¡Hagamos de nosotros,
grandes seres humanos!
por David Auris
Villegas; davidauris@gmail.com
10-1-2019
Más allá de románticas promesas como la de seguir alguna
dieta, cambiar el mundo o encontrar nuestra pareja ideal en la web, aceptemos
el reto 2019, aprovechando la maravillosa oportunidad que nos da la vida, la de
escribir a plenitud, extraordinarios momentos como nos sea posible, recorriendo
los insospechados senderos provistos de coraje, determinación, amabilidad y
ataviados con exquisito humor.
Y si al caer la tarde resbalamos por una leve distracción, o
caemos presos de la vana apatía, aún
restan 359 oportunidades para empezar motivados el día con intensa alegría,
enamorándonos de nuestra actividad cualquiera sea ésta, como el soldado
extraño, oteando el horizonte y colmado de esperanza, encumbraremos nuestras
miradas repletos de optimismo haciendo que todo sea posible.
Si nuestro ánimo se ve acometido por la rutina laboral y la
mundana torpeza, la embelleceremos, socorriendo a los demás, con esa fe
inquebrantable, sin causar perjuicio a los demás, fortaleciendo nuestros
músculos como el águila y seremos detallistas con la madre naturaleza,
cultivando jardines regalaremos flores a un desconocido y a nuestra madre
tierra a donde, alguna tarde impensada volveremos a sus brazos, para reposar
eternamente.
Si alguien vulneró nuestra morada emocional, como dijera
Abraham Valdelomar, sin desmayo, continuemos construyendo la patria de nuestro
ideal fraterno y libre, desde nuestro puesto de batalla con lujosa integridad,
prescindiendo retribuciones del resto, pues cada actividad humana es tan
valiosa e importante ya que ocupamos un espacio en el cosmos que permite
meditar al acostarnos o despertarnos para reescribir nuestro misterioso destino
desenmascarado al caer la noche.
Sin importar haber llegado tu media naranja u otros hayan
rasgado nuestra vestiduras, agradezcamos a Dios por disfrutar un día más y
echémonos a construir una familia basada en el amor, fidelidad y la
comunicación sincera convirtiéndonos en extraordinarios padres, excelentes
hijos, inolvidables amistades, estupendas parejas, incomparables hermanos,
respetuosos colegas, tolerantes ante los errores humanos, bajo una energía
bondadosa y lo más importante, no remar contra nosotros mismos, como invocaba
el viejo Whitman.
Si cedemos nuevamente por alguna tontería y no acertamos ser
felices al mediodía, sigamos soñando y no te espantes o lloriquees o maldigas
al mundo, sencillamente riámonos de nosotros mismos alejando la ira irracional,
porque significa que estamos haciéndonos más
fuertes, para tornar a empezar al rayar la aurora como el solitario
trébol que abre sus hojas al saborear la escarcha de la vida o simplemente, imaginemos
nadando al lado de un delfín por los mares del mundo.
Añorando imágenes mágicas de la aldea donde nací, y
rompiendo definitivamente mi triste pasado, recuerdo a Bush padre, cuando
apelando a su fino humor e inteligencia esgrimía que, seamos un lucero más
amable en la vida.
Amable lectores y lectoras, lejos de oscurecer otras vidas
este 2019, hagamos de nosotros un testimonio viviente, ¡Un gran ser humano!