico en todo esto es que esos diputados con Luna Pizarro a la
cabeza, entre muchos otros, no se oponían a que el caudillo militar
fuera elegido presidente, tan solo exigían el retiro de las fuerzas de
ocupación. Tan serio fue el malestar que imperaba en el sector
patriota del Perú que tras la revuelta del regimiento Húsares de
Junín, Bolívar puso en marcha una cruenta represión en Lima, Junín y
Ayacucho, llegándose a tomar prisionero, entre decenas de peruanos, al
general Necochea (uno de los artífices del triunfo en Junín en 1824 a
causa del temprano y temerario repliegue del alocado caraqueño que
daba por cierta la derrota de los patriotas).

Casi nadie recuerda hoy en el Perú al valiente peruano Pedro José
Rivas quien en abril de 1826 interceptó las cartas que Bolívar remitía
a su lugarteniente Sucre, tomando así conocimiento de esa gran
conspiración contra el Perú. Suponemos que Juan Pardo de Zela, el
obsecuente oficial que en nombre del dictador ejecutó al valiente
Rivas, ha dejado en algún lugar el testimonio escrito de su conducta.

En todo caso, quien esto escribe considera pertinente concluir este
sumario enjuiciamiento de la conducta de Bolívar en el Perú con los
comentarios que uno de sus contemporáneos, el Cónsul William Tudor,
alcanzara al Departamento de Estado, el 27 de mayo de 1826, respecto a
la pobre opinión que le merecía:

"La profunda hipocresía del General Bolívar ha engañado hasta ahora
al mundo, (...). Con la violenta disolución del Congreso, la máscara
ha desaparecido enteramente y el mundo verá con indignación o con
malicioso deleite que el que ocupaba la atención de los políticos de
todos los países y para quien, por una afortunada combinación de
circunstancias, la suerte había preparado los medios para trasmitirle
a la historia una de las más nobles reputaciones que pudiera
registrar, puede ser derrocado como uno de los más rastreros
usurpadores militares (sic), lleno de toda la execración de sus
contemporáneos por las calamidades que su conducta les acarrea. (...).
Si hubiese habido miras honradas con respecto al Perú para tener a La
Mar como Presidente y si los hombres de talento que el Congreso
encerraba hubiesen procedido debidamente, el Perú habría marchado con
éxito hasta que nuevos hombres capaces de penetrar en los diversos
ramos de la administración se hubiesen formado y desarrollado (sic).
Pero la costumbre de los tiranos y de sus alcahuetes (sic) consiste en
calumniar al pueblo como una excusa para esclavizarlo, tal como el boa
cubre un animal con su babaza para poder tragárselo (sic)." (William
R. Manning: Op. cit.)

Entre esos "alcahuetes" a los que se refería el Cónsul Tudor se
encontraba la cohorte de turiferarios, cortesanos o aprovechados,
figurando en primera fila Hipólito Unánue, José María de Pando,
Larrea, Pedemonte, Gutiérrez de la Fuente, y decenas de otros.

Otros de sus contemporáneos, el estudioso francés Benjamín Constant,
no se quedó atrás en sus acerbas críticas. Veamos un fragmento de la
furibunda filípica que publicó en el Courrier Français de París, en
enero de 1829:

"Nosotros vemos à Bolívar comenzar su carrera por libertar à Colombia,
y bajo este aspecto yo he aplaudido con toda mi alma sus esfuerzos y
suceso. Lo vemos frecuentemente en medio de sus triunfos y en el seno
del poder, manifestar deseos de renunciar a la autoridad. No dudaba
entonces de su sinceridad, y a pesar de que las ofertas de abdicación,
los homenajes à la soberanía del pueblo, el anhelo por la vida
privada, son el formulario preciso de todos los usurpadores (en
cursivas en el original), yo he querido por mucho tiempo hacer de
Bolívar una excepción honrosa. El continúa su marcha, liberta el Perú,
y le admiro todavía; pero da à la nación que ha libertado
instituciones que desagradan à una gran parte de esta nación: apellida
tramas y conspiraciones la resistencia à las instituciones que ha
impuesto: rehúsa à las súplicas mas movedoras el perdón de los que han
resistido: hace correr sobre una tierra que no es la suya la sangre de
sus naturales (en cursiva en el original). Conduce fuera de su patria
à los hombres que se habían cubierto de gloria bajo los estandartes de
la independencia, y la suerte de estos hombres aún permanece envuelta
en sombras siniestras: y aquí nacen mis desconfianzas. Crecen cuando
Bolívar aprovechándose de la desmembración de algunas provincias, les
da una Constitución muy defectuosa, muy poco conforme con la libertad
verdadera. Con todo esto puede ser solo un error. El guerrero puede
cegarse acerca de los numerosos defectos de su modelo de Constitución.
(...) ¿Pero esta otra causa no será la secreta inteligencia del
libertador que quiere ser amo, y del pretendido rebelde que le
suministra la ocasión plausible de cumplir sus designios? (…). Esta
afectación de respeto por un pueblo que se tiene debajo del yugo, es
el artificio que usan cuantos aspiran a la tiranía. Ellos ofrecen
siempre dejar el poder, pero esta oferta humilde en apariencia está
acompañada de un alarde de fuerzas que prescribe al pueblo que la
rehúse, y los usurpadores condenados al poder a pesar suyo, quieren
ser al mismo tiempo obedecidos como señores, y compadecidos como
víctimas de su consagración (…) además, la tiranía no está en el uso,
sino en el derecho que se arroga. (…)."

Wednesday, October 24, 2007

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar I

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
24-10-2007

(N de R.) La feracidad intelectual creadora del embajador Félix C.
Calderón comprobóse, una vez más, durante el primer semestre del 2005
con la aparición del pionero libro, tanto por el tema como por la
desacralización que propuso, Las veleidades autocráticas de Simón
Bolívar, Tomo I. La usurpación de Guayaquil. Ese ejercicio me tuvo
como su "Coordinador editorial", pomposo nombre que no correspondió en
realidad al modesto encargo de chasqui entre el autor y la imprenta
que realicé. Y así ocurrió también cuando la concepción de la
carátula, ideada por Calderón y que fuera transmitida a los artistas
gráficos, dando por resultado la que hoy preside una rica colección
que abarca cuatro tomos, el segundo de los cuales, La fanfarronada del
Congreso de Panamá, vio la luz en abril de este 2007.

