Tuesday, February 05, 2008

Después de Miraflores, La Breña

Historia, madre y maestra

La tragedia del 79, Alfonso Bouroncle Carreón, Studium, Lima

48 Después de Miraflores, La Breña

Después de esa batalla, hemos visto lo que aconteció en forma
inmediata en Lima, pero también desde ese momento, la guerra tomó un
triple curso, si bien de desarrollo simultáneo, sus realizaciones y
proyecciones, en oportunidades parecieran no tener vinculación entre
sí, además se desarrolla con empleo de recursos diferentes. En el
primero, son las armas, fue la prosecución de combates para expulsar
al enemigo. El segundo, utilizó la política, surgiendo el increíble y
doloroso cuadro de la guerra civil, llena de ambiciones y desaciertos,
en los cuales Piérola, Montero e Iglesias son las figuras de la
vergüenza y, en oposición a ellos, quedaron García Calderón y Cáceres
como defensores del país, y, el tercero, utilizó la diplomacia, el
engaño o la presión para conseguir la paz. Por esas circunstancias se
deben analizar las tres situaciones en forma separada pese a que
formaron un todo superpuesto.

El primer episodio, corresponde a la serie de operaciones militares
conocidas con el nombre de La Breña, cuando la figura excepcional del
coronel y después general Andrés Avelino Cáceres, emergió como el gran
paladín de la defensa del país. Vino arrastrando el peso de casi dos
años de guerra con participación activa y constante. Surgió como héroe
de Tarapacá y renovó dicha actitud en Tacna y después Miraflores, de
donde se retiró herido. No tuvo descanso y, cual ser providencial, se
dirigió a organizar la renovación del ejército y continuar batallando.
Para él no cupieron armisticios ni tratados de paz que no significaren
la retirada total del enemigo respetando la integridad nacional. En su
mente no hubieron intermedios al conocer que podría lograr su
propósito. Conoce la materia prima de que está hecho el peruano, que
no se rendirá jamás, máxime que pueden encontrarse muchos oficiales
con experiencia y conocimientos que seguirán haciendo la guerra.

A los cuarenta y ocho años de edad se sintió en capacidad plena de
culminar su propósito. En lo político, obedecerá a quien gobierne. En
lo militar, pasará a ser el jefe; en este último terreno dejará de
supeditarse a decisiones ajenas que son las que llevaron al país a la
ruina.

Tres meses después, al dirigirse en tren hasta Chicla, por la quebrada
del Rímac, fue meditando sobre las acciones que deberá adoptar para
volver nuevamente a la reconquista del territorio perdido. En esa
forma se inició un nuevo episodio en el cual Cáceres resultó
indomable. Perdió una y varias batallas, pero continuó en la brega. No
le dieron cuartel y lo persiguieron sin descanso, pero supo eludir las
trampas e incluso amagos de asesinarlo, porque los chilenos conocieron
que él fue la resistencia mayor que encontraron y convertido en el más
serio obstáculo a sus designios de ambición territorial, al cual no
pueden engañar ni doblegar diplomáticamente, debiendo hacerlo por las
armas y, no pudieron lograrlo.

