por Herbert Mujica Rojas
31-5-2007
¡Políticos ensucian la política!
Sostiene el presidente regional del Callao, Alexander Kouri, que hay
"orquestación política" en su caso y con el protervo afán de
comprometer su carrera política para el 2011. Cuando en Perú alguien o
algunos pretenden envilecer o enturbiar investigaciones sobre las que
hay más de una opinión, muy ríspida por cierto, se vomita el
esperpento que hay motivaciones "políticas". ¡Cómo si investigar la
sospecha de precios demasiado altos y no explicables o de raterías que
aún no se denuncian del todo, fueran actos "políticos"! Si la
política, para la inmensa mayoría del pueblo peruano es cochina y
pestilente, eso que llaman así, es por culpa exclusiva y directa de
los mismos políticos –más propiamente audaces aventureros- que han
incursionado en el lodazal de sus fechorías y culpas que quieren
exculpar echándole la culpa a la "política".
La huachafa frase "ruido político" era una de las preferidas del ex
presidente Toledo. Cualquier discrepancia se la tildaba o motejaba así
para desacreditarla. Como hay indicios razonables para pensar que en
la "vía expresa" del Callao hay costos rarísimos, entonces, el
argumento del señor Kouri es discurrir por el facilismo de llamar
"ruido" al asunto. ¿No sería mejor –y él lo sabe como abogado que es-
que se actúen las pruebas y no anticiparse mañosamente a criterios que
podrían dar más de una sorpresa?
No son pocos los hampones que navegan, en múltiples ámbitos de la vida
cotidiana del país, con bandera de "honestos", "progresistas",
"dinámicos", "modernos". Los pícaros, sinverguenzas que han servido a
múltiples gobiernos, sirviéndose de ellos y para provecho personal y
no para el país, se reciclan y hasta ocupan ministerios teniendo, no
currículas de vida, sino legítimos e incuestionables prontuarios que
harían pasar a rufianes callejeros o de extracción popular, con varias
muertes en su haber, como modestísimos aprendices de zapatería. La
diferencia es que unos están diplomados y otros estudiaron en la
escuela de la vida. ¡Qué consuelo!
¿Tiene que ser sucia la política? Si intervienen en ella caraduras y
cogotudos a quienes el país conoce pero que cuentan con llaves
periodísticas muy bien pagadas para que escondan sus robos, no hay más
mínima duda que ésta será así considerada por las nuevas promociones y
causará en ellas asco y vergüenza. ¿Motivo suficiente para no
intervenir en la política? La estupidez nacional ha permitido que esta
especie se haga muy popular. La primera respuesta del ser común pasa
por un categórico –como ridículo-: "yo no soy político". Entonces ¿qué
se hace en nuestros pagos si todo pasa por la política? El hombre es
un animal político. Que existan políticos animales, es otro tema, más
bien zoológico.
Volvamos al presidente regional Kouri. Dice él, con sibilina picardía,
que los votos le ungieron mayoritariamente en el Callao. De eso no hay
duda porque los números son fríos, como fríos los cálculos de quienes
son parte de su entorno y que proyectan en él un futuro
presidenciable. Pero ¿no sería mejor limpiar bien todos los
claroscuros que rodean esas obras tan cuestionadas camino al
Aeropuerto Jorge Chávez, coto de caza privado de una empresita Lima
Airport Partners que va a ser investigada –esperamos- exhaustivamente
por el Congreso?
¡Hay que destrozar ciertas verdades inconcusas que lo son porque el
acriticismo forma parte de la inmensa ciénaga mediocre en que está
hundido el periodismo nacional! A los jóvenes metidos en el mundo
noticioso, pareciera importar la estridencia y no la savia; la idiotez
y el mohín y no la pulpa y fondo de temas y obras, hechos y sucesos
que determinan cómo marcha el país. Ayer publiqué el criterio
institucional de la Contraloría que se tiene sobre la responsabilidad
penal de la actual ministra de Transportes, Verónica –la de los 5
millones de dólares- Zavala y ¡nadie se sorprende ni cuestiona
semejante irregularidad pública con fondos del pueblo! ¡No importa –lo
digo yo mismo- el vector que da la noticia, tiene un fundamental peso
propio, la comisión de favoritismos que debían ser penados en la
persona de sus fautores! El día que podamos fusilar literalmente a
legisladores, burócratas, ministros, diplomáticos, alcaldes,
presidentes regionales, militares, policías o hasta ediles, por tener
las uñas largas, entonces abrirá el porvenir sus puertas y una gran
revolución acontecerá en el Perú. Porque hemos sido pasto de fieras y
de ladrones, es que el país está como está. Por el imperio de una
cultura de impunidad y sacralización de pillos y sinverguenzas.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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