por Herbert Mujica Rojas
27-1-2007
Torre Tagle: ¡de rodillas, siempre de rodillas!
Fiel a su casa matriz, con el propósito inconcuso de no romper la
tradicional pusilanimidad, el canciller José García Belaunde, sostuvo
que "los momentos de dificultad han sido superados, gracias a la
justicia chilena". No por actitud firme o enérgica del Perú, como
debiera ser la actitud invariable de cualquier bien nacido en estas
tierras, sino en pose súbdita, vasalla –y, por tanto, condenable-
atribuye el titular de Cancillería, a la buena voluntad de los del
sur, la aparente solución de un embrollo que causaron adrede, para
esconder profundas broncas y descomposiciones internas y para
abofetear al gobierno del "cambio responsable" del señor García Pérez.
¿Entenderá la administración de García que los socialistas chilenos
que están en La Moneda son más chilenos que socialistas? Es
indesdeñable recordar que fue ¡precisamente! la señora Michelle
Bachelet, cuando era ministra de Defensa, la que llenó de armamento
poderoso, por miles de millones de dólares, al país del sur. ¿Y qué
peligro, real, potencial o "imaginario" tienen los australes?: ¡uno
sólo, el norte! ¿Y qué nación está en el septentrión?: ¡Perú!
Recordemos 1836 y 1879.
Los aspavientos limeños fueron sólo a consecuencia ¡otra vez! que en
el sur, La Tercera, publicó el proyecto de ley que arrebataba, giro
clásico sureño, una porción de Tacna. Y hasta se dice, antes que aquí
se supiera ¡una sola palabra!, que Perú podría determinar la llamada
en consulta a su embajador. Es decir, si el periodismo chileno, en un
combinado movimiento –nada es casual en términos geopolíticos con el
sur- no hacía de conocimiento generalizado el asunto, aquí Cancillería
y el gobierno, habrían seguido ocultando el intríngulis. ¿Por causa de
qué esta cerrazón? ¿Para proteger un TLC que allá se llama como lo que
es y aquí le colocamos el eufemismo de Tratado de Libre Comercio? ¿Ah,
se trata de no torpedear los sagrados intereses económicos de
pandillas empresariales siempre tan afectas a vender cuanto encuentran
en el camino, repartiendo coimas y comprando conciencias?
¿Puede parecer raro el asunto? ¡De ninguna manera! Es casi una actitud
genuflexa, acostumbrada por generaciones en el servicio diplomático
nacional. Da risa ver a un ex vicecanciller fujimorista y ex toledista
metido a pontífice de acuerdos que ¡jamás cuestionó desde su bien
rentado puesto de embajador en Gran Bretaña, reino al que fue con el
título extrañísimo de NO saber inglés! Cierto, también, que no es el
único. Hay otros que tampoco entienden ese idioma y ¡menos el
castellano! Otro tanto ocurre con un traidor militar, firmante de la
infame acta de sumisión de noviembre de 1999 –sobre Arica- que hoy
pretende erigirse en opinante, gracias a la tradicional amnesia
peruana, muy bien fabricada por los miedos de comunicación.
Ha vuelto a decir, el eternamente muerto canciller José García
Belaunde, que el tema de la delimitación marítima con Chile se vería.
No precisó cuándo, ni cómo o por quiénes. La verdad es que ¡no saben
qué decir porque no tienen posición firme y mucho menos han enterado
al país de qué se trata! Además, ¿qué se puede esperar de un ministro
convicto defensor de la adhesión traidora del Perú a la Convención del
Mar que colisiona con el artículo 54 de la Constitución y cercena el
Mar de Grau? Día que pasa y la contradicción orla su ridículo: el
presidente García dice que va a defender las 200 millas, pero buena
parte de su gabinete es proclive a la traición de regalarlo. ¿A
quiénes le creemos?
Cuando en el 2005, Chile admitió la posibilidad del arbitraje en el
tema de la delimitación marítima, Perú debió haber aprovechado esa
circunstancia y con valiente decisión pudo haber marcado un paso
firme, aprovisionando a la opinión pública de conocimientos,
persuadiendo al periodismo nacional a entender que cuando se trata de
la patria, sus límites y su defensa irrevocable, NO hay diferencias de
ninguna clase. Pero ¿qué ocurrió? La pusilanimidad sempiterna,
tradicional, gárrula y genética de altos funcionarios, de arriba a
abajo, destruyeron un magnífico plan contribuyente a la defensa
nacional. Hay documentos y testimonios. Y los conozco ¡de primera
mano!
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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