Así como el Huáscar es Grau y, el Morro Bolognesi, La Breña es
Cáceres. Sin él, muy poca resistencia se hubiera organizado y los
chilenos hubieran dictado sus condiciones con extrema dureza, mayor de
la que impusieron, ya que en el guerrero de los Andes encontraron la
expresión de una constante y creciente resistencia, que
progresivamente el Perú se fue aglutinando a su rededor y, la
resistencia se fue incrementando en un conflicto de continuo desgaste
que Chile no podía mantener indefinidamente, en el cual su juventud
iba sucumbiendo y desapareciendo y donde sus actos de venganza, por
salvajes e irracionales que fueran, no detuvieron al contrincante,
pues el ejército invasor era muy pequeño para dominar, ahogar y
degollar a los dos millones y medio de peruanos. Y lo que Prado
primero y Piérola después rehusaron o no pudieron lograr, movilizar
los recursos del sentimiento de peruanidad, no porque no existiera,
sino que no lo tomaron en cuenta. Cáceres sí supo hacerlo, al conocer
cómo llegar al sentimiento de unos u otros y, por primera vez en el
conflicto, el Perú profundo se movilizó, no por mandatos, bandos o que
sus patrones así lo indicaron, sino que les nació hacerlo para
defender el terruño y también las escarpadas de los Andes que
constituían su paisaje; en esa forma quedó mezclada la sangre de todos
los peruanos en un solo sentimiento: expulsar al invasor.
Desgraciadamente en cada etapa de la historia y en el acontecer
humano, siempre hay cobardes y traidores y, en el Perú, también se
presentaron, impidiendo que Cáceres lograra su objetivo,
interponiéndose en sus designios, al preferir pactar con el enemigo.
Esa fue una vez más la desgracia nacional. Rencillas y egoísmos
menudos primaron en algunos sobre los intereses de los más. La
ambición de poder cegó a las personas, por eso prefirieron claudicar a
permitir que el ejército nacional encabezado, por Cáceres y secundado
por patriotas natos, de absoluta entereza como Recavarren o Leoncio
Prado y una legión de hombres como ellos, obtuvieran el triunfo que
merecían las armas peruanas. Porque La Breña no la dirigió un dictador
de zarzuela, sino un patriota que había ganado el grado de general en
el servicio y el combate. Por eso la situación fue diferente, lo cual
da una connotación tan sui géneris a La Breña; es única, diferente,
así como la composición y espíritu de la tropa, que sin importarles el
número o calidad de armamentos del contrincante, se lanzaron a la
batalla sin arredrarse. Fueron calificados en peyorativo, como indios
y montoneros, pero impusieron respeto y también temor, hasta llevar a
los chilenos a buscar desesperadamente un arreglo de acuerdo a sus
planteamientos, que en mala hora lo encontraron en el llamado "Grito
de Montán", ya que, pese a sus excesos, crímenes y latrocinios,
cometidos cada vez con mayor salvajismo y sadismo, no pudieron
doblegar el espíritu de la lucha que en forma continua y creciente se
les enfrentó y extendió por el país bajo la inspiración y orientación
de Cáceres, que fue el guerrero del destino condenado a luchar siempre
sin encontrar la victoria, pero ese triunfo que las armas le negaron,
lo recogió en el corazón de sus compatriotas y nimbo de la historia,
pasando su nombre a conformar la triada de héroes que nos legó la
infausta guerra.

Wagner regaló espacio aéreo peruano a Chile

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-2-2008

Wagner regaló espacio aéreo peruano a Chile

Por instrucciones que fueron transmitidas por el entonces canciller
Diego García Sayán, y en ausencia del presidente Alejandro Toledo que
se encontraba en Ecuador, camino a Shanghai, según declaró el mismo ex
vicepresidente Raúl Diez Canseco al Congreso, éste firmó el 17 de
octubre del 2001, el DS 081-2001, mediante el cual aprobó la ilegal
adhesión del Perú al acuerdo de Cielos Abiertos. Un Decreto Supremo
que no fue refrendado por el ministro de Transportes, presente en
Lima, y que nos unía a un acuerdo no vigente aún y que transgredió la
ley vigente de Aeronáutica Civil.

Por razones más o menos entendibles, en el enrevesado lenguaje
político nacional, a Diez Canseco arrimaron el pesado fardo del muerto
y, por mucho tiempo, asumió, porque todo parecía así indicarlo, el
activo y pasivo del yerro monumental. Poco a poco se descorre el velo
que escondía la verdad del asunto y la identidad de los protagonistas
reales de la bestialidad violadora de la Constitución. Ex cancilleres,
diplomáticos mediocres, logresos inigualables, burócratas cómplices y
políticos corruptos han sido los fautores de este asunto que tiene que
ser aún esclarecido.

Para alcanzar tal despropósito, el acuerdo fue disfrazado como un
"Acuerdo Apec" para favorecer intereses privados y fue presentado por
Chile al Perú en reunión de la Comisión Latinoamericana de Aviación
Civil, celebrada en Santa Cruz, Bolivia, el 5 de julio de 2001. Sin
embargo, fue el propio Secretario Ejecutivo del Apec quien, durante su
visita a Lima el 13 de septiembre de 2003, desmintió que el Acuerdo de
Cielos Abiertos fuera un "Acuerdo Apec" como se decía antojadizamente
por las autoridades de nuestro país.

El jefe del gabinete de Niño Diego García Sayán e intermediario fue
nada menos que el entonces yerno de Allan Wagner, el ministro
consejero Augusto Arzubiaga, quien curiosamente el 2007 junto a las
autoridades aeronáuticas civiles, "negoció" un nuevo acuerdo, esta
vez, postergando las quintas libertades por un año pero, sin obtener
beneficio económico de contrapartida alguno para el desarrollo de la
aviación civil peruana. Afortunadamente lo conversado deberá pasar
para su análisis y aprobación por el Congreso aún. O para la ejemplar
sanción en caso de comprobarse inconductas y traiciones contra la
patria.

El llamado Acuerdo de "Cielos Abiertos" estuvo vigente para el Perú a
partir de mayo del 2002, sin embargo, para Chile recién funcionó desde
septiembre de ese año cuando su Congreso lo aprobó, cosa que en el
Perú, por extrañísimas razones, no se cumplió violentando así el Art.
56 de la Constitución Política.