El prólogo del I Tomo, La usurpación de Guayaquil, tuvo como autor al
conocido tribuno, maestro, político y ensayista, Alfonso Benavides
Correa quien, siendo quien era, un profundo tratadista de la historia
y sus recovecos, usualmente escondidos, subrayó pasajes notables del
libro que anticipó con un estudio descollante.

La presentación del II Tomo, La fanfarronada del Congreso de Panamá,
corrió a cargo, en la Universidad César Vallejo de Trujillo, este
2007, de Manuel Jesús Orbegozo, viejo paladín del periodismo nacional
a quien los más de ochenta años que lleva a cuestas, no obstan para
seguir produciendo mandobles y textos de inigualable pericia y
detalle.

En buena cuenta, hay testimonios públicos e ilustres de cómo un
trabajo como el que emprendió el embajador Félix C. Calderón, comenzó
una gestión pionera, atrevida, desacralizadora, de un casi ícono santo
de la historia como Simón Bolívar quien, como escribió Alfonso
Benavides, "no amó al Perú".

Estamos constatando que otros textos pretenden una originalidad que no
es tal y, acaso, tampoco, en su presentación gráfica. No es de buen
gusto o corrección, atribuirse investigaciones o metodologías que
pertenecen a otros. Mucho menos, sostener que desconocían esos mismos
trabajos que, con porfía digamos que misionera, me he encargado de
remitir a miles de lectores vía correo electrónico durante años. Si,
encima de ello ¡ni siquiera se citan los textos de Félix C. Calderón
en sus obras sobre Bolívar, el asunto puede rebasar los cálculos de la
sindéresis para adentrarse en terrenos escabrosos y falta de ética.
Volveré sobre el tema en cuanto compruebe más datos. Y estoy cierto
que el señor Herbert Morote, sabe que siempre gusto de citar, para
reafirmación militante, a González Prada: ¡hay que romper el pacto
infame y tácito de hablar a media voz! (Herbert Mujica Rojas)

Leamos.

Las contradicciones insalvables del veleidoso caudillo Simón Bolívar I
por Félix C. Calderón

No se puede mirar con indiferencia el renacimiento que, hoy en día, se
promueve de anacrónicas ideas libertarias y de integración atribuidas
al autocrático caudillo militar Simón Bolívar. Peor aún, si ese
mensaje que cae en la falacia del nunc pro tunc (siguiendo al
historiador David H. Fischer), se trasmite con ayuda de un lenguaje
populista, políticas demagógicas o un intervencionismo rampante. Por
eso, resulta necesario clarificar en lo que concierne a los peruanos
hasta qué punto el llamado legado de Simón Bolívar es un mito y de
cómo su "desacralización" en el Perú resulta un imperativo si se
quiere situar mejor los parámetros de nuestra identidad como Estado
republicano.

El gran problema que presenta la historiografía tradicional es su
tendencia a colocar en un altar a determinados personajes, cual dioses
o semi-dioses dueños de una grandeza imposible, o portentos de
dimensión sobrehumana. Los estudios que se han hecho sobre Simón
Bolívar no escapan a esta generalización inaceptable al punto de
desfigurar la verdad histórica para promover la fantasiosa irrealidad.
El grueso de los historiadores peruanos se ha sumado, lamentablemente,
a la monotonía complaciente de ese coro de turiferarios, quizás para
esconder los más audaces las miserias y claudicaciones de algún
ancestro valido, o simplemente por inercia imaginativa ante la
incapacidad de ver al dictador a través del espejo de la condición
humana, donde los rasgos de grandeza se suelen confundir, sin
solución de continuidad, con grandes debilidades o defectos.

Inspirados tal vez por las odas delirantes de un zigzagueante José
Joaquín de Olmedo, son diversos los relatos que pintan a Bolívar como
un santo varón, el genial estratega que ajeno a las recompensas y
otras vanidades terrenales enseñó el camino de la libertad y de la
gobernabilidad a los pueblos andinos bajo el influjo de su espada
redentora, el visionario iluminado que sentó los cimientos de la
unidad americana, o el intransigente apóstol del desprendimiento que
no escatimó en sacrificar su fortuna, el reposo y su vida misma con
tal de hacer realidad sus sueños libertarios. En suma, todo es
grandeza excelsa, más allá del alcance del común de los mortales y muy
cerca del Olimpo, de la mitología o de la leyenda ricamente aderezada
y actualizada para que no pierda su vigencia.

Sin embargo, para infelicidad de sus obsequiosos panegiristas o de los
inerciales escribidores de la complaciente historia, esa versión cuasi
homérica de Simón Bolívar resulta demasiado perfecta como para que
pueda considerarse humana, terriblemente humana. En efecto, a través
de la lectura de sus numerosas cartas (en puridad, una parte de ellas,
porque otras o fueron destruidas o siguen presumiblemente escondidas)
no se va descubriendo al dios generoso y combativo; sino al mortal ser
humano, con sus sueños, pasiones, debilidades y errores que de un
siglo al otro han sido la causa de más de un conflicto y
desentendimientos entre los pueblos andinos. El Bolívar que aparece
con la lectura de sus propias cartas disponibles es un hombre
ambicioso que comete el grave error de manchar su incuestionable
trayectoria libertaria con los sueños de opio de una dictadura
perpetua, aun a costa de volver a hipotecar la independencia de los
pueblos que había supuestamente libertado. No es el santo varón
desprendido y desinteresado, ni un demiurgo consumado que solo busca
sembrar paz y concordia entre los pueblos; sino un habilísimo
taumaturgo del lenguaje que ha descubierto en las palabras la mejor
manera de ocultar sus non sanctas intenciones.

