Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
2-2-2022
Demasiados errores en tan poco tiempo
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Si hasta antes de la juramentación del gabinete que preside
el parlamentario Héctor Valer Pinto, el gobierno de Pedro Castillo ya resentía
los embates de la improvisación, nula trabazón entre sus integrantes y el jefe
de Estado y una bronca que no tiene cuándo acabar con el Congreso, hoy el
asunto transita por caminos mucho más lamentables.
Pareciera que el mandatario Pedro Castillo no llega a
entender que los petit comités provincianos o con allegados de su tierra natal,
no son satisfactorios. Los palos de ciego menudean y dan alimento a las fieras
mediocres que están al acecho para dar de dentelladas pidiendo la vacancia.
¿Estos elementos golpistas buscan democracia o mejoramiento del país? ¡Para
nada, son vulgares e incultos operadores de quienes cuidan sus intereses a
cualquier precio!
Se critica al presidente Castillo que sus galardones
académicas son insuficientes y que es sólo un profesor escolar. Tragicómico
comprobar cómo ex presidentes con decenas de lauros o distinciones, menciones
honrosas y preseas de toda índole, no son más que vulgares rateros que se
hicieron millonarios vía asaltos en contratos con dedicatoria de nombre y
apellido. ¿No hubo uno que se metió un tiro cuando sabía que la gravedad de sus
infamias le llevaban a la cárcel directamente? Prefirió aquél la cobarde auto
eliminación antes que afrontar como hombre la responsabilidad de sus hazañas.
Pretender que los galones universitarios o los diplomas que
se regalan previo pago urbi et orbi, garantizan una ejecutoria sin mácula y
progresista es una impostura boba. Una vez instalados en el gobierno hacen todo
lo contrario. Esa idea es un adefesio con poca lógica pero mucho impacto que
los miedos de comunicación –todos del sistema- se encargan de propalar
masivamente.
Al señor Valer Pinto hay que desearle suerte. La va a
necesitar bastante. Y ojalá rompa el pacto infame de guardar silencio produciendo
aterradoras incomunicaciones que, además, impulsan líos, escándalos, incorrecciones
y desprestigio a granel. Si se hiciera un resumen en torno a circunstancias así
en los pocos meses de este gobierno, la conclusión arrojaría una censura acre
para tanto mediocre y aventurero metido en la cosa pública.
La decepción y desencanto de gruesos sectores de la
población en todo el país pareciera estar creando un caldo de cultivo peligroso
en que da lo mismo quién nos gobierne, en democracia o dictadura. Sí es posible
afirmar que las huestes o allegados de la línea doctrinaria o ideológica del
mandatario no gozarán del favor popular en los próximos 10 años. Son tantas las
metidas de pata……
El país vive harto de bizantinismos a cual más ridículo.
¿Qué toca a la ciudadanía? Una pregunta que tiene mil
respuestas. Desde esperar en el desconcierto hasta marchar en protesta si acaso
se producen hechos de fuerza o violencia.
¿Hay colectividades coherentes y patrióticas capaces de
enhebrar un discurso sólido con puntos fundamentales para un pacto nacional por
10 años? Empresarios, independientes, gente de buena fe tiene la obligación de
intervenir y organizar.
Hacerse de la vista gorda y dejar que el país arda
literalmente en llamas constituye un crimen imperdonable. Y habrá que señalar
clara y directamente a quienes así lo hagan.
Hay que repetirlo:
demasiados errores en tan poco tiempo