Mediante la adhesión ilegal, se regaló el espacio áereo peruano a
Chile para la explotación, en su beneficio, de las denominadas Quintas
Libertades.

Las quintas libertades permiten a las líneas chilenas recoger
pasajeros en Lima, o cualquier punto del Perú, y llevarlos a Estados
Unidos, el principal mercado del mundo lo que va en desmedro de las
líneas aéreas peruanas, aún en desarrollo. La ilegal adhesión fue
saludada con alborozo entonces por Charlie Ferrero y toda la bancada
toledista.

Wagner, socio de la Comisión Andina de Juristas, de la que es dueño y
patrón, Niño Diego García Sayán, fue ministro de Relaciones Exteriores
en julio del 2002 y, al mes siguiente, en agosto, acordó con la
canciller chilena, Soledad Alvear, que se iniciaran negociaciones
bilaterales "al amparo del Art. 13 Consultas" del Acuerdo. Con ello se
iniciaba la dinámica de un Acuerdo del que éramos parte, violando la
Constitución. Debido a la fuerte presión nacional, se buscaba recién
en ese momento, pero siempre dentro del Acuerdo, un régimen de
beneficio mutuo con Chile.

Los chilenos expresaron su "entendimiento por la situación generada en
el Perú" y en "acto de buena vecindad" optaron por postergar las
quintas libertades a Estados Unidos -que calificaron de sensibles-
pero pidieron, a cambio, las quintas libertades desde el Perú a la
Comunidad Andina. Con tal planteamiento querían tomar pasajeros de la
subregión para llevarlos a Europa, lo que enfrentaba, además, al
régimen andino del que somos parte. Total, era el Perú el que
transgredía acuerdos internacionales. Ganaban en todo.

La delegación peruana no aceptó la propuesta chilena y el MTC de
Richard "Cucharita" Díaz tampoco (el que "negoció" la IV Addenda con
Lima Airport Partners y terminó de regalar el Jorge Chávez a esa
empresita ladrona, ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas!
http://www.voltairenet.org/article148321.html). Wagner coordinó una
segunda negociación para alcanzar un nuevo acuerdo sin importarle la
ilegalidad de la adhesión o el perjuicio consecuente para el
desarrollo de la industria aeronáutica peruana. Chile pidió esta vez,
entre otras cosas, vuelos de cabotaje, es decir vuelos dentro del
Perú.

Ante la nueva negativa de la delegación del MTC, de las líneas aéreas
presentes en las negociaciones y de la presión de la prensa, el 12 de
septiembre del 2003, Wagner y Diez Canseco debieron asistir al
Congreso a reconocer el error y anunciar el proceso de desvinculación
del Acuerdo.

La desvinculación fue otro proceso de transgresión constitucional. ¿A
quién o quiénes cupo este despropósito que discurrió por la denuncia?
lo que, además, fue festejado también con beneplácito por Carlos
Ferrero el 15 de enero de 2004. Fue así como se manejó alegremente la
soberanía aérea durante el toledato. ¡Este es un asunto sobre el que
hay que volver en alguna próxima ocasión para no dejar impune la
violación de la Carta Magna y en "plena democracia"!

Al término de su naturalmente anodina como frívola gestión, en
diciembre de 2003, Wagner Tizón volvió a refugiarse en la Comunidad
Andina de Naciones y gracias a la vulgar razón que Bolivia no había
pagado sus cuotas, éste asumió la secretaría general y, sobre todo, a
gozar de un sueldo internacional en dólares en Lima, en compañía de su
compadre, un viejo empleado de esa entelequia burocrática, el hoy
canciller Jose García Belaunde. Y, recordemos, que tales ingresos
permitieron a Wagner Tizón, comprarse una modesta residencia de tres
cuartos de millón de dólares. ¡Pagan muy bien en esa casa, no hay
duda!

Hay abierto un proceso en la Sexta Fiscalía Provincial por Corrupción
de Funcionarios que se encuentra detenido porque la Dirección
Anticorrupción de la Policía Nacional no puede ubicar al ex canciller
Niño Diego García Sayán quien afirma vivir en el exterior. ¿Es el
único citado? Pareciera que no y lo estamos averiguando. La figura de
la prescripción, lo que parecería una empresa conjunta y coordinada,
está muy cerca si no se ha cumplido ya. Con ello la impunidad, una vez
más, se pasea por calles y plazas a lo largo y ancho de todo el país.

¿Qué puede decir Portapliegos de 2 metros, P2Mts., sobre este
delicadísimo particular que le tiene de protagonista de un obsequio
sospechoso a los del sur? ¿o la prensa, muy bien fletada, tiene la
misión, también, de seguir ocultando su decisiva como necia
participación, culpando a otros intonsos?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

Lea www.redvoltaire.net
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica