Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-12-2018
Los semi-difuntos de
Plaza Bolívar
Se produce en Perú un fenómeno político interesante: un
Congreso fue fulminado por el referéndum del 9 porque el pueblo votó contra la
reelección inmediata de legiferantes y se opuso a la bicameralidad porque
intuyó claramente que los burros sagrados pretendían colarse a un Senado que no
fue.
Pero serán los semi-difuntos de Plaza Bolívar los que deban
discutir cómo se conforma el organismo reemplazante del extinto Consejo
Nacional de la Magistratura. La pregunta cae de madura: ¿con qué autoridad? El pasado
domingo la censura popular fue categórica. Los malabares numéricos no logran
ocultar la espectacular derrota.
A los semi-difuntos hay que pagarles el sueldo completo
hasta el 28 de julio del 2021.
Con luces más bien opacas ha dicho un parlamentario que
ahora se carece del aliciente para trabajar porque no habrá reelección. La
especie dice el grado de estupidez aguda que ataca al susodicho que tiene más
de tres lustros mediocres viviendo del impuesto de los peruanos.
Con el aparato cómplice de una prensa eco de naderías
pronunciadas a cada rato por los semi-difuntos hoy se atizan escándalos que
debieron, de haber ocurrido, ser denunciados al instante.
Los grandes monigotes incendiarios y acusadores de
dictaduras, persecuciones y acosos, recibieron una fuerte cachetada el 9 de
diciembre. Gústeles o no, el referéndum expresó el asco ciudadano hacia los
semi-difuntos de Plaza Bolívar y a los propagandistas tremebundos. Y majaderos
hasta el hartazgo.
Si los semi-difuntos de Plaza Bolívar han sido conculcados
en su razón de ser, que siempre fue débil y sobre todo mísera intelectual y
políticamente ¿que justificación hay para tomarlos en cuenta para las grandes
decisiones aprobadas en el referéndum?
En un país normal, por principios, vergüenza y comprensión,
los repudiados deberían ejercer los mecanismos más efectivos para apresurar la
marcha que nos librará hasta después del 2021 de su impertinente presencia.
Pero para no pocos Plaza Bolívar es el monto y fecha fija de pago, honores
bobos, choferes, tropas de secretarias y pelotones de asesores, entonces eso
“es vida” para aquellos.
Los municipios y los gobiernos regionales son fuente
indudable del poder ciudadano. Mientras que el Parlamento ha dejado de serlo,
la acción envolvente y arrolladora del referéndum sí que constituye una opción
atendible.
El trípode municipios, gobiernos regionales y referéndum con
participación genuina e indubitable del pueblo, constituye una herramienta
indesdeñable que superará a payasos que inventan asilos o que se mueren de
miedo por prisiones aún no decretadas y que en todo caso, gozan de una merecida
fama de deshonestos y tramposos.
No puede creer, tampoco, el gobierno del presidente Martín
Vizcarra que ha ganado un cheque en blanco para motorizar leyes antilaborales o
atropellos en favor del lucro de empresas abusivas. ¡Eso no, ni hoy ni mañana!