Sunday, January 24, 2016

¡Pacto de Billetera Limpia!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
25-1-2016

¡Pacto de Billetera Limpia!

¿Serían capaces los políticos que lleguen a la presidencia y curules parlamentarias de mostrar, al término de sus mandatos, billeteras limpias sin enriquecimientos súbitos o de lustro reciente y sin testaferros de cualquier especie?

Ningún aspirante exitoso a la primera magistratura o legiferante debe tener más dinero que con el que entró al cargo. Y esto debiera ser mandatorio porque si la responsabilidad es con el pueblo, tienen que mostrar vocación de servicio y renuncia absoluta al aprovechamiento coyuntural y personal de las plataformas que da la cercanía a los goznes del poder administrativo.

En 1946 se llevaron a cabo elecciones complementarias para diputados en varias provincias del Perú. Entonces el Apra, dirigido por Haya de la Torre, ganó -tal como ocurrió el año anterior con el Frente Democrático Nacional- cantidad importante de curules. Y celebraron en olor de multitud y Víctor Raúl mostró, mientras daba su discurso en la Plaza Manco Cápac, ¡la renuncia en blanco de los flamantes parlamentarios! Uno de ellos fue Mario Peláez Bazán de Amazonas a cuyo hijo Mariano, pocos años atrás, referí la anécdota.

Por aquellos años la limpieza pública era un cartabón indispensable en cualquiera que aspirase a servir desde el Congreso al pueblo. ¡Ni qué decir de la presidencia!

Hoy por hoy, los políticos o los que fungen de tales, gozan de una fama -puede que en algunos casos sea injusta- de rateros y deshonestos. El pueblo, más sabio que todos los sabios, al decir de Bolívar, intuye que las muestras exteriores de riqueza no provienen de cantera honrada sino del latrocinio mondo y lirondo que no pocos cultivan de abuelos a nietos o bisnietos. En Perú los términos político y ladrón son sinónimos, disimulados con la estupidez de “roba pero hace obra”.

Me dirá el astuto burócrata: pero si todos tienen obligación de hacer declaraciones juradas. Y sostengo que es cierto, pero ¿cómo es que ganando sueldos prudentes pueden muchos viajar allende y aquende, poseer casas en ciudades tan caras como París, vivir sin trabajar, manejar automóviles del año y lucir tarjetas de crédito platino, oro y demás metales valiosos? No hablemos de las casas de playa, terrenos en construcción, flotas de microbuses o camiones industriales, etc.

La mujer del César no solo debe serlo sino parecerlo. Si el pueblo observa las inconductas no debiera parecer raro su disconformidad indignada ni su protesta y repudio para con los cretinos que han entendido que la cosa pública es un toma y daca o que el Dios mercado también regula este ámbito del cáncer peruano que es la corrupción.

Al presidente y a los parlamentarios les paga el pueblo a tiempo completo. No tienen derecho, por lo menos en los cinco años, a vigilar sus negocios privados o a la procura de sinecuras, canonjías o ventajas para sus empresas o a la de sus amigotes que pagaron las campañas con el compromiso -ese muy bien jurado y rejurado- de devolver desde las alturas burocráticas del Estado, todos los favores. ¿O no es así?

En 1980 el muy recordado y querido Nicanor Mujica Alvarez Calderón tuvo la generosidad de proponerme que le reemplazara en su trabajo en una conocida imprenta de Lima porque él se iba al Senado a trabajar por el pueblo. Así ocurrió, Nico fue senador pero yo seguí en el trabajo periodístico mientras que estudiaba en San Marcos. Nótese que la honestidad se verificaba en una devoción completa por la gente. Y quienes conocieron a mi colombroño saben muy bien que sólo cambió su viejo auto Volkswagen escarabajo ya muy entrados los 90.

¡Ningún presidente o parlamentario debe enriquecerse directa ni indirectamente, ni robar ni dejar robar, por eso el Pacto de Billetera Limpia, aunque lo llamen quimera es mas bien un reto y un desafío formidable!

¿Habrá quienes quieran suscribirlo?



“¡Peligro! El pato Donald es populista”

“¡Peligro! El pato Donald es populista”
por Ricardo Ramos-Tremolada; rtremolada@gmail.com

24-1-2016

Implacable, ha caído este fin de semana sobre Washington la tormenta Jonás. ¿Será devorada la capital de EEUU por la ballena? Políticamente, al menos, podría ser. Sucede que la política mundial está cambiando más rápido de lo imaginado, comenzando con Washington DC. A un generalizado sentimiento anti establishment y contrario a las élites políticas, ahora parece sumarse un cuestionamiento de la democracia representativa en sí, que ya no parece funcionar como le gusta a las élites plutocráticas. Y eso lo estamos viendo específicamente en tres países bastante diferentes pero que padecen similares problemas con el sistema político imperante. Me refiero a EEUU, España y Perú.

