Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
2-1-2015
El refugiado Martín
Belaunde
En las próximas horas, gracias a las tareas de ACNUR,
agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, el señor Martín Belaunde
Lossio, gozaría de esa credencial por la que ningún gobierno podría entregarlo
ni ponerlo a disposición de alguna solicitud de captura o requisitoria de
cualquier especie. El régimen boliviano que preside Evo Morales que estuvo en
Lima hace pocos días, no podría hacer nada frente a una realidad puntual. Es
bueno recordar que la visita de Morales al presidente Humala acabó sin
manifestación de ninguna especie.
¿Cómo salió Belaunde del país y se fue a la altiplanicie?
Parece inobjetable la deducción que el ministro del Interior, Urresti, está
pintado en la pared. Vocinglero y espectacular, se ha creído el cuento que en
Perú todos son más o menos tarados e incapaces de aprehender por causa de qué
los espectáculos circenses. Un amigo me dice: ¡así actúan los militares! Me
temo que para eso no fueron elegidos y así no trabaja ninguna persona decente.
A menos que......
En efecto, se produjeron en los últimos 45 días del 2014,
escándalos que distrajeron a la opinión pública de una manera difusa. Baste
recordar que las actitudes del ministro de Justicia, Figallo, han pasado a
tercer o cuarto plano y en cambio el ridículo de Urresti haciendo propaganda a
los del Movadef y "alertando" contra el peligro de la captura de
Belaunde Lossio que ya había salido del Perú hace rato, podrían llamarse
distractivos.
En tiempos de Fujimori y Montesinos, los psicosociales,
abundaron y a nadie escapa para qué se hicieron y con qué aviesos propósitos.
Sin duda lo que acontece en nuestros días y bajo el amparo del gobierno salido
de las urnas, del presidente Ollanta Humala no es más que una casualidad.
¡Cualquier otro pensamiento es pura coincidencia!
Parece muy lógico que Cancillería a través de su titular
Gonzalo Gutiérrez haya comunicado al gobierno de La Paz que Belaunde Lossio no
reúne las condiciones para ser considerado asilado político. Se desconoce si
acaso aventuraron una situación similar con respecto a la categoría de refugiado
que no la da el gobierno boliviano sino la ACNUR con lo cual más de uno podrá
lavarse -a lo Pilatos modernos- las manos.
En un país normal, las metidas de pata monumentales y bellas
en su torpeza elefantiásica escandalosa de un ministro del Interior, habrían ya
concluido en la renuncia del protagonista. No obstante no una sino muchas
veces, hemos dicho que Perú es un país bendito por sus singularidades, verbi
gracia: ¡aquí llueve para arriba!
Cualquier observador, hasta el más elemental, podría
concluir que la captura y las consiguientes revelaciones de Martín Belaunde
Lossio, aterran a no pocas personas. Pareciera que es dueño el señor del
conocimiento de múltiples intríngulis que comprometerían ante la opinión
pública, el Congreso y ante la justicia penal, a quienes se han encargado, vía
los psicosociales, de evitar la captura y apresamiento del susodicho.
Es hasta posible, ahora sí, entender cómo el gobierno no
echa a la basura la ley juvenil, ante tantas protestas multitudinarias de los
muchachos en las calles. Ensayar una interpretación no está demás: ¡son
dinámicas muy útiles que alejan el tema de Belaunde del foco de la opinión
pública! ¿O no es así, tagarotes pseudo hábiles de las alturas en el centro de
Lima?
Que no sorprenda, pues, que el señor Martín Belaunde Lossio
goce de un status de refugiado. Así lo han querido las casualidades. Poderosos
deben ser los arcanos que guardan mucha información y en torno a la actuación
contra la fe pública, la honestidad o el honor. ¿De qué otro modo puede entenderse
toda esta payasada?
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