por Herbert Mujica Rojas
10-6-2009
El magnífico y extenso texto de Gustavo Ywanaga discurre por
circunstancias casi nunca analizadas y más bien evitadas por nuestros
"especialistas" a la carta. A muchos incomoda versar sobre temas en
que han metido sus cucharas infectas de lugares comunes de la más alta
vulgaridad política o intelectual. Aludiendo a las palabras que
titulan su entrega, baste con decir que son, aunque antipáticas, notas
de una mala sinfonía recurrente que señalan constantes de la historia
nacional. ¡Y pensar que hay desavisados que se huelgan de sus
patanerías garrulescas! "Tomar a lo serio cosas del Perú", clamaba
González Prada. Algo de razón tenía entonces. Y ahora. (hmr).
Soberbia, ignorancia, Defensa e improvisación
por Gustavo Ywanaga Reh; gywanaga@gmail.com
http://www.voltairenet.org/article160551.html?var_mode=calcul
10-6-2009
Un suceso sumamente trágico para nuestro país lo ocurrido en Bagua,
que da y dará mucho que hablar en el futuro, salvo que otra desgracia
de mayor índole la empañe. Así somos, así actuamos, moviéndonos por
los extremos. Nos creemos con la verdad absoluta porque venimos de las
canteras universitarias o políticas, pero eso no genera un derecho. El
único derecho que poseemos es el de hacer las cosas bien, o lo mejor
que podamos y si no es así encontrar a la gente que pueda. Nuestra
clase gobernante al parecer no entiende o no comprende lo que
significa gobernar. La soberbia y la ignorancia en casi todos los
casos van de la mano.
Siempre mencionaré que el grueso de nuestros problemas se reduce a una
limitada y precaria base en comunicación y lógico-matemática, que nos
sitúa en un mediocre y alarmante último lugar (o si se quiere en un
decimo inferior). Alguien dirá: "¿y qué importan las comparaciones con
otros países?", pues sí importan. No vivimos aislados del mundo y
tenemos relaciones con países vecinos y no vecinos, nuestras
diferencias importan mucho, sobre todo si nos sitúan en desventaja con
el resto. Desventajas comerciales, en defensa, etc. Estas desventajas
siempre serán aprovechadas, ningún gobierno "pensará" por el nuestro,
ningún gobierno nos "capacitará" en cómo manejarnos, sea potencia,
líder o no en el mundo. Nuestras decisiones y actuaciones como Estado
deben ser el producto de nuestra realidad y la adaptación de teorías y
resultados del conocimiento. La ingenuidad en la conducción del Estado
es tan grave como la traición o la corrupción, por las consecuencias
que genera.
El déficit en la enseñanza nacional implica muchas consecuencias,
algunas de las cuales influyen en el quehacer político nacional. No
podemos pensar que por ir a la universidad, estudiar una carrera, una
maestría o doctorado aquello nos provee de la suficiente base para
resolver problemas complejos, como los que atañen al gobierno, pues si
la base inicial es mala, esas tres etapas académicas no sirven de
mucho. Un edificio con malas bases, no se verá mejor con más pisos,
aun por el contrario la energía potencial de desperfectos será
sustancialmente mayor conforme éstos se incrementan, haciendo colapsar
todo. Igual es en las áreas del conocimiento. Si obtenemos grados, con
educación básica insuficiente, pensando que estamos preparados porque
tenemos diplomas, empezaremos a cometer "torpezas" en nuestro actuar
profesional y mientras más alto estemos en la jerarquía, más trágicos
serán nuestros errores.
Muchos querrán decir que ellos son muy capaces porque vienen de tal o
cual universidad, o porque pueden citar documentos, obras o escritos
de autores de otras latitudes, pero si no se comprende lo que pasa,
sólo repetiremos como autómatas dicha información. Contrataremos con
nuestras arcas públicas, a especialistas para que implementen dichos
conceptos o simplemente nosotros mismos asumiremos su puesta en
marcha. Tenemos muchos ejemplos de incongruencias entre cargos o
funciones y lo que realmente reflejan es una incompetencia producto de
esas bases de incapacidad. No todo es culpa del gobierno, dirán los
que se encuentran a favor del gobierno. Es cierto, no todo es culpa de
ellos, las causales se vienen produciendo desde tiempo atrás, quizás
en las últimas dos décadas. Sin embargo ello no es tan relevante como
para aquilatar el efecto dañino producido.
