Percepción
distorsionada de la realidad en los seres humanos
por
Isabel Peña Rodríguez*; isabelpenarodriguez@yahoo.com
15-10-2019
Considero
de gran importancia, enriquecer los conocimientos previos de las personas
acerca de sus problemas y también de sus alternativas para solucionarlos. Para
ello les alcanzo y comparto este valioso material con el objetivo de que lo
tomen en cuenta y lo practiquen y, a la vez, aprendan las estrategias
cognitivas, emocionales y conductuales que ayudarán a afrontar los cambios.
1.-
Pensamiento todo o nada (también llamado dicotómico o polarizado): consiste en
ser extremista, ver las cosas en blanco o negro, sin apreciar la existencia de
categorías intermedias. Si algo no es perfecto, está mal. Por ejemplo: Soy
pianista, cometo un pequeño fallo en un concierto y pienso “estoy tocando
fatal”.
2:
Generalización excesiva: ser derrotista. Por un solo hecho negativo que ocurre,
considerar que siempre saldrá todo igual de mal, desesperanzarse. Se suelen
utilizar palabras como “siempre”, “nunca”. Por ejemplo: me despiden del trabajo
y pienso “nunca voy a encontrar empleo”.
3.-
Filtro mental (también llamada abstracción selectiva): un detalle negativo
nubla los demás aspectos de la realidad. Es como una gota de agua de tinta que
tiñe toda la jarra de agua. Por ejemplo: he llegado tarde a una reunión y
pienso “ya lo he estropeado todo”.
4.-
Descalificación de lo positivo: ver nuestro comportamiento como “lo normal”,
pensar que las cosas agradables no hay que tomarlas en cuenta. Mantener una
creencia negativa que se contradice con las experiencias diarias. Por ejemplo:
mi profesora ha elogiado mis ejercicios y pienso “lo ha hecho para animarme, no
porque estén bien”.
5.-
Conclusión precipitada, (también llamada inferencia arbitraria): interpretar
las cosas de forma negativa sin duda que fundamenten las conclusiones. Existen
dos muy frecuentes.
a)
Lectura del pensamiento, pensar mal: suponer, sin pruebas, los que otros
piensan sin comprobarlo. Por ejemplo “ha pasado por mi lado y no me ha
saludado, ha querido ignorarme”.
b)
Anticipación Negativa (también llamada error del adivino): esperar que las
cosas salgan mal sin tener pruebas suficientes para ello. Transformar una
posibilidad en un hecho cierto y acabe en consecuencia. Por ejemplo: no voy a
organizar la fiesta porque todos se aburrirán”.
6.-
Magnificación (catástrofe) o minimización: exagerar importancia de las
situaciones o los hechos, o por el contrario reducirlas hasta que parezcan
diminutas. Por ejemplo: minimizar mis cualidades, exagerar mis imperfecciones.
7.-
Razonamiento emocional: suponer que tus emociones negativas reflejan
forzosamente la realidad. Por ejemplo: “siento miedo a viajar en avión, luego
viajar en avión es peligroso”. “me siento incompetente, luego soy una inútil”.
8.-
Los deberías (también llamados imperativos): utilizar exigencias absolutistas y
rígidas, como si fueran dogmas acerca de uno/a: “debo de”, “tengo que”; acerca
de los demás “deben” o “tienen que”; o acerca de la vida: “la vida no debería
ser así”. Cuando dirijo los “deberías” hacia mí misma/o, la consecuencia
emocional es la culpa; cuando los dirijo hacia los demás, generan ira y
resentimiento; cuando es hacia la vida producen poca tolerancia a la
frustración. Por ejemplo: “tengo que aprobar este examen como sea”, “mi pareja
debe apoyarme en todo si me quiere”.
9.-
Etiquetación: Hacer una evaluación global del ser humano basado en algunos
aspectos negativos. Es una generalización excesiva aplicada al comportamiento
humano. No describe comportamientos concretos, sino que hace evaluaciones
globales. Por ejemplo: “soy torpe”, “eres un desastre”.
10.-
Personalización: atribuirse toda la responsabilidad de los sucesos que tienen
consecuencias negativas para los demás, sin base para ello. Genera sentimientos
de culpa por ejemplo: “si somos una familia unida, es lógico que sufra mucho si
alguno tiene un problema y colabore intensamente”. Otra forma de entender la
personalización es atribuir al comportamiento de los demás una intencionalidad
que valoramos desde nuestro punto de vista. Por ejemplo: “lo ha hecho para
fastidiarme”. Nosotros preferimos encuadrar esta segunda sección dentro de la
lectura del pensamiento.
Cuaderno de Terapia Cognitivo Conductual, Ángeles
Beriso Gómez Escalonilla, págs. 36 y 37
*Psicoterapeuta
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