Inteligente sin duda, aunque menos estratega que impetuoso guerrero
(si se recuerda lo que pasó en Puerto Cabello, en La Puerta y casi
ocurre en Junín), nadie discute su destreza diplomática, ni su arrojo
y perseverancia, tampoco su voluptuosa proclividad por el adulterio,
sin por ello dejar de ser implacable con el adversario cuando quería.
Autoritario, calculador, contradictorio, intrigante, vengativo,
impulsivo, lenguaraz, impaciente, resuelto, cínico o estudiadamente
despectivo, todo eso era Bolívar, a veces y al mismo tiempo. Vale
decir, profundamente humano, con defectos que suelen magnificarse en
muchos, desgraciadamente, cuando el poder es virtualmente absoluto. Y
él no fue la excepción.

Si Bolívar se hubiese despojado del poder de dictador supremo con que
lo invistió el Congreso peruano y dispuesto su regreso a Bogotá al día
siguiente de haber conocido en Lima la victoria en Ayacucho o el 10 de
febrero de 1825, es indudable que otro habría sido su destino y la
historia de la región andina, como otro sería su legado como fundador
de Estados. ¡Qué duda cabe! Infortunadamente no fue así. Todo lo
contrario, es a partir de ese momento cenital cuando paradójicamente
aparecen en él, mejor definidas, las cualidades del otro personaje que
llevaba dentro, obsesivo y cínico, que no dudó en aprovecharse de las
debilidades de sus lugartenientes y cortesanos para querer hacer
realidad sus apetitos desquiciados por una grandeza deífica que no
necesitaba. El guerrero libertario había cambiado de espada para
convertirse en invasor, y su fe republicana la metamorfoseó en grosera
ambición imperial. Es decir, de libertador pasó a opresor y de
redentor a tirano.

Siempre ha sido un misterio la fecha o el momento en que Bolívar trocó
su trascendente sueño libertario por otro, precario, tantálico y
contradictorio, de raíces megalomaníacas, que fue el que le llevó,
primero, a crear un Estado bautizado con su apellido, y luego a buscar
juntarlo con los otros dos Estados que permanecían bajo su influencia
movido por la pretensión de constituir una federación signada por el
estigma de la dictadura perpetua. Ambicioso y desmedido por culpa de
un inconsciente extraviado, se adentró en los meandros engañosos del
poder absoluto en la torpe creencia que desde arriba cualquier cosa
podía imponerse durablemente a la voluntad de los pueblos, solo para
descubrir en menos de un año (1827) que cuanto mayor parecía ser su
apogeo, en mayor medida aceleraba su caída y con ella la de su obra.
Por esta razón, Simón Bolívar es irónicamente un ejemplo del
anti-héroe, porque deshizo con una mano lo que trabajosamente
construyó con la otra. Vivió para hacer realidad sus ambiciones, sin
caer en la cuenta que los pueblos y sus destinos no están, en el
decurso del desarrollo socio-histórico, en función de los sueños
narcisistas de un megalómano, sino de implosiones, equilibrios,
contingencias y auto-expiaciones colectivas.

Por consiguiente, no deja de ser desconcertante la historia del Perú
cuando se comprueba en más de un episodio de la gesta emancipadora el
travestismo del lenguaje para disimular la cortesanía claudicante de
la casta dirigente prohijada por Bolívar. Vergonzoso ejercicio por
momentos, porque soslaya o deforma ciertos hechos históricos a fin de
justificar conductas reprobables o antipatrióticas. Y claudicante en
tanto santifica la imagen de Bolívar para así esconder a la sombra de
sus debilidades los tremendos yerros de sus incondicionales servidores
peruanos, presentados después como próceres. Como lógica consecuencia,
el pueblo peruano se ha visto abrumado de falsos paradigmas en que se
disfraza convenientemente el oportunismo y la mediocridad como
entrega y patriotismo, y el transfuguismo como expresión suprema del
pragmatismo nacionalista. Hay razón, pues, para entender el
desconcierto del pueblo peruano.

¿Por qué Simón Bolívar desafió su gloria y su aporte al triunfo del
ideal libertario en esta parte del mundo con esa malhadada decisión de
quedarse en el Perú? Sus defensores se apresuran a señalar que existía
aún la amenaza del general realista Pedro Olañeta en el Alto Perú y la
de Rodil en el Callao. Sin embargo, inicialmente entre el 21 y 30 de
diciembre, parece ser que el ánimo prevaleciente fue de la
desmovilización y el regreso a casa. La carta de José Antonio de Sucre
de 10 de diciembre, aparte de dar cuenta a su jefe de la victoria de
Ayacucho, es prueba de ello, como también lo es la carta del
venezolano Tomás de Heres, de 23 de diciembre, dirigida a F. P.
Santander, inter alia. Es más, en opinión de Sucre "cualquiera" podía
derrotar a Olañeta, a causa del efecto dominó que generó en las
guarniciones realistas del Alto Perú el triunfo de los patriotas. En
esa misma carta de 10 de diciembre, precisó:

"Mañana irá el ejército á Huamanga para reposarse un par de días, y
seguirá luego por divisiones para el Cuzco para irnos a entender con
Olañeta, sobre quien me dicen estos señores que no tienen autoridad
para hacerlo entrar en la capitulación. Creo que para terminar esto
(sic) con un cuerpo de seis mil hombres contra tres mil (que me
asegura Canterac ser toda la fuerza de Olañeta) basta cualquiera
(sic), y por tanto me atrevo á suplicar á U. por mi relevo, y el
permiso de regresarme, puesto que ya se ha terminado el negocio este
(sic). Confieso á U. que en estos dias de trabajos y con las órdenes
de Tarma, ha sufrido infinitamente mi espíritu." (Daniel O'Leary:
Cartas de Sucre al Libertador (1820-1826).- Edit. América.- Madrid,
1919).

Y Sucre no se equivocó, pues, efectivamente el general Olañeta fue
asesinado en menos de cuatro meses sin que pudiera aquél enfrentarlo
en el campo de batalla. Por eso, desde el 1 de febrero de 1825 Sucre
se dedicó a la fácil tarea de ocupar el Alto Perú sin otra finalidad
que tratar de resolver el "embrollo" político que le planteaban las
ambiciones de su jefe (más tarde se refirió al "laberinto de negocios
embrollados."): "También repito á U.S. lo que he dicho otra vez; que
no deseo ser el Jefe que vaya á esa expedición (en cursivas en el
original), la cual es tan fácil en cuanto á expulsar á los enemigos
(sic), como embrollada para arreglar el país. !Ojalá que S. E.
quisiera relevarme de mi penoso destino." (Mariano Felipe Paz Soldán:
Historia del Perú Independiente.- Segundo Periodo 1822-1827.- Tomo
Segundo.- Havre, 1877).

