Coyuntura electoral y sus
antecedentes en siete puntos
por Javier Lajo Lazo; javierlajo@hotmail.com
27-3-2016
Excelente análisis de Manuel Guerra el de su texto titulado: La
ardua tarea de superar la herencia fujimorista; (aunque yo no la llamaría
“herencia”, sino “lastre o rémora”) esclarecedor y breve; al que me remito* para
tener una visión clara de lo pasado en estas últimas décadas en el Perú y como
éste pasado influye, presenta y cuadra la situación política y electoral
actual. Pero falta precisar las características de algunas de sus conclusiones,
a saber:
1. Que los ponjas «Fujis» han envilecido y hasta pervertido la
política, la mente y el corazón de más o menos el 30% del electorado.
2. Que esta corrupción "estatal" venía profundizándose
desde la fundación-instauración de esa «república criolla» purulenta que
denunciara Manuel González Prada. Ante la mediocridad para el crimen,
estatalmente organizada, del criollaje nacional, los «Fujis» solo introdujeron
el aporte «japonés» para salvar y reflotar la «República criolla» a punto de
colapsar en los años 80s, podredumbre estatal que radicalizaron el narcotráfico
y el terrorismo criollo colonial "matarife de indios" de Abimael
Guzmán.
3. Sólo el estilo mafioso de los Fuji, salvó del colapso a la
costra burocrática de la República Criolla, y hoy reclaman la legitimidad de su
«roba pero has obra», es decir: "levántate el país pero deja algo para
estos cholos menesterosos». Esta última debe ser la calificación del 30% de
votantes «duros» del fujimorismo.
4. Los verdaderos salvadores del Perú, fueron las Rondas indígenas
de las zonas de emergencia, que salvaron nuestro país derrotando a Sendero,
país que estaba a punto de ser intervenido militarmente por una fuerza armada
multilateral para "frenar el etnocidio" que perpetraba Sendero
(pretexto de los halcones chilenos, la US Army y otros, para destruir y
repartirse el territorio peruano).
5. Ese 30% pervertido políticamente, ignorante y menesteroso, pero
también es la burocracia estatal «coimera» que encuentra en el estilo mafioso
japonés (Yakuza), la forma de supervivir de un Estado criollo cuyo «despotismo
político» caduco ya no funciona, para seguir «gobernando» colonialmente la
diversidad de naciones que bastardamente controla el criollaje.
6. La única salida democrática es la que ya ensayaron los de la
periferia del colonialismo virreynal peruano, es decir Ecuador y Bolivia, cual
es el implementar una nueva Constitución y «renegociar» (para el bicentenario
de la "independencia" criolla) el Contrato Social con las naciones
indígenas y otros sectores marginales, con un nuevo tipo de Estado Unitario y
Plurinacional (tal como reza el articulado de las nuevas Constituciones de los
dos vecinos países), en la búsqueda de un modelo Estatal (¿Uni y Pluri?) que
funcione para acabar con el «saqueo» criollo acostumbrado de RR NN y cholo
barato.
7. Cualquier otra solución o resultado de las elecciones -si es
que se realizan-, tenderá a agravar la confrontación y el conflicto social y
político, entre fuerzas sociales que aun no terminan por identificarse ni
delimitarse bien o que no saben cómo ubicarse políticamente en bloques "nacionales"
que renegocian cupos de poder y de riqueza, ante la crisis final de un Estado
colonial. Si la mafia se impone, con la Fujimori a la cabeza, creo que no
terminará su período y se pronostica una violencia generalizada, en donde todos
los opositores serán encarcelados o muertos acusados de "terrucos"
(esta amenaza ya ha cundido). Si gana otra fuerza derechista
"moderada" o "camuflada" como la de Barnechea o Alan, (cosa
que querrían la CONFIEP, las FFAA y otras instituciones "tutelares"
de la República) dilatarán o postergarán el colapso del Estado criollo,
embalsando la crisis e intentarán remozar y parchar "una camiseta vieja
con demasiados huecos". Y finalmente, si sale elegida Verónica Mendoza,
rodeada por los "caviares" y controlada por la iglesia, que tiene su
garante en el cura Arana como Vice, es muy probable que quieran remozar la
"camiseta criolla" del Estado y dar algunas dádivas a los pueblos
indígenas para seguir controlándolos, como hasta la fecha lo han venido
haciendo, y también dando mayores "prebendas" a los demás sectores
marginados secularmente por el despotismo político de la criollidad peruana,
pero difícilmente cambiarán la naturaleza del Estado.
Estos puntos principalmente, son los que están en la base de la
crisis política electoral actual de nuestro querido y colonial país y del
Estado de la republiqueta criolla “independiente”.