Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
26-11-2023
Mentiras “rentables”
https://senaldealerta.pe/mentiras-rentables/
De repente, como predican
los moralistas de novela, el crimen no paga. En cambio, en la política si hay
algo que la gente repudia, odia a muerte, considera abyecto y criminal pero que
está presente en un amplio porcentaje, por encima del 90% de todo escenario de
esta naturaleza, es la mentira, monda y lironda, que sí paga y lo hace con
dólares contantes y sonantes.
La mentira sufraga
propaganda engañosa y, por citar, tan solo algunos casos: convierte los pagos
en impuestos de las grandes empresas, en procesos judiciales que envejecen y,
lo que es peor: ¡no se pagan nunca!
Pero los grandes estudios
de abogángsteres salen a la prensa, declaran y defienden que sus representadas
NO PAGUEN lo que el resto de peruanos sí honra: impuestos.
Ni los partidos, ni la
sociedad, o el Congreso o ningún organismo de control, de cualquier especie o
pelaje, tienen poder, real o formal, para pulverizar los elementos podridos
porque toda la mentira que es el Perú “democrático” tiene ¡absolutamente
corroída sus bases morales!
La política posee transmisores,
los políticos. Pero ¿qué aprenden, como lección príncipe, y fundamental, estos
ciudadanos?: ¡a mentir! Sin la mentira coyuntural o perenne, no son tales,
carecen de capacidad de convicción y están huérfanos de “argumentos”.
Por ejemplo muy simple,
una experiencia que conozco de cerca. La iniciativa de crear una agencia de
noticias alternativa, libre, independiente, audaz que reemplace la basura cotidiana
que las pandillas de poder lanzan al mercado para que la gente crea sus “verdades”,
recibe apoyo entusiástico, vítores de todo tipo.
Pero a la hora de
emprender la marcha triunfal de sufragar sus primeros arrestos ¡entonces, los
soportes virtuales, los paladines ofertantes de fondos, arrugan, mienten
cualquier cosa, retiran su estímulo y, lo que es peor, demuestran que jamás
tuvieron franqueza ni interés, sólo cobardía franca y pusilánime!
¿A qué aspiran los
empresarios que dicen sacrificarse por sus trabajadores si no respaldan esta
clase de iniciativas a las que tan solo contribuyen con algunos billetes? ¡No
ponen el cuerpo, el apellido, la valentía de decir lo que otros callan!
La mentira ha guillotinado
cualquier reclamo porque todo el tejido político se basa en engaños por
conveniencia y la trama discurre por do ut des, en la que si alguien quiere
figuración, sueldo fijo a fin de mes y una parte de la torta, entonces debe
callar y no hacer olas que malogren o cuestionen la putrefacción que, aunque
pestífera, es políticamente correcta.
Ningún partido –o mejor
dicho- los clubes electorales, tiene fuerza para remover a vendepatrias que son
ministros; buhoneros responsables de las instituciones estatales; ignorantes en
Comercio Exterior; a ciudadanos que aún no se han enterado que son titulares de
alguna cartera.
La mentira muy bien pagada,
ha inoculado su concepción acrítica que los puestos importantes deben ser de
“independientes” que no lo son, son más bien embajadores del poder porque son
empleados de bancos, empresas potentes y jamás juegan por los intereses del
Perú sino de quienes les pagan.
¿Puede darse crédito a la
“sociedad civil”? Así gustan de llamarse los consorcios o grupos de amigotes o
proffesional beggars –mendigos profesionales- agrupados en ONGs (Organizaciones
No Gubernamentales) que son islotes que custodian intereses financiados, en la
mayoría de los casos, por USAID o fundaciones como
Los que ayer denostaban
del dólar imperialista, hoy cobran del mismo, protegen líneas de inversión
creadoras o proseguidoras de los grandes problemas porque de ese modo perpetúan
las donaciones abundantes y dolarizadas.
Sostiene la mentira el
edificio del “sistema democrático” peruano. ¿Qué democracia puede ser aquella
en que menos del 5% gobierna como testaferro de poderes de ultramar a quienes
vía cuenta corriente y servicio de la deuda externa, rinden arqueos exactos y
puntuales?
La mentira sí paga. ¿No es
cierto acaso que débiles mentales, idiotas consuetudinarios, nulidades
intelectuales repetidoras de lugares comunes, pasan en Perú como faros de
cultura, estrategas, analistas, sabios, amautas, líderes luchadores y demás
monsergas?
¿No son aquellos vividores
profesionales de dineros raros, los que se halagan entre ellos, se invitan a sí
mismos, rotan por los poquísimos programas políticos y hasta escriben “libros”
para justificar los dólares que reciben del exterior?