Para que se pueda comprender lo menciono, tenemos unos muy pequeños
ejemplos que nos ayudaran a ser más didácticos:
Cuando el presidente ordena a su ministra del Interior: "bombardear y
ametrallar pistas clandestinas o pozas de maceración con aviones de
combate", no lo hace de mala fe. Lo hace en una percepción de, quizás,
demostrar su energía contra el narcotráfico. (No es lógico ni
razonable usar un avión de combate para esta misión y el ministro del
Interior no puede dar órdenes a la Fuerza Aérea)
Cuando nuestra ministra del interior menciona: "¿qué derecho tiene una
vendedora de gas de ser congresista?", también da una respuesta
hepática a una congresista que increpa sus capacidades como profesora
para dirigir el ministerio del Interior. Como en el caso anterior la
respuesta no viene del análisis racional, debido a que para ser
congresista sólo se necesita ser peruano de nacimiento mientras que
para ser ministro, por lo menos se debe saber de qué demonios se trata
el cargo.
Cuando esta misma ministra del Interior, se expresa que por "usar
plumas y taparrabos no están al margen de la ley", tampoco lo hace de
mala fe. El momento fue muy difícil y se ofusca la mente al buscar
comentarios a la prensa. Ella simplemente ignora que existen
diferentes culturas dentro de un mismo país y que tal vez para ella es
una actitud "folklórica" de demostrar inconformidad con las normas, es
pues clara su ignorancia de la "variedad étnica" en nuestro
territorio. Estos pobladores de diferentes etnias tienen un motivo
para usar plumas y taparrabos, simplemente están en pie de guerra ante
las afrentas sufridas y simbólicamente así, culturalmente, lo
demuestran.
Cuando un policía aquejado de perder a sus compañeros como producto de
la violencia generada por la "incomunicación nacional", menciona:
"desgraciadamente nosotros estamos hechos para servir al pueblo",
tampoco habla de mala fe. Este miembro de la policía lo hace,
conmovido por los sucesos, su respuesta es irracional. (No es una
desgracia servir al pueblo).
Cuando un periodista, realiza entrevistas a personas en Bagua
preguntando: Ud. es civil o indígena, tampoco inicia su entrevista con
malicia ni con el uso de la palabra indígena de manera peyorativa.
Simplemente lo hace ignorando que un indígena es también un civil y
que este tipo de imprecisiones están mal pues incrementan la brecha de
entendimiento y aceptación de nuestra variopinta, multiétnica
sociedad.
Cuando nuestro ministro de Defensa afirma que "podría ayudar muchísimo
el Ejército con esta gente, a través de su instrucción, educación y
preparación, (…) con esta gente que ahora está compuesta de
conscriptos y mañana van a ser licenciados, (…) pueden convertirse en
fuente difusora del pensamiento de lo que significan el desarrollo y
la inversión.", en referencia a la participación del Ejército como
instrumento de pacificación, también manifiesta una buena fe para
solucionar los problemas. De todo corazón desea que la institución que
dirige, gane una buena imagen al país. Lógicamente desconoce cuál es
la verdadera función del Ejército o las Fuerzas Armadas en general.
Aquí algo interesante, que podría generar confusiones, el ministro se
refiere a que "cuando los soldados se licencien", dicho de otro modo,
cuando dejen el servicio. Pues bien el error es igual, se sesga a un
detalle que se entenderá en lo siguiente: que mejor que los jóvenes
peruanos cuando se licencien del colegio aporten instrucción,
educación y preparación. Quisiera saber si la "instrucción, educación
y preparación" de un soldado lo convierten en negociador de
conflictos, economista, analista político o inversionista, si es así
el problema no deja de ser grave.
Con este último ejemplo en el sector Defensa, a continuación
ampliaremos un poco la actual crisis del conocimiento y sus
implicancias solamente para este sector.
Las FF.AA. tienen la difícil misión de proteger nuestra sociedad ante
una agresión externa. Tan elemental como ello, puesto que por algo en
la historia humana se desvinculó el orden interno y seguridad interna
de la Defensa en caso de guerra. El hecho es muy simple, los ejércitos
deben tener una preparación diferente y la policía otra. Una se
prepara para la guerra, la otra mantiene el orden interno. Sin
embargo, los detractores en que no se usen las FF.AA. para el orden
interno dirán: ¿Cómo diablos un policía puede defenderse de un
subversivo armado con fusiles y lanzacohetes?, con esto argumentan el
uso de la fuerza armada, con sus fusiles y lanzacohetes.