¿Por qué, entonces, ese cambio de destino agitando indebidamente el
espantajo de la amenaza realista en el Alto Perú? La respuesta la dio
sin querer Sucre, en una carta de respuesta, de fecha 4 de abril de
1825, a otra de reproche que le remitiera Bolívar, el 21 de febrero:

"Hace una hora recibí la carta de V. del 21 de febrero. Ella me ha
dado un gran disgusto, pero no con V. sino conmigo mismo que soy tan
simple que doy lugar a tales sentimientos. Este disgusto es lo que V.
me habla en cuanto a las provincias del Alto Perú, respecto de las
cuales he cometido un error tan involuntario, que mi solo objeto fue
cumplir las intenciones de V. Mil veces he pedido a V. instrucciones
respecto del Alto Perú y se me han negado, dejándome en abandono; en
este estado yo tuve presente que en una conversación en Yacán (pueblo
cerca de Yanahuanca) me dijo V. que su intención para salir de las
dificultades (sic) del Alto Perú era convocar una asamblea de estas
provincias. Agregando a esto lo que se me ha dicho de oficio de que
exigiese de Olañeta que dejara al pueblo en libertad de constituirse,
creí que esta era el pensamiento siempre de V." (Vicente Lecuna:
Documentos Referentes a la Creación de Bolivia.- Tomo I.- Edición
publicada por el Gobierno de Venezuela.- Caracas, 1975).

Mientras que el 7 de diciembre, a Bolívar se le ocurrió la
"fanfarronada" del Congreso de Panamá para disuadir a la Santa Alianza
en el Atlántico (Véase de Louis Peru de Lacroix Diario de
Bucaramanga.- Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar.-
Caracas, 1982), a las pocas semanas su preocupación cambió
sorpresivamente de giro, decidiendo más bien quebrar el espinazo de la
gran nación andina, de conformidad con un proyecto que fue concebido
en Yacán en junio de 1824. No está claro si ya en ese momento su
intención estuvo motivada por el afán egolátrico de bautizar con su
apellido al nuevo Estado, pero son diversas las cartas remitidas por
él desde enero de 1825, y recopiladas por Vicente Lecuna, que
contienen indicios más que suficientes acerca de ese designio avieso.
Por ejemplo, en una carta fechada 20 de enero de 1825, trató de
convencer a un reticente Sucre de la siguiente manera:

"Pero, amigo, no debemos dejar nada por hacer mientras que podamos,
noble y justamente. Seamos los bienhechores y fundadores de tres
grandes estados (sic), hagámonos dignos de la fortuna que nos ha
cabido; mostremos a la Europa que hay hombres en América capaces de
competir en gloria con los héroes del mundo antiguo. Mi querido
general, llene V. su destino, ceda V. a la fortuna que le persigue, no
se parezca V. a San Martín y a Itúrbide que han desechado la gloria
que los buscaba. V. es capaz de todo, y no debe vacilar un momento en
dejarse arrastrar por la fortuna que lo llama. V. es joven, activo y
valiente, capaz de todo ¿qué más quiere V.? Una vida pasiva e inactiva
es la imagen de la muerte, es el abandono a la vida; es anticipar la
nada antes que llegue." (Vicente Lecuna: Cartas del Libertador).

El problema reside en que Bolívar era en ese momento jefe supremo del
Perú y conocía perfectamente los alcances del artículo 6º de la
Constitución peruana de 1823: "El Congreso se reserva la facultad de
fijar los límites de la República, de inteligencia con los Estados
limítrofes, verificada la total independencia del Alto y Bajo Perú."
¿Cómo así a quien el Perú le había confiado su destino, decidía por su
propia cuenta patrocinar la independencia del Alto Perú en
circunstancias que estaba al corriente de un sentimiento favorable de
este pueblo para mantener su unión con el Perú? Allí está la
reveladora carta de Sucre de febrero de 1825 que, por cierto, no es la
única: "Me ha dicho el doctor (Casimiro) Olañeta que él cree difícil,
sino imposible (sic), reunir las provincias altas a Buenos Aires; que
hay una enemistad irreconciliable (sic): que o se quedan
independientes o agregadas al Perú (sic), en cuyo caso quieren la
capital en Cuzco, o más cerca de ellos. Sirva de gobierno esta noticia
que está corroborada por otras muchas más (sic). Para que V. me diga
bajo estos datos que es lo que V. quiere que se haga (sic) o que se
adelante en estos negocios (sic). Mi posición me puede dar el caso de
dar alguna marcha a la opinión de estos pueblos (sic), y V. me dirá
cual sea que convenga más a la causa pública. (...) Sigo mi viaje para
La Paz, aunque no con gusto, porque siempre he tenido repugnancia a ir
al sur del Desaguadero. En fin, allá voy. Dios quiera que salga bien
del barullo." (Ibid.).

¿"Convenga más a la causa pública" o al interés puntual de su jefe? Es
más que probable que las comunicaciones escritas o dictadas por
Bolívar desde la tercera semana de febrero de 1825, se hicieron con la
ventaja que daba de tener pleno conocimiento del contenido de esa
carta de 5 de febrero, o con certeza de la del día 3 que traía como
anexo el proyecto de decreto de convocatoria de la asamblea de las
provincias del Alto Perú. En suma, la suerte estaba echada para la
gran nación andina. Y entre el 10 de julio y el 6 agosto de 1825 nació
a la mala Bolivia, habiéndose utilizado paradójicamente para ello las
"tropas del Perú", según dejó constancia Sucre en los oficios
remitidos a Heres, de 15 de abril y 11 de mayo de 1825.

