por Herbert Mujica Rojas
22-12-2008
Periodismo y geopolítica
En el panel de lujo, expresión cordial que usó el director de El Perro
del Hortelano, César Hildebrandt, para aludir al equipo periodístico
que opinó sobre lo mejor y peor del 2008 e integrado por Marco Zileri,
Caretas; Patricia del Río, RPP; César Lévano, La Primera; Alberto
Adrianzén, La República, se tocaron temas de diverso calibre y las
consideraciones emitidas dan cuenta de análisis y reflexiones
múltiples. Es de notarse, sin embargo, que ninguno de ellos discurrió
sobre el delicadísimo tema de cómo Cancillería ha manejado la difícil
vecindad con Chile a pocos meses que se dé comienzo al contencioso en
La Haya y que sobre delimitación marítima ha llevado Perú al país del
sur. Esta omisión clarísima da idea de cómo llega el periodismo al
campo de combate con los meridionales que todos los días se encargan
de recordar cómo anda su parque de armamentos, colección de satélites
y cuan majaderos pueden ser cuando se lo proponen y como fuera desde
antes de 1879 habida cuenta del precedente de 1836-39, la primera
invasión chilena al Perú.
La ignorancia, la desidia, el temor a lo ignoto y de descubrir que la
historia contada por historiadores plásticos, palafreneros de linajes
y apellidos; escondedores de traiciones aleves y complicidades
atroces, marca el espíritu periodístico nacional. No estamos frente al
periodista de la resistencia Andrés Aramburú y su terca, porfiada,
indomeñable lucha contra la pezuña invasora sino en tiempos en que la
globalización y sus esbirros han conseguido "vender" la idea que el
patriotismo, el apego al terruño y al patrimonio, son "cosa del
pasado" y que ahora mejor es vender, vender, vender porque eso nos
coloca a la vanguardia de las naciones. Obvio que la premisa indudable
apunta a que éstos son los que custodian las operaciones, empujan las
transacciones y forman parte de los miserables que roban bajo forma
legal de los dividendos. El pueblo es tan solo pretexto simpático de
discursos y convidado de piedra eterno que todo lo paga y que nada
puede reclamar porque hasta ese derecho le ha sido conculcado con los
TLCs que prevén tribunales especiales por encima de la ley nacional.
¿Cómo explicarse tanta estupidez institucional? ¿hay alguna manera de
agarrar al toro por las astas y vencer esta pusilanimidad antaña que
se instala definitivamente luego de la derrota aciaga y vergonzosa de
1879-1883? El camino del odio es el derrotero de los bárbaros Atilas
que enuncia el inmortal Vallejo. Basta con tener dignidad, estudiar la
historia y aprender de sus lecciones para no repetir los yerros
monumentales que signan y oscurecen el devenir peruano casi desde que
nació y necesitamos que, especialmente los genuinos periodistas,
aprehendan que si el porvenir nos debe victorias, éstas no llegarán
solas o caerán de los árboles: ¡hay que conquistarlas con el
sacrificio y al amor a las causas de justicia!
A nadie pareciera inquietar cómo es que Cancillería ha llevado por
torpísimos caminos el contencioso con Chile. Encargado del equipo nada
menos que un chilenófilo de larga y lamentable trayectoria mediocre:
Allan Wagner. Y en su equipo hay "escritores" que han puesto en blanco
y negro textos que favorecen la tesis de Chile, como es el caso del
traidorzuelo Fabián Novak Talavera quien junto a Luis García
Corrochano son parte de esa dinámica proditora que nos hará pasar
momentos indefendibles. No obstante esas taras, hay que recordar cómo
el gobierno del presidente García y él mismo, en múltiples veces, se
han encargado de dar "lecciones" de un cipayismo repugnante con
respecto a La Moneda, olvidando que los socialistas que ocupan el
gobierno en Chile son más chilenos que socialistas. Pero gallina que
come huevo, aunque le rompan el pico......
¿A quién conviene esta indefensión doctrinaria, histórica,
periodística? Es obvio que a los quintacolumnas que representan en
Perú los intereses ajenos. ¿Hay que soportar, sin desenmascarlos, su
presencia letal y mutiladora del espíritu nacional? Me temo que la
respuesta es clarísima: ¡de ninguna manera! Pero hay que combatirles
con las armas de la ciencia y la tecnología, la historia, el derecho y
las ganas de vivir en y para la dignidad de las naciones. Si hay
traidores ¡allá ellos! ¡Aquí sólo puede primar el interés genuino, la
defensa del patrimonio natural e industrial de 28 millones de
habitantes y el designio de liderazgo que nos viene por ancestros, con
cinco fronteras, el mar más rico del mundo e ingentes riquezas
inacabables y que son ¡precisamente! lo que el guano y el salitre
fueron en 1879!
Los medios de comunicación hablados, escritos y radiales no pueden
seguir eludiendo chapuceramente lo que es el deber contemporáneo de
pelear por la patria. Al público corresponde exigir de sus hombres de
prensa: compromiso y limpieza. Será interesante ver como cada quién da
cuenta de su responsabilidad o cómo disimula sus cobardías. Y entonces
habrá que verles retratados en la comisión de sus actos. Es hora que
el Perú y sus periodistas se pongan de pie, el 2009 llega pleno en
nubes cargadas. Hay que estar preparados. Es mandato de la historia.
¿Quién pesca el reto?
¡Atentos a las historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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