Me extenderé un poco en esto, debido a su importancia. En la policía
existen divisiones o especialidades de acuerdo al delito, así tenemos
unidades contra el narcotráfico, inteligencia, crímenes, ecología,
entre muchas y una muy especial de operaciones especiales. Esta unidad
tiene equipamiento y preparación para eso: operaciones especiales. Es
una unidad de "élite", su preparación y equipamiento le permite operar
en cualquier situación, en cualquier terreno y sobre todo contra
cualquier enemigo público. Son unidades que si no los menospreciáramos
y subestimáramos, comprenderíamos que se trata de un "ejército
profesional".
Muchos dirán, ¿Y todos los policías que vienen matando los subversivos
y narcotraficantes en la selva? Pues eso es diferente, camionetas o
camiones que trasladan a policías de un punto a otro en una zona muy
caliente, y son fácilmente eliminados. El efecto sería el mismo en
enviar soldados. Los problemas de mal uso de estrategias y tácticas no
deben ser confundidos con problemas de función. Aquí alguien dio una
orden de movilización, alguien determinó el tipo de vehículo a
emplear, alguien asignó un armamento determinado, alguien suministró
información de inteligencia. Muchos "alguien" en esta delicada labor,
pues a ese alguien se le olvidó prever qué ocurre si están con un
enemigo en la zona. Estamos pues ante un caso de incompetencia
mayúscula.
Este discurso y política de uso de las FF.AA. para la seguridad
interna, viene generando un proceso de desnaturalización de su
esencia. Un cambio de función mínimo, en la rama de la función
inicial desencadena una serie de efectos hacia abajo, un "efecto
mariposa". Vemos pues a altos mandos de la Fuerza Aérea opinar sobre
las bondades del Sukoi-25 para bombardear pozas de maceración o
ejercicios de operaciones anti-manifestaciones; en la marina de Guerra
(cuyo nombre, nos dice algo), para citar dos ejemplos. Esto es
"desnaturalización", el cambio en la naturaleza, en la esencia, en el
concepto básico, y como ven puede llevarnos a muy mal puerto.
Mencionamos al inicio que solemos movernos en los extremos, pues
tomemos el caso de los cursos de derechos humanos. Que es importante,
pues claro y mucho. Pero sería preferible que lo aprendan aquellos que
toman decisiones o comandan las FF.AA., pues por mucho curso de
derechos humanos que realicen, si los mandan armados para controlar un
problema interno, tendrán dos opciones: matar o que los maten. En
cualquiera de los casos su propia suerte está echada. Estos "cursos"
son resultado de la concepción que se tiene de la Fuerza Armada, ellos
combatieron a los terroristas y claro pues cometieron delitos,
entonces nada mejor que evitar que los sigan cometiendo. Pero nadie
pensó qué pasa en una guerra, no existían los conceptos claros.
Quienes dirigen la política de defensa desde inicios de esta década,
no valoraron que hubo un grave error de empleo. Solo se basaron en el
desempeño de esta función. Como ignoraban e ignoran para que se deben
emplear los ejércitos, decidieron mutar sus funciones y sus
capacidades. Con estas nuevas funciones y capacidades desde luego no
es importante el concepto guerra. Pues solo para mencionar, en una
guerra los especialistas (FF.AA.) deben hacer solo una cosa: destruir
al enemigo, y esto es literal y determinante, pues si no lo hacen
serán destruidos por los especialistas contrarios que sí lo pueden
hacer. Si tu función es diferente a la guerra, entonces ¿para qué
armarte con equipos como tanques, aviones, buques o misiles, si con lo
que tienes puedes vencer a los "terrucos".
Esta triste realidad, motiva los casos de "desnaturalización" donde
los altos mandos se pulen en explicar sus nuevas capacidades para
vencer al "enemigo interno", después de todo así pueden "pescar" algo
de presupuesto para equipamiento. Un círculo vicioso donde todos son
responsables y donde el catalizador es la ignorancia.
Finalmente relataré un ejemplo que nos grafica lo que pasa cuando se
entra a la era del conocimiento con ignorancia. Cuando las FF.AA.
argentinas toman las Islas Malvinas, su alto mando recibió una llamada
de un alto oficial inglés intimando a que rindieran las armas antes de
iniciar las operaciones. La respuesta del mando argentino fue que
ellos estaban muy preparados, tenían mucha experiencia contra los
guerrilleros (montoneros). La respuesta del oficial inglés fue de que
"Ustedes tienen experiencia en cazar patos. Ahora van a conocer lo que
es una guerra de verdad". Lo demás es historia.