Pero eso no fue todo. Consumada la secesión del Alto Perú, embarcadas
inopinadamente un buen número de tropas peruanas al Istmo de Panamá y
en circunstancias que Páez sembraba la discordia en la Colombia de
"las tres hermanas", el caraqueño que gobernaba dictatorialmente en
Lima dio otro paso más atrevido aún, cual es de empujar al Perú a la
unión con Bolivia y, para facilitar el asentimiento boliviano, el Perú
debía cederle territorio hasta el paralelo 18º (Sama). Además, ambos
Estados quedaban subsumidos bajo la denominación "Federación
Boliviana" (artículo I del "Tratado de Federación"). Es decir, el Perú
como Estado independiente desaparecía y, graciosamente, cedía
territorio hasta el norte de la actual ciudad de Tacna. Los dos
tratados de federación y límites negociados por el obediente Ortiz de
Zevallos, de 15 de noviembre de 1826, constituyen una prueba
irrefutable de esa felonía. Veamos el descargo de este improvisado
diplomático:

"Dirigida la Legación que se me confió, a procurar la reunión de
Bolivia al Perú (...); por las razones de conveniencia recíproca que
se desenvuelven en las instrucciones (...); se dice lo siguiente: 'y
que no estaríamos lejos de ceder los puertos y territorios de Arica e
Iquique para que fuesen reunidos al Departamento de La Paz (...).'
Cuando se me nombró de Plenipotenciario y partí de esta capital se
creyó que la reunión de Bolivia sería más factible (...). La cesión de
Arica fue la base que debió allanar los obstáculos (...). Todo lo
expuesto versa con concepto a las instrucciones que se me dieron por
escrito. Además de ellas S. E. el libertador me indicó expresamente
(sic) que con tal que Bolivia accediese a la federación se debía ceder
Arica. S. E. el Presidente del Consejo de Gobierno (Santa Cruz) es un
testigo de esto como que entonces se halló presente (...)." (Carlos
Ortiz de Zevallos: La Misión Ortiz de Zevallos en Bolivia.- Ministerio
de Relaciones Exteriores.- Lima, 1956).

¿Qué lógica tenía haber promovido la secesión del Alto Perú para, de
inmediato, querer juntarlo otra vez con el Perú? Solo tiene sentido si
se explica como parte de un designio egocéntrico que no tenía para
nada en cuenta el interés primordial del Perú. Es más, acostumbrado
como estaba Bolívar a atribuir a terceras personas lo que en su
intimidad perseguía, en una carta a su lugarteniente Sucre, de 12 de
mayo de 1826, se refirió en ese estilo indirecto a la posibilidad de
que el Perú desapareciera, como sigue:

"Heres dice que es mejor que haya dos naciones como Bolivia compuesta
del Bajo y Alto Perú, y Colombia compuesta con sus partes
constituyentes. Que yo sea el presidente de ambas naciones y haga lo
mismo que con una. El consejo de gobierno quiere la reunión de las
tres repúblicas (sic), (...) y Pando se inclina a uno u otro partido
(sic)." (Vicente Lecuna: Ibid.).

Pero, olvidó que meses antes, el 21 de febrero, en una carta a
Santander, había atribuido a otra fuente el mismo deseo: "Muchos
señores del congreso (sic) piensan proclamar esta República Boliviana
(sic) como la del Alto Perú, predicando un tratado con aquél país."
(Ibid.) Continuará.

Tuesday, October 23, 2007

¡Ciudadano Alonso!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
23-10-2007

¡Ciudadano Alonso!

Acaba de ingresar, al repique de sus 18 atléticos octubres, Alonso,
así se llama mi hijo, a la calidad de ciudadano del Estado peruano.
Hasta ayer era un niño, hoy es un hombre. En el 2006 escolar, hoy
universitario aspirando a culminar en un lustro, la carrera de
ingeniero industrial. Talento no le falta. Sagacidad tampoco. Es
posible que su aguda inteligencia sea patrimonio filial de profunda
forja amorosa en las buenas. Y también en las malas. Para nosotros,
padres, no es sino un hito de vibrante emoción, bienvenida fraterna,
esperanza de horizonte, continuación del porvenir.

Por hoy, como suele ser cada 23 de octubre, los modestísimos artículos
de que soy único redactor (hay que aceptar que sus deficiencias sólo
pueden ser mías), pasan a cualquier otro plano. Clarín del destino que
hoy nos muestra que han pasado dieciocho años desde que naciera Alonso
en concierto atronador de llantos desgarradores y hemos sido testigos
del panorama cambiante y revolucionario de muchos rostros, risas,
conquistas, frustraciones y significativos e inolvidables triunfos en
la vida de este mozo.

Pero en Alonso y sus 18 años, hay que saludar a otros jóvenes que
cumplen el mismo aniversario. Es en estos muchachos que el Perú reposa
su anhelo regenerador, su purificación en el fuego eterno y creador de
una nación libre, justa y culta. La comisión de trabajo que asumen los
nuevos ciudadanos no es una bicoca enunciable y punto. ¡Es todo lo
contrario! Es el compromiso de limpiar un organismo infectado de males
seculares, de costumbres atávicas y retrógradas. Es la promesa de
evitar que Perú muera en la miasma a que le han conducido amorales
directores cuyo único pergamino –si así se puede llamar al descaro- ha
sido la de ser misérrimos destructores de su propia tierra y
fabricadores de una historia hechiza. Si algo puedo decir en abono de
esa cultura de amor por el Perú, su orgullosa estirpe constructora y
vencedora de retos ciclópeos, es que desde pequeño, Alonso siempre
escuchó que la patria se defiende y que ésta no se vende.

Este 2007 comprobó cómo Alonso unióse a la universidad ingresando sin
examen por haber pertenecido al tercio superior de su jornada escolar,
primaria y secundaria. Y no son pocas las anécdotas reídas en el
decurso de estos meses. No deja de asombrar, tampoco, la inadvertencia
de algunos padres hacia el estudio de sus hijos. Con libertad y
amplias facultades que ejerce a discreción, Alonso sabe muy bien que
su destino no le será regalado como un número de lotería. Entiende con
energía que cada paso, es un peldaño, una nueva conquista. Si tarea de
padres es orientar, la de hijos es aprovechar ese respaldo y trocarlo
en antorcha alumbradora de su futuro promisorio. No hay otra fórmula
de triunfar que en buena lid. Lo fácil viene de ese modo. Y se va
también de la misma manera.

