0%. ¡Qué feliz debe haber estado –y sigue estándolo- San Dionisio
Romero Seminario. Años atrás se pergeñó la siguiente crónica que
pareciera no haber perdido ni dura vigencia como feroz actualidad a
pesar del tiempo transcurrido. julio-2007
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Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
24-6-2004
Dionisio, banquillo y las rejas
Uno de los dueños del Perú, el banquero de los banqueros, Dionisio
Romero Seminario, compareció ayer sentado en un banquillo. Y asombra
la fotogenia mostrada. Romero parece hecho para el banquillo y el
banquillo corresponde a su augusto morador ocasional. Si aquí
existiese justicia valiente, a este hampón habría que meterle 100 años
a la cárcel. La troika Dionisio, banquillo y las rejas comienza a
escribir la antología de una crónica vergonzosa.
Los abogángsteres que se encargan de reproducir las
sugerencias-órdenes de Romero ahora pretenden enjuiciar a los vocales
que interrogan a su patrón. No puede negarse que estos pobres
infelices sí que saben cumplir su deber. Además, nadie pone en duda
¡de ninguna manera! la generosidad compra-conciencias que tiene el
banquero de los banqueros cuando se trata de pasar por el aro a los
venales.
En audacia que sólo provoca risa y conmiseración sostiene Romero que
la salida de Montesinos, años atrás, era un tema de urgencia nacional
y que él contribuyó patrióticamente con ese propósito. ¿O sea que la
solidaridad de los delincuentes fue hecha pública entonces? Yo supuse
que San Dionisio era más inteligente y menos estúpido.
Alguna vez en estos años me hicieron llegar un mensaje presuntamente
de él: decía que era un bastardo pero que me respetaba. Contesté que
lamentaba no poder decir lo mismo y sostuve que él era –y es- un
miserable, ruin y aprovechador del Perú y que su hábitat era alguna de
las cárceles peruanas.
Acabo de estar en Puno y conocí Yanamayo. Con un buen equipo de
calefacción, el asunto queda confortable. Mientras que el Perú no sepa
castigar a todos sus dueños anticholos, insolentes, déspotas que aún
viven en la Colonia y en la republiqueta de juguete que hemos sido –y
seguimos siendo- persistirá el poder del dólar dictando las leyes a
través de parlamentos vasallos, gobernantes mediocres y fieles mozos
de cuanto se elucubre en otras oficinas, sedes del genuino poder
corruptor y vendepatria disfrazado de tecnócrata y liberal. Como es
improbable que alguna justicia condene, aunque sea por finta, a San
Dionisio, su puesto en Puno sigue vacante.
Algunos aceleran sus latidos y escandalizan cuando se habla de
fusilamientos y castigos ejemplares. Por ejemplo, ¿no sería
interesante sacar, montados en burro, a tanto legiferante mediocre,
incapaz de enfrentarse al poder real que representan los grupos
económicos? Si el Perú está como está, es porque pandillas de hampones
y delincuentes, lo han gobernado así y lo han postrado al nivel de
colonia y campo de experimentación de fumigaciones, tropas
extranjeras, privatizaciones y concesiones.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
Esta columna todos los días a las 7.30 pm. en Radio Cora.