Monday, August 02, 2021

La tramposa reinscripción alanista

 

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

2-8-2021

 


La tramposa reinscripción alanista

https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/la-tramposa-reinscripci%C3%B3n-alanista

https://bit.ly/3rKbj1G

 

¡Cómo si no hubieran perdido la inscripción electoral luego de consecutivas y humillantes derrotas en las urnas, traiciones ideológicas y doctrinarias, crimen absoluto de cualquier moral o ética, los alanistas que capturaron al Partido Aprista luego de la desaparición de Haya de la Torre el 2-8-1979, ahora alientan una tramposa “reinscripción”.

 

Reinscripción tramposa porque la convocan los judas que vendieron o negociaron su alma a la derecha local y global y son los inequívocos responsables de la pérdida de la inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones, ROP-JNE, y lo único que pretenden es saber ahora con cuántos confundidos, incautos y desconcertados militantes cuentan, para seguir a través de esta tramposa reinscripción, mangoneando como escudo protector o vehículo de negociación o participación política al otrora Partido del Pueblo instrumento de lucha por la justicia social de pan con libertad.

 

Durante décadas los militantes de ese partido afrontaron retos de encierro, destierro o entierro porque pocas fueron las opciones que impuso a sangre y fuego una derecha cerril, obtusa, delictiva, inepta para formar un modelo conservador, valiente y creativo. Se hacía frente a los yerros y no se escapaba con facilismos que, como todos saben, en un caso reciente, llegó al suicidio pusilánime.

 

Los corifeos del alanismo cacarean “unidad” cuando la destruyeron y envilecieron con la compra de conciencias, negociados sucios, tráfico de influencias en todos los niveles. ¿No hubo un primer ministro que visitaba a un dominicano en hotel sanisidrino? ¿Qué hacían, coordinar la revolución de pan con libertad o los conchabos, cifras y números de una repartija vergonzosa? ¿No obtienen “absoluciones” de un Poder Judicial al nivel del asco, aquellos que protagonizan hechos reprobables desde todo punto de vista en y fuera del Congreso cuando formaron parte de aquél?

 

¿Qué hace la militancia aprista para reivindicar su derecho libertario a prescindir o echar a esos malos elementos torcidos, plenos en la comisión de toda clase de desviacionismos? Se los puede “leer” en las redes sociales: su precariedad política va a la par con su primaria noción intelectual de cualquier cosa. ¿Qué dinero sucio financia a esos patibularios que derraman odio y justificación para los desmanes de sus gobiernos?

 

Ya no son las dictaduras o regímenes de fuerza los que acosan al aprismo. Hoy son pasados vergonzantes ejecutados en dos administraciones 1985-1990; 2006-2011 y “fruto” de las cuales, las letanías de llamar a los apristas como “ladrones, inmorales, delincuentes” tornó en pesarosa constante en todo el país. Justos, la inmensa mayoría que no estuvo implicada, pagan por pecadores. Los réprobos tienen varias casas, viajes al por mayor, diplomas hechizos, preseas y honores discutibles y la acogida de los miedos de comunicación por tantos favores de ida y de vuelta.

 

¿Por qué interesa al resto de la ciudadanía lo que ocurre en el aprismo? Es simple: muestra esta debacle la hoja de ruta, modus operandi criminal e involución de sus propias organizaciones carentes, además, del rico margesí de victorias populares en tantos años de vida. Víctor Raúl había advertido desde el 8 de diciembre de 1931: la misión del aprismo era llegar a la conciencia del pueblo y a ésta no se arriba con oro o con fusiles.

 

¿No sería interesante averiguar de dónde tanto lujo y poder económico el que ostentan ex parlamentarios, ex ministros, ex funcionarios? A muchos se les conoció literalmente “pata al suelo”. ¿O no fue así?

 

Cuando las barbas de tu vecino, veas cortar –dice el refrán- pon las tuyas en remojo.

 

Los ciudadanos apristas íntegros tienen la ineludible acción de rechazar a los gonfaloneros del alanismo, cerrarles el paso y desterrarlos de una conducción que sólo trajo desprestigio, pena, dolor, traición absoluta a los fundadores y a todos aquellos que militaron e hicieron grande la causa de pan con libertad.

 

¿Esperarán a que una cúpula sucia continúe con las riendas para las que no tienen ninguna –ni la más mínima- autoridad o entonan gritos libertarios, reivindican sus locales y hacen un proceso de desinfección de alimañas inmorales?