Querido ciudadano Alonso, hijo, hermano menor, compinche de mil y un
humoradas: llegaste al principio de tu periplo cívico premunido de la
mejor riqueza de que puede hacer gala un hijo: el amor inefable, el
respaldo y la vitualla alerta que aún te proporcionan tus padres. Los
jirones de tu vida serán arquitectura de tu fina y esforzada labranza.
A ella dedica tu inteligencia. Si el porvenir nos debe una victoria,
las tuyas serán –y contigo la de muchos otros- el aldabonazo del nuevo
Perú limpio que reclama la patria. Sé justo y disciplinado. Ahorra el
tiempo y no lo gastes en naderías. Construye hoy en la cima de tu
fuerza más vigorosa. Mañana rescatarás el fruto de tal empresa. Y
entonces, en el recuerdo, de repente, la imagen de quienes custodiaron
tus primeros pasos y travesuras tempranas. Y hay que darle gracias a
la vida por tanta dicha por encima de penas, coyunturas olvidables,
ayeres irrepetibles. Que el rumbo mágico y exitoso de tu vida, sea la
mejor presea que agasaje el deber cumplido.

¡Bienvenido al mundo ciudadano querido Alonso!

Monday, October 22, 2007

Silencio ominoso de contralor Matute

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
22-10-2007

Silencio ominoso de contralor Matute

¿Pretenderá la prensa autocensurada, no sólo aquella controlada por
pandillas de facinerosos que manipulan a su gusto lo que imponen que
la gente crea y en ello se distraiga, disimular que el silencio
ominoso del contralor Genaro Matute Mejía, es un asunto monstruoso
como inmoral? Por oponerse a rajatabla a cuanto diga el presidente
Alan García ¡no se puede pasar por alto o inadvertir lo que está
ocurriendo en la gestión de Matute! Meses atrás noticiamos al país de
este robo del sobreprecio de las mangas que hizo pasar de contrabando
la empresa tramposa y minúscula, Lima Airport Partners, LAP,
concesionaria del Aeropuerto Jorge Chávez. En efecto, lo que costaba
US$ 676, 804 (cada manga), las avaluó por US$ 990,021. ¡Ningún diario,
emisora radial o canal televisivo se dio –ni se da- por enterada!
¿Alguien puede responder qué esconden o a quién o a quiénes temen? ¿la
publicidad pone candados así de terminantes?

La anécdota presidencial es inane. Puede decir, y el país es testigo
de su feracidad oral, aquél, cuanto le venga en gana. ¿Qué están
haciendo por meter en vereda investigaciones que no se denuncian ante
la justicia, castigo ejemplar a delincuentes de saco y corbata, penas
de por vida a los que le roban al pueblo, aquellos a quienes alcanza
la responsabilidad de dirigir –o mal conducir- al país? ¡Esa es la
pregunta! Zaherir a García Pérez por el onánico placer de hacerlo es
una idiotez de muchas otras, tan comunes y cosméticas en la sucia
política nacional.

Matute es mudo en algunas cosas. En otras deja pasar como, por
ejemplo, el mérito que ha encontrado la Contraloría a ser enjuiciada
penalmente a la ministra Verónica Zavala por haber dispuesto del
depósito de 5 millones de dólares en 1978 cuando era funcionaria del
Fonafe, en un banco que luego quebró, el NBK. Pero ¡nadie hace nada y
hasta la estúpida explicación que una acción en ese sentido podría ser
interpretada como inquina personal me fue dada en el Establo
congresal, semanas atrás! Nótese, pues, que con legiferantes de
semejante capacidad intelectual de letrina, poco, casi nada,
insignificante, es lo que el país puede avanzar en términos de
moralización o limpieza del corrupto organismo patrio.

Leamos y preguntémonos, nuevamente, ¿por causa de qué la prensa ignora
este escándalo?

LAP: ¡mangas y sobrecostos criminales!
9-4-2007

¿Qué o cuánto ha recibido o bajo qué pretextos mantiene sin dar curso,
desde diciembre del 2005, este gravísimo informe, el contralor Genaro
Matute, en torno a la sobrevaluación criminal de precios de las mangas
ofertadas por la empresita Lima Airport Partners, LAP, concesionaria
del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez?

Ya no es tan sólo que este informe, que le costó el puesto a un probo
empleado de Ositran, bajo la presión directa, nefasta y culposa del
entonces presidente, Alejandro Chang Chiang, más aún, verifica una
investigación que fue, a posteriori, reiterada, sino que hay aquí
comprobado ¡cómo se roba al país! bajo las narices de quienes debían
inspeccionar que ¡no se hiciese aquello!

Recuérdese la rimbombancia jactanciosa que rodeó la concesión del
Jorge Chávez cuando se decía que llegarían al Perú cientos o miles de
millones de dólares. ¿Y qué ha ocurrido? La empresita LAP, con aval
del Estado peruano, gracias a la Addenda 4, negociada entre gallos y
medianoche, en el 2003, ha adquirido deudas por el orden de US$ 125
millones con bancos alemanes y estadounidenses. ¿Alguien sabe si están
honrando las obligaciones?

¿Hasta cuándo el Congreso no va a conformar una genuina, irrestricta,
severísima Comisión que investigue las múltiples irregularidades y
crímenes que implican la concesión del Aeropuerto Jorge Chávez a cargo
de una firma insuficiente, tramposa y que está buscando la fórmula de
cómo fugarse del país para no asumir sus responsabilidades? Leamos.

OSITRAN
Mangas de abordaje en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez

Resumen

1) El valor ofertado por LAP en su propuesta por cada Manga de
Abordaje, con la que gana la licitación internacional del Jorge Chávez
es por $ 676,804; sin embargo, terminan costando $ 990,021. La
diferencia de $ 313,217 por cada una de las 07 mangas instaladas hacen
un total de $ 2,192,519 de sobre precio.

