¡Corrupción obstáculo para la inversión!
por Germán Lench Cáceres; germanlench@gmail.com
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5-1-2023
Según el proyecto de opinión pública de América Latina
(LAPOP), el año 2022 Perú encabeza la lista con la más alta percepción de
corrupción en entre sus políticos con 88%.
La agencia de
marketing Activa Perú -reveló
en una reciente encuesta que el 46,2% de los peruanos confesó que la corrupción
es el principal problema del país. Según la Contraloría General de la República,
hemos perdido más de 24 mil millones de soles por la corrupción.
Las economías donde
hay corrupción funcionan normalmente porque la corrupción impide que las leyes
de la economía funcionen de manera libre. Como resultado, la corrupción dentro
de las operaciones políticas y económicas es causa de que toda la sociedad se
deteriore.
La corrupción
es contraria al crecimiento económico ya que
desalienta la inversión privada al dañar la predictibilidad del sistema
jurídico, y genera un escenario riesgoso para la inversión. Disminuye las condiciones
para la generación de empleo, ya que promueve la incertidumbre jurídica, la inestabilidad
política e inseguridad pública, entre otros.
El capitalismo necesita de la corrupción, aunque las persiga en algunas
de sus formas.
Adam Smith, padre de la economía moderna, en 1776 afirmó en
su obra La riqueza de las Naciones que
un país tiene que tener entre otros, un esquema jurídico de justicia para todos;
para generar confianza e incrementar la inversión y el mayor crecimiento del Producto
Bruto Interno (PBI).
La corrupción en nuestras instituciones tutelares, es un
problema estructural por lo cual debemos adoptar medidas radicales y efectuar un
cambio, ya que este flagelo limita el crecimiento.
Recordemos que
Michael Porter gurú de la
competitividad, nos llamó la atención diciendo que “La corrupción es una de las
deficiencias más graves que limitan el desarrollo”; afirmó que nuestros éxitos de
los últimos años pueden irse al demonio si no limpiamos el sistema judicial.
Me pregunto, ¿cómo
podemos hacer para modificar el funcionamiento de la justicia, desde su
estructura? y si ¿debe ser obligatorio que para ser juez hay que ser abogado?; si no existe la profesión de juez, entonces
pueden impartir justicia finalmente ciudadanos profesionales de experiencia y probos
con otros títulos; asimismo, ¿por qué no tenemos la oportunidad de elegir
a nuestros vocales supremos del Poder Judicial y Fiscalía de la Nación cada 5
años?, así como lo hacemos con el presidente y congresistas.
La corrupción genera, mayor delincuencia, inseguridad, coimas, desempleo
y contribuye a la crisis económica, inadecuada educación, falta de democracia.
Según el
reporte Percepción Ciudadana sobre Gobernabilidad,
Democracia y Confianza en las Instituciones, elaborado por el Instituto Nacional
de Estadística e Informática (INEI), la corrupción y la delincuencia son los
principales problemas en nuestro país. En cuanto a la corrupción, el 63.7% de
la población la ubicó como la principal preocupación. La corrupción está
vinculada al poder político, como el tráfico de influencias, cobro de
porcentajes sobre contratos y licitaciones, fraudes, descuentos compulsivos, otros.
La corrupción
no es un asunto menor, ya que afecta a la vida, de las empresas y del Estado. Al
respecto, López Calera (1997), dice: “la corrupción política, cuando se
convierte en delincuencia común, promueve una crisis de legitimidad en el
Estado social y democrático de Derecho; por esta corrupción política aparecen críticas
al Estado democrático; el pueblo se queja –con toda la razón– de los políticos,
pero finalmente terminan quejándose del Estado a quienes esos políticos dicen que
representan”.
“Si no tenemos policías, jueces, abogados, fiscales y otros funcionarios públicos honestos,
valerosos, transparentes y eficientes; si se rinden al crimen y a la corrupción, están condenando al
país a la ignominia más desesperante y
atroz.” Javier Sicilia
Debemos afrontar la
corrupción que genera desconfianza en las inversiones privadas, esto es clave
para mantener el incremento sostenido del PBI que debe ser 5% anual.
Según Steve Alten
“Lo que hemos creado es una economía de extorsión en la que los ricos se hacen
más ricos, los pobres son más pobres y por lo visto a nadie le importa siempre
y cuando lo llamemos democracia”.