Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
16-10-2024
Torre de control y II pista: ¡inoperativas!
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Perú debe tener la marca de aguante a los pésimos
proveedores, más alta del mundo. No hay quien pueda superar tanta indolencia,
falta de reclamo, conformismo y aquiescencia con la propaganda que engaña,
tima, dice cualquier cosa y vende gato por liebre.
La nueva torre de control y la II pista del Aeropuerto
Internacional Jorge Chávez apenas fueron inauguradas menos de 15 meses atrás y desde
octubre de hace 1 año, permanecen inoperativas.
¿Qué ocurrió? Las infraestructuras de ese tipo duran, sin
interrupciones y buen funcionamiento, al menos 10 años, por decir una cifra
razonable. Pero que fallen, pasen a estar inoperativas en un lapso tan
grotescamente diminuto, sí que llama la atención.
Las lunas de la torre de control eran deficientes y así lo
atestiguaron los que saben. La II pista tiene menos longitud y se esperaba que
impulsara el tráfico aéreo con las garantías de seguridad indispensables y
mínimas.
¿Cómo pueden permanecer en silencio culposo e inexplicable:
Ositran, DGAC, MTC y el gobierno en general? En realidad, para ser francos, los
del Ejecutivo no guardaron la ominosa mudez total de que hablamos: ¡se han
dedicado a celebrar todos los anuncios de la concesionaria Lima Airport
Partners y el maravilloso terminal que anuncian para diciembre!
El Aeropuerto Jorge Chávez es apenas una concesión a Lima
Airport Partners. No se le obsequió ni tampoco prestó sine die para que
demoraran los más de 20 años que tienen el titularato. Recuérdese que aquello
fue carrera de un solo caballo, único postor y LAP tuvo al momento del
otorgamiento de la buena pro, un capital social de apenas S/ 10 mil soles.
¡Todas las explicaciones, después de más de 20 años, carecen
de fuerza y de vergüenza! Los sucesivos gobiernos han permitido ocho adendas a
favor siempre de Lima Airport Partners y los aplazamientos constituyeron dos
décadas de promesas, estamos terminando el 2024 y los ayudantes oficiosos de
doña Dina, proclaman maravillas del Aeropuerto, pero olvidan señalar que la
torre de control y la II pista, están inoperativas, en buen castellano: ¡que no
funcionan!
Cuando se adquiere un artefacto, una máquina, una casa o un
edificio, hay condiciones y reglas que deben cumplir los protagonistas del
negocio. Unos y otros adquieren obligaciones. Mucho más si el Estado concedente
ha brindado más que facilidades a la concesión y ha permitido que se paseen
como Pedro por su casa durante más de dos decenios.
Como en Fuente Ovejuna, todos a una, procuran silenciar las
voces críticas respecto de la concesión del Jorge Chávez. Al desaguisado que
representa la inacción del gobierno y sus diferentes instancias en la
vigilancia del estricto cumplimiento del contrato, se agregan conglomerados
mediáticos e informativos que virtualmente aplastan al resto.
Aunque, hay que decirlo objetivamente, es IMPOSIBLE
disimular que la II pista y la Torre de Control novísimas, estén inoperativas. Es
que lo barato sale caro. Cuando los avaros pretenden “ahorrar” y ganar más
dinero, empleando materiales deficientes, los resultados son los nefastos que
padece hoy Perú y su primer terminal aéreo.
¿Cómo pueden tocar las campanas anunciando con bombos y
platillos la inauguración de la terminal nueva cuando carecen de torre de
control y II pista? El absurdo salta a la vista para cualquier mortal.
El silencio tiene un precio y el ruido encomiástico también.
A muchos vocingleros les compran la conciencia y su devoción rendida tiene
tarifa. Cuando se maquilla u oculta la verdad de esta clase de obras, es el
país dueño de la infraestructura, el que resiente el daño.
¿No parece algo insólito que se inaugure una terminal
novísima que no posea pista habilitada y una torre de control con vidrios
óptimos para que no fallen los dictámenes de vuelo, entrada y salida?
Los clubes electorales, alias partidos políticos, poseen
ignorancia mayúscula sobre este tema. No opinan pues están muy interesados en
conseguir curules en diputados o senadores. Vivir de la cansada ubre del Estado
es parte de la angurria, el tráfico de influencias es fundamental en una
república que esconde a delincuentes de cuello y corbata.
¿Y la prensa? Preguntas tan sencillas como las que
enunciamos en éste y muchos otros artículos, debieran ser menú diario. El
terminal Jorge Chávez es del Perú y lo mantiene el bolsillo tributario de los
peruanos. Por tanto, es una propiedad sagrada que no tiene por qué constituir
vaca lechera de quienes han probado ser fenicios a troche y moche.
En México, hace 3 años, el cuerpo de ingenieros del Ejército
de ese país, hizo un aeropuerto dos veces más grande que el Jorge Chávez, con 3
pistas y modernísimo, gastando la mitad que aquí. No siempre la industria
privada es la más eficaz. ¡Y tampoco se demora más de 20 años en hacer una
simple torre de control y una segunda pista.
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!