En EEUU, los jerarcas del Partido Republicano no terminan de aceptar a sus dos candidatos más votados: Donald Trump y Ted Cruz quienes, de acuerdo a las últimas encuestas, cuentan juntos con casi el 60% del respaldo republicano. Contra el primero están los supuestos ideólogos del partido, que hace unos días salieron sin pelos en la lengua en la revista “National Review” en una suerte de manifiesto “Against Trump” (Contra Trump). Por otro lado, en Washington, los representantes republicanos no quieren saber nada de Ted Cruz como posible candidato de su partido. ¿Qué está ocurriendo? Simple: la democracia representativa les está jugando una mala pasada a esos egregios ‘demócratas’ republicanos que acusaron hasta el cansancio a líderes latinoamericanos como Correa, Morales o Chávez de ‘populistas’, la misma tacha que hoy tratan de achacarle a Trump. Siendo que se trata de líderes de tan disímiles ideologías y programas, lo único que tienen en común es que afectan los intereses de esas élites y terminan, por tanto, encasillados como ‘populistas’.

En esa línea, no me extrañaría que, en un hipotético enfrentamiento entre Donald Trump y Bernie Sanders, se olviden de lo dicho hoy y consideren a Bernie como populista, obviamente para desacreditarlo, y terminen apoyando a Trump, olvidándose de sus actuales invectivas. Y es Bernie Sanders quien sigue adquiriendo, contra viento y marea –y contra todo el dinero de las grandes corporaciones- mayor legitimidad entre la población norteamericana, especialmente las minorías, los estudiantes y los intelectuales. Y su mensaje, a diferencia de los demás, es esencialmente principista. Y eso no es poco decir en un mundo como el de hoy. Enhorabuena, pues no todo está perdido.

En España pasa otro tanto con la debacle del bipartidismo PP/PSOE y el auge de Podemos y Ciudadanos. Pablo Iglesias, líder de Podemos, ha puesto contra las cuerdas tanto al PP como al PSOE: de motu proprio se ha ofrecido como candidato a la vice presidencia en un eventual triunvirato con Pedro Sánchez (PSOE) y Alberto Garzón (Izquierda Unida). Muy zorro Iglesias, sin duda, pero no es una blanca paloma (su tono arrogante preocupa y crea lícitas desconfianzas) ni tampoco tiene un pelo de tonto. Sabe que lo más probable es que el PSOE no acepte sus condiciones y por eso juega una carta efectista. Cree que así quedaría limpio de polvo y paja ante el electorado; además, ya nadie lo podría acusar de falta de voluntad política. Sin embargo, ¿qué legitimidad le otorga un 12% del respaldo ciudadano? Escasa. Pese a ello, si PSOE y PP siguen jugando a una democracia de ‘charanga y pandereta’, en unas nuevas elecciones podría recibir Pablo Iglesias el respaldo que sigue perdiendo el PSOE. Y aquí viene mi preocupación: en ese hipotético escenario –Podemos y Pablo Iglesias como eventual gobierno- ¿sería aceptado por los dos grandes partidos que se han repartido el poder en España en las últimas décadas?

Sinceramente, lo dudo. También en España el ‘populismo’ podría ser sinónimo de veto.
Por último, en el Perú –país con un desarrollo económico cuasi modélico en América Latina-, la política parece ser un circo. Hay 19 candidatos a la presidencia y se han dado los más inimaginables pactos electorales. Sin embargo, la gran pelea es, hoy por hoy, por el segundo lugar. Nadie duda que el primer lugar ya tiene nombre propio: Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori, quien dirige la campaña de su heredera desde la cárcel. Y pese al enorme desprestigio de su padre y de su partido –un pasado dictatorial, corrupto y asesino- una porción importante del electorado la prefieren, nos guste o no.

¿Y a qué juegan los 18 candidatos restantes? Eso está por verse. Muchos de ellos ya coquetearon con el fujimorismo y otros están en compás de espera, a ver “si me gano alguito.” Eso es lo triste, en el caso peruano: mayoritariamente, casi todos apuestan por sus propios intereses, que en muchos casos (o quizás en todos) implican potenciales y jugosos negociados desde el poder. Importa muy poco que tengan alguna legitimidad frente a la ciudadanía: el objetivo es llegar al poder. Y sin legitimidad, esa democracia “realmente existente” rodará, indefectiblemente, cuesta abajo, víctima de las maniobras de una casta intocable, todopoderosa y anónima que hace tiempo gobierna el mundo.

¿Y el pato Donald? Los tiempos, sin duda, también están cambiando para él. ……………………….



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