por Herbert Mujica Rojas
1-4-2008
¿Copia malos ejemplos Alan García?
¿Estará plagiando el gobierno de Alan García y su deslumbrante
estrella, el ministro de Educación, José Antonio Chang, los manuales o
guías para padres de la Fundación Vamos México y del Sindicato de
Maestros, dirigido por la corruptísima profesora azteca Elba Esther
Gordillo y la ex primera dama de ese país, Martha Sahagún, en Perú?
Alabable que el primer funcionario del país se preocupe de la
educación, sin embargo, hasta hoy no nos dice ¡qué otro mérito, aparte
de ser una de las más eximias operadoras del fraude contra Andrés
López Obrador, el real presidente de México, tiene la susodicha
Gordillo!
¡Olvidaba referir que la señora Gordillo había donado un millón de
dólares para los damnificados del sismo del 15 de agosto en Pisco!
Pero no consultó con nadie en el Sindicato azteca para ese obsequio
que entregó en Palacio y fue muy criticada en México porque, mientras
tenía ese gesto simpático en Perú, no daba ¡ni un dólar a los
damnificados de las inundaciones de Tabasco en setiembre-octubre del
2007, es decir, poco después del agosto fatídico aquí! Reza el dicho,
candil de la calle, oscuridad de la casa. Más aún, ha sido declarada
"Líder Vitalicia" del Sindicato de maestros de México, al mejor estilo
de la ex-URSS. La izquierda azteca no cesa de sindicarla como una de
las esquiroles fautoras de la trampa contra López Obrador.
Pareciera que el siempre bien informado presidente García, no sabe
bien con quién se ha metido y hasta da la impresión que nos quiere
sugerir, al alimón con su potente ministro de Educación, el uso de
guías-manuales que en México fueron un estruendoso fiasco. Estamos
seguros que AGP no cree que todos están tan poco enterados de cómo se
mueve el mundo y en un sitio tan cercano como México. ¿No hay entre el
tumulto de incondicionales, las 24 horas, que tiene el mandatario, uno
bien informado y que pueda pasarle datos impecables y evitar, de ese
modo, que el mandatario camine por avenidas sumamente peligrosas?
En su artículo ¿Cómo gobernar entre todos el país? y sobre las
disciplinas de educación, tránsito, atención comercial y demás
menesteres abordados por el mandatario García, se hace pura terapia
emocional ciudadana. Algo parecido a lo que efectuó Fox (esposo de la
Sahagún) en México, pero allá se hizo con un derroche y boato en
publicidad televisiva para que la gente alentara una sensación de
bienestar vía el estímulo de una afectividad cotidiana mediática. De
ese modo, y esto ocurre no sólo en México dicen los cínicos y
dolarizados publicistas, los pueblos ponen de lado la algidez de los
temas económicos, políticos y, bajo el patrocinio de manuales
terapéuticos, de esos que se venden en los supermercados, producen
fenómenos de idiotización acrítica de las nuevas promociones sociales.
Como la educación constituye leit motiv de sus más dinámicas
preocupaciones, me atrevería a preguntar si el presidente y, sobre
todo, el ministro de Educación, Chang, han tenido la delicadeza mínima
de hacer un esfuerzo de aproximación al Sutep. Gústenos o no, algo
tienen que decir los maestros y su sindicato. ¿Y el Congreso y los
especialistas? ¿O el propósito es más atrevido y quieren pulverizar a
una institución que existe con todas sus taras y raras virtudes, pero
está allí?
Más aún, creo que a alguien se le ha ocurrido que los tales
manuales-guías para padres, fracasados en México, plenos en lugares
comunes, también pueden usarse aquí y bastaría con cambiar las
carátulas, incorporar una foto del jefe de Estado y ¡negocio redondo!
Pero, es conveniente anotar que se estaría pagando derechos de autor y
regalías nada menos que a la Fundación Vamos México de la Sahagún,
paradigma de cualquier cosa, menos de honestidad en el gobierno. Hasta
sus hijos están siendo investigados por la policía en su país.
La facinerosa Gordillo impulsó la confección en México de esa Guía
para padres (manuales, les llama aquí Alan García) que tiene varios
fascículos, está bien diagramada y reproducen "consejos" que son
lugares comunes para que los progenitores se dirijan a sus hijos:
"Cuéntele o léale un cuento cuando ya esté acostado. Acompáñelo un
ratito para que se duerma tranquilo. Después déjelo sólo....." (p. 71,
fascículo de 0 a 5 años).
En la tierra de Benito Juárez, la guía-manual para padres, fue
criticada por los pedagogos mexicanos que la denunciaron como
conservadora, eclesiástica y alentadora de ideas donde la gente es
instruida para que no reclame sus derechos. Algo así como la fábrica
de zombies o idiotas acríticos desde la niñez hasta la adolescencia.
En los pagos de Octavio Paz, la tal guía fue echada al olvido porque a
todos pareció digna del tacho de basura. ¿Se pretende aquí hacer
alguna payasada similar por mala información?
¿Está seguro el presidente García que no confunde el concepto de
corresponsabilidad de Anthony Giddens con terapia emocional al estilo
del doctor Daniel Coleman (autor de La Inteligencia Emocional) e ideas
neoconservadoras y neoliberales sobre el tema de la tributación? Los
sancochados sólo son buenos en la culinaria. En libros o pretendidas
lecciones intelectuales vía el periodismo, sólo producen lugares de la
más palurda vulgaridad.
Tony Blair, siguiendo a Giddens, señala en La Tercera Vía que los
pobres que reciben un cheque de la seguridad social, deben
corresponsabilizarse con el Estado en la educación de sus hijos,
vigilando su preparación y rendimiento. Esa es la idea que hay que
rescatar porque puntualiza y establece deberes compartidos. ¿Es eso lo
que ha afirmado AGP? Me temo que no. En cambio trata de manipular la
propuesta trasladándola al tema tributario, donde insinúa que las
pensiones bajas se justifican porque lo que se cotizó en activo fue
poco y esto sí constituye una traición flagrante a los principios del
Estado de bienestar que preceptuó la Constitución de 1979. Y termina
hablando de fútbol, mezclando la inteligencia emocional con las
frustraciones. Es exactamente lo que hizo Fox aconsejado por sus
asesores en marketing.
Son múltiples y demasiado notorias las metidas de pata recientes del
mandatario García. Como idénticos son los cuasi silencios del 95% de
los miedos de expresión. Por ejemplo, nadie quiere hablar del porqué
se mantiene a un notorio incapaz en la vicecancillería, Gonzalo
Gutiérrez Reinel, cuando éste se ha dado el lujo insólito de poner en
ridículo al mismísimo presidente de la república. ¿Tanto peso tiene el
inepto entre los ineptos e ignorante chilenófilo Allan Wagner Tizón?
Con la excepción honrosa de Caretas, casi ninguna publicación se ha
atrevido a cuestionar el que García Pérez defenestre a un funcionario
brillante como Luis Alberto Salgado, del Consejo Nacional de Derechos
Humanos, y se juegue por las pillerías tributarias que impulsa Baruch
Ivcher, individuo que le mintió al Estado peruano, a la CIDH y a todo
el mundo y así se embolsicó 20 millones de soles con la ayuda de tres
abogángsters que se hacen pasar por juristas, Felipe Osterling, Jorge
Santistevan y Jorge Avendaño. Orilla el mandatario la vacancia por un
hecho de semejante y gravísimo calibre.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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