2) OSITRAN permite que LAP justifique el monto mayor por cada una de
las 07 mangas de abordaje ya instaladas, por la contratación entre
Bechtel y LAP bajo el sistema Llave en Mano, modalidad no contemplada
en el contrato de concesión y no justificada, ya que la primera forma
parte del Consorcio dueño de la segunda. Bechtel, tal como señala LAP
en la propuesta con la que gana la licitación es la primera empresa en
su rubro en los EEUU y ha participado en la construcción o mejoras de
diversos aeropuertos. En su propuesta LAP ya señala que Bechtel se iba
a encargar de la construcción de las mangas de abordaje.

Entonces, ¿qué justifica un contrato para la construcción de las
mangas con el sobre costo que significa esa modalidad?

3. El sobre costo enunciado supera largamente el 15% de incremento,
con lo cual, de acuerdo a la cláusula 5.10 del contrato de concesión
(páginas 26 y 27, 2° párrafo), la nueva cifra debió someterse a
consideración del MTC, lo cual nunca ocurrió; con lo que en la
práctica, OSITRAN ha modificado el contrato de concesión, algo que no
está dentro de sus facultades (Programa de Inversiones a octubre 2002)

Análisis

OSITRAN sin mayor análisis previo y más bien buscando una
justificación posterior, acepta como válidos los montos que presenta
el concesionario del Aeropuerto Jorge Chávez, Lima Aiport Partners
(LAP), con una sobrevaluación superior a los $2 millones, por la
adquisición de las mangas de abordaje a que está obligado según
contrato suscrito con el Estado.

Cuando estas "mangas" son adquiridas por CORPAC para el Aeropuerto del
Cusco cuestan $500 mil, pero cuando quien las compra es LAP cuestan
casi US$ 1 millón.

La información relacionada a los Puentes de Abordaje (Mangas) es
tratada en el Anexo XIV, Numeral 1.20, página 8, del Contrato de
Concesión, el mismo que figura en la web de OSITRAN.

La documentación que presentan y que es aceptada sin validar por la
institución reguladora, la emite Overseas Bechtel Inc. (OBI),
subsidiaria de una de las empresas integrantes del consorcio que
conforma LAP, ¡la propia Bechtel Corporation! ¡Es decir, se facturan
entre empresas del mismo grupo!

A pesar de ello, el regulador no efectúa ninguna labor de
certificación de los montos de adquisición por el concesionario y
acepta el que señala la documentación alcanzada. Por lo cual, se
establece una tarifa provisional a pagar por su utilización por las
empresas aéreas, que supera largamente el mercado sudamericano.

Al respecto, los representantes de Líneas Aéreas del Perú y de
Empresas de Transporte Aéreo Internacional, Carlos Palacín Fernández y
Carlos Gutiérrez Laguna, semanas atrás declararon ante la Comisión de
Fiscalización del Congreso de la República haber obtenido proformas de
mangas, en el mercado internacional, por $400 mil.

Ante las presiones recibidas, OSITRAN requiere de los Supervisores
designados para dicha labor, de acuerdo con el contrato de concesión,
las empresas: TYPSA - OIST y LAHMEYER AGUA y ENERGÍA S. A., su opinión
respecto al valor declarado por LAP.

Estas empresas supervisoras emiten sus informes respectivos, sin
embargo es de apreciar estas incongruencias, tanto de parte del
regulador como de las supervisoras:

1. Las consultas las formula OSITRAN o de manera verbal o vía correo
electrónico, tal como es de verse en los informes de los supervisores;
lo cual, revela la informalidad con la que se maneja el regulador en
un tema de tanta trascendencia y controversia como el tratado.

2. Ambos Supervisores coinciden en que el valor presentado por LAP
sería el correcto, al hacer una verificación internacional de precios;
no obstante, encontramos las siguientes deficiencias en la información
remitida por los Supervisores.

TYPSA-OIST

a. Con fecha 06-04-05 remite a OSITRAN la Carta N°
AIJCH-CT-061-2005/TYO-OSI mediante la cual adjuntan el Informe
Especial N° 86 Información de Puentes de Embarque, en atención a una
consulta verbal. A su vez, el Supervisor hace la consulta a
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA).

b. La consulta verbal recibida está referida a la diferencia de costos
de las 7 primeras mangas ya instaladas y las 12 siguientes que se
instalarán en años posteriores.

c. La modalidad de contratación entre LAP y OBI es bajo el sistema de
Llave en Mano.

d. Inversión reconocida por las 7 mangas por un total de S
6,885,332.80 a un costo unitario de $ 990,021.97, incluye costos
directos e indirectos.

e. El costo Over Head o Llave en Mano de OBI, dicen, está en el orden
internacional entre 30 y 50% del costo directo.

f. Según señalan, sin adjuntar documentación, AENA está pagando en la
actualidad 677,000 Euros por Manga, que al tipo de cambio hacen un
total de $ 880,100. Es decir, aún $ 109,921.97 más barato para cada
una de las 7 mangas instaladas por LAP.

g. Especifican que el costo unitario previsto por LAP era del orden de
$ 635,634.33, pero que al agregársele el Over Head (no previsto
inicialmente en el Plan de Inversión aprobado) que ellos estiman entre
30 y 50%, se llega a un rango entre US$ 908,050 a 1,270,000.

h. Este último cálculo está equivocado pues el rango real está,
partiendo del costo unitario de LAP, entre $ 826,324 a 953,451. Lo que
dice del apresuramiento con el que se ha hecho este informe.

i. En sus Conclusiones, además de ratificar que el costo de las 7
primeras mangas está dentro de los precios internacionales, señalan
que las 12 mangas restantes sí mantendrán el costo unitario antes
mencionado, por ser de ejecución directa por LAP "con la experiencia
adquirida en la ejecución de las 07 primeras mangas".

j. Sin embargo, la propia página web de Bechtel Corporation y la
propuesta del Consorcio LAP cuando gana la licitación internacional
explica que Bechtel llevó a cabo todas las obras del aeropuerto de
Hong Kong, incluidas las mangas; así como también en el de Atlanta, O'
Haré (Chicago), Dubai, King Fahd Internacional (Arabia Saudi), Me
Garran (Las Vegas), Newark (New Yersey), Ontario Internacional
(California), Miami y Denver, entre otros, comprometiéndose a que sea
esa empresa de prestigio mundial la que construya las 19 mangas
ofrecidas. Entonces, ¿por qué contratar "Llave en Mano" por las 07
primeras mangas si corporativamente ya se tenía experiencia?

