Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
19-4-2021
Oír, meditar, decidir
https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/o%C3%ADr-meditar-decidir
Por razones abstrusas e incomprensibles, los electores
peruanos, a escasos días del inicio de la segunda vuelta presidencial, se
desesperan en mostrar su preferencia, condena, simpatía u odio a cualquiera de
los dos finalistas. Los miedos de comunicación no tienen idea más original que
citar a Mario Vargas Llosa y su confesado soporte a Keiko Fujimori.
Que se sepa el Nobel de Literatura es una pluma brillante y
así lo reconoce el mundo. La frivolidad le convirtió en mentor político, elder
statesman y sapientísimo analista social.
Leer los testimonios en uno u otro sentido da cuenta de
“razonamientos” poco felices, epidérmicos hasta la náusea y elementales y
escritos con yerros ortográficos y falta absoluta de lógica, hasta la más elemental.
Y la pregunta simple pasa por inquirir si ¿no es preferible
escuchar los planes de gobierno de Fujimori y Castillo, las aclaraciones
exhaustivas de sus casos judiciales o vínculos poco claros con sectores
levantiscos y totalitarios, antes de emitir condenas o adhesiones acérrimas?
Si se desconocen esos testimonios puntuales que hay que
desbrozar al milímetro para evitar el gato por liebre o, lo que es lo mismo, un
contrabando grotesco o mayúsculo, ¿cómo pueden cernirse bien ambas
postulaciones?
¿Van a emitir los hoy candidatos, una vez en Palacio,
indultos? Si se gratifica a uno, el resto pedirá igualdad de trato y tendremos
un conflicto gratuito cuyos ecos resonarán en el Palacio Legislativo de
atomizada conformación según los guarismos del domingo 11.
¡Ni más ni menos que una torre de Babel en que todos farfullan
jergas distintas y la mejor fórmula para mostrar al mundo cuan tropicales e
irresponsables podemos ser los peruanos! Los que van a estar en el Congreso y
en Palacio, no llegaron de Marte ni en helicóptero, los pusimos allí los
electores.
Si Fujimori gana ¿quién garantiza que los vientos no
cosecharán tempestades en formas de huelgas magisteriales y regionales en
procura de mejoras inmediatas en diversos aspectos de la organización económica
del país y conquistas laborales?
Si Castillo llega a la presidencia ¿quién garantiza que los
tagarotes acostumbrados a usar al Perú como su chacra privada, con sus
intereses lucrativos criminales, explotación de los trabajadores sin respeto
por leyes y derechos adquiridos, no seguirán haciendo de las suyas?
Un perfecto diálogo de sordos pareciera garantizado tal como
van las cosas.
La vergonzosa dicotomía de escoger cada ciertos años por el
“mal menor” no parece escarnecer a los peruanos. Vivimos en el vaivén
repudiable de inestabilidad, de rateros en la cosa pública y de violentistas,
de arriba y de abajo, que no desean comprender que un nuevo pacto social por
unos 20 años, nos aseguraría un despegue coordinado y del cual no debiera
moverse ningún gobierno y contra cuyo desviacionismo el pueblo podría invocar
el derecho de insurgencia.
Esa incapacidad orgánica de pensar, actuar y decidir se vio
patéticamente reflejada en el rompecabezas electoral del domingo antepasado.
Listas como en una feria y dispersión a granel.
¡Cómo faltan las grandes ideas cardinales y las agrupaciones
capaces de liderar con el ejemplo de su honestidad un gran proyecto nacional y
en pro de un país libre, justo y culto!