Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
10-9-2017
Violentismo
terrorista: 25 años después
¿Qué tuvo de revolucionario el terrorismo violentista
desatado por Sendero Luminoso en todo el Perú?
El asesinato de ingenieros, campesinos, policías, soldados,
profesores, científicos foráneos, hombres, mujeres; la destrucción de torres de
energía, laboratorios, instalaciones diversas; la crueldad de los crímenes, la
voladura de cadáveres a posteriori y los coches bomba, paros armados, estado
permanente de terror, el miedo por calles, avenidas, distritos, provincias,
departamentos, ríos, campos y la incertidumbre de saber si mañana se amanecía
con vida, son parte resumida de un glosario de abominables barbaridades en que
incurrió el violentismo terrorista.
¿Quién en su sano juicio podría justificar la más mínima de
estas tropelías que le costaron al Perú decenas de miles de muertos y miles de
millones de dólares en pérdidas materiales? ¿Así se luchaba contra los
problemas estructurales y de toda índole que padecía y sufre hoy, el país?
Sembrando muerte y cavando tumbas, solo se caminó por los oscuros senderos del
terror por y para el terror.
Cuando el 12 de setiembre de 1992 se capturó a Abimael
Guzmán, Perú se apercibió de la chatura y mediocridad de quién se llamó a sí
mismo como una rutilante estrella de la revolución mundial. Ha pasado un cuarto
de siglo y lo que queda de sus huestes ahora quiere organizar su trabajo
político, en el ambiente burgués de elecciones, candidaturas y status quo,
circunstancia que a muchos no convence ¡para nada!
¿Qué hicieron los clubes electorales, entonces y hoy en día?
Poco, casi nada, apenas si disimulan su afán abyecto de prohijar panzones para
ocupar diputaciones, alcaldías, presidencias regionales, ministerios y a falta
de ideas, consiguen éxitos resonantes saqueando las arcas del Estado. Y no
olvidemos que el Estado lo sufragan y pagan los contribuyentes.
Nadie puede dejar de condenar la violencia desaforada del
Estado que creyó que de ese modo respondía al violentismo terrorista con más
violencia e injusticia que mantiene en secreto dónde hay cadáveres de inocentes
caídos por balas indiscriminadas.
Pero tampoco hay que creerse los poemas y elucubraciones pseudo
científicas que pretenden una aureola justificatoria al violentismo terrorista
vía comisiones, lenguaje ambiguo y cobarde y la liberación de criminales so
pretexto de sus derechos humanos. ¡Precisamente, los derechos humanos que jamás
contemplaron cuando acribillaban masivamente a sus “enemigos”!
¿Por causa de qué la televisión pública y privada, en lugar
de promover tantos programas de embrutecimiento colectivo, exaltación de un
color de piel y estereotipo atlético y geográfico de jóvenes, no pasa revista
metódica en todos los noticieros, durante horarios en mañana, tarde y noche, de
cómo fue el violentismo terrorista, con nombres y apellidos y también por la radio
y medios impresos? ¿Ilegítimo? ¡De ninguna manera! Es parte de la lucha
política. Sólo que en Perú hay pusilánimes que sólo quieren vivir del dinero
del Estado, el que reciben mensualmente y el que se roban con licitaciones y
contratos con nombre propio y a través de mil y un trucos, todos actos bribones
para seguir estafando al pueblo peruano.
El violentismo terrorista nunca fue nada más que crímenes
contra el Perú.
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