k. Esta modalidad además de encarecer el producto, reiteramos, no
estaba considerada en la propuesta con que LAP gana la concesión ni en
el Plan de Inversiones presentado a octubre 2002 y que nunca fue
aprobado por el MTC como correspondía al ser los nuevos montos
superiores al 15% de fluctuación de la cifra inicial (cláusula 5.10
del Contrato de Concesión); y aún así, resultan mayores que los
precios obtenidos por el Supervisor.

l. Posteriormente, remiten a OSITRAN la Carta N°
AIJCH-CT-066-2005/TYO-OSI del 20-04-05, atendiendo solicitudes
efectuadas por correo electrónico, sobre aspectos puntuales que no
desvirtúan las deficiencias anotadas.

LAHMEYER

b. En fecha 27 de abril de 2005 remiten una Carta a OSITRAN adjuntando
el documento AIJC-IF-SPB-0021 con su evaluación sobre los costos de
los puentes de abordaje (mangas), atendiendo igualmente a un pedido
verbal de OSITRAN, y luego de las consultas efectuadas a British
Airports Authority (BAA) Construction Benchmarks.

c. Según BAA el costo de fabricación es del orden de $ 475,000, que no
incluye diversos aspectos como trabajos preparatorios, mano de obra,
seguros, planta y equipos, gerenciamiento del proyecto, honorarios de
diseño, control de acceso al lugar de las obras, requerimientos para
el trabajo en el lado aire, operaciones simultáneas.

d. A estos costos enunciados le asignan un valor aproximado al 60%,
con lo cual el valor inicial llega a $ 791,667.

e. En el numeral 4.2 de su documento expresan que el costo unitario
por manga es de US$ 983,619; el cual, difiere del enunciado por el
otro Supervisor ($ 990,021.97)

f. En su numeral 4.4 explican que LAP cotizó cada manga en US$
676,804. El Supervisor le agrega 10.5% de gastos indirectos (¿?) de
LAP, con lo que se llega a la cifra de US$ 747,868 y señala que la
diferencia con el costo total de OBI es el "overhead" de OBI y que
representa el 45%.

g. Se aprecia en esta parte del documento mencionado que expresan que
el costo total de OBI es US$ 1,082,000, que difiere de la cifra
mencionada en el literal d.

h. En sus Conclusiones hacen comparaciones de las distintas cifras que
como costos han enunciado, tratando de expresar que el presentado por
LAP se ajusta a los rangos internacionales; sin embargo, no reparan
que en su segunda comparación señalan que el "overhead" de OBI es de
54.75% cuando antes dijeron que era 45% (cifra que además difiere de
la señalada por el otro Supervisor, por este concepto)

i. No obstante lo antenor, en su primer comparativo ya encuentran una
diferencia en contra de lo valorado por LAP de US$ $ 191,952 por cada
una de las 07 mangas. Diferencia que luego intentan explicar
confusamente, sin conseguirlo.

j. Debemos reiterar además lo antes dicho: ¿por qué usar el sistema
"Llave en Mano"? si la obra la realizó una empresa de la Corporación,
ya experimentada y cuando además ni la propuesta inicial ni el Plan de
Inversión que nunca fue aprobado, como correspondía por el MTC, lo
contemplan así. En todo caso, ¿por qué el Regulador y los Supervisores
lo permiten? Así mismo, ¿por qué OSITRAN acepta un costo que supera el
15 % sin contar con la aprobación previa del MTC, tal como dispone la
cláusula 5.10 del contrato de concesión?

k. En la misma fecha remiten a OSITRAN otra Carta, adjuntando el
documento AIJC-IF-SPB-0022, que absuelve otras consultas sobre el
mismo tema hechas por el Regulador; las que sin embargo, no desvirtúan
las deficiencias encontradas.

Lima Airport Partners (LAP)

- Mediante Carta N° AIJC-CA-CPMO-OSI-050478-PH de fecha 09-05-05, el
concesionario responde a un requerimiento formal del Regulador
respecto a proporcionar información detallada acerca de los montos
reportados en su Programa de Inversiones - Versión 2004,
específicamente para el sub proyecto 1040 - Puentes de Abordaje.

-En este documento LAP señala que no cuenta con "una desagregación
real de dichos montos debido a que la información incluida en dicho
programa de inversiones para el período 2006 - 2008 tiene un carácter
meramente referencial ...".

-Luego se refieren a su Plan Maestro mencionando que está en
actualización, a fin de verificar el listado de sub proyectos que
"potencialmente" se ejecutarán durante esta etapa.

-Entonces, si el propio Concesionario no conoce sus costos
desagregados para los siguientes Puentes de Abordaje, ¿cómo los
Supervisores y el Regulador ya establecieron una cifra al respecto?

-De otro lado, el hecho de estar "actualizando" su Plan Maestro para
ver los proyectos "potenciales" a ejecutar hacen prever la próxima
solicitud de renegociación de esta obligación contractual, dado el
rechazo generado por las tarifas establecidas por LAP y su negativa de
uso por las empresas aéreas.

Finalmente, el Regulador ha establecido una cifra definitiva por el
uso de las mangas de abordaje que continúa siendo alta
comparativamente con el mercado internacional, además de injusta por
las irregularidades comentadas.

Esto además, de la sobre valuación en el reconocimiento del monto de
inversión por LAP, y el perjuicio que finalmente se causará al público
usuario, al que se le transferirá esta alta tarifa.

Diciembre 2005.

¿Se permitirá que esta, a todas luces, sinverguencería permanezca
escondida en el escritorio del contralor Genaro Matute? ¿Se traerá al
ex presidente de Ositran, Alejandro Chang, para que dé cuenta
exhaustiva de qué ocurrió o qué recibió y se les encarcelará por,
presuntamente, haber sido cómplices en robos de dinero del pueblo
peruano?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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