Tuesday, May 29, 2007

Huachaferías ministeriales

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
29-5-2007

Huachaferías ministeriales

Como si las ruinas preíncas o incas y los vestigios históricos
formaran parte del haber de una pulpería de barrio, la ministra de
Comercio Exterior, Mercedes Aráoz, acaba de decir: "Kuelap es uno de
los recursos turísticos más importantes de la macro región nor
amazónica. Creemos que va a ser el segundo producto turístico de
nuestro país junto a Machu Picchu. Sin embargo todavía tenemos que
hacer un esfuerzo colectivo importante para ponerlo en valor y
convertirlo en un producto turístico de primer nivel".

Apelando, la misma señorita de marras, a los neologismos afirmó:
"Estamos trabajando en la conectividad bajo el marco del Proyecto Perú
del ministerio de Transportes y Comunicaciones. Hay un compromiso
expreso para trabajar en el desarrollo de las carreteras que
conectarían a Amazonas con el resto de comunidades tanto de Cajamarca
como de Lambayeque……Con la puesta en valor del aeropuerto y la llegada
de aerolíneas estaremos dando el impulso necesario a esta zona porque
ya queremos que empiecen a llegar más turistas".

Es de suponerse que la sapientísima ministra de Comercio Exterior,
para quien la tradición, el Ande, la historia, el culto a los que
murieron por la patria, es basura deleznable, quiso decir que hay que
promover el turismo y que para ello había que garantizar mejores vías
de comunicación. Años atrás, esta idea fue luminoso entusiasmo del ex
vicepresidente Raúl Diez Canseco, quien, como a todos consta, donde
pone el ojo pone el dólar. Y así lo denunció, con certera puntería, en
Dignidad, en el 2002, Roxana Cuba. Hay derecho a preguntarse, como
entonces lo hacía la ceramista: ¿dónde está el negocio? o ¿qué
parentesco hay entre lo de hoy y lo de ayer?

Cuando el legado pretérito se maneja con palurdo cinismo y se
considera que Machu Picchu, Kuélap, y otras ruinas y monumentos
históricos son fábricas de dólares para el gobierno de turno y los
funcionarios de ocasión, entonces, un país sólo merece aquella
sentencia célebre de Pablo Macera: ¡el Perú es un burdel! Todo tiene
precio y tarifa y la conectividad y productividad y demás huachaferías
y neologismos bonitos, sólo maquillan trapisondas y planes de futuro.
¿No hemos visto, hace pocos días, muy orondo y caradura al vendepatria
ex ministro de Comercio Exterior, el representante oficioso del TLC
con Gringolandia, Alfredo Ferrero, muy bien investido con el puesto de
gerente importante? Ya cesó, dicho sea de paso, su cantinela que lo
contrataran en esta administración, pero el robusto alfil del
neoliberalismo aprovecha el pan que sembró desde muy altas esferas.
¿Se repite la historia?

No hay duda que el turismo es una industria sin chimeneas
contaminantes como las mineras que ya tienen hasta sus propias ONGs
para la guerra mediática y legal comprando conciencias y voluntades en
miedos de comunicación y tribunales. Tampoco existe pizca de sospecha
que los puestos de trabajo que el turismo produce redundarán en sus
protagonistas. La pregunta es ¿a qué obedecen esos calendarios
apurados para inaugurar el comienzo de obras sin mayor información a
la opinión pública porque, "felizmente" dicen algunos, Amazonas está
muy lejos? ¿podría publicar el ministerio de Comercio Exterior la
lista de las empresas participantes para que todo el mundo se entere
de quién es quién? ¿será mucho pedir?

No habló ni una palabra en torno a una cultura turística gestionadora
de nuevos paradigmas de comportamiento con el turista externo y con el
de adentro. Por algún vicio inextricable, se tiende a pensar sólo en
el foráneo. Si se promovieran a precio de costo, circuitos turísticos
de promociones escolares entre todo el Perú, habría una formidable
revolución que permitiría que los peruanos abrieran compuertas hasta
hoy cerradas ¡precisamente! por el turismo extranjero que fomenta el
encarecimiento de costos. Como de costumbre, un sector perverso del
comercio pretende, no ganar de a pocos y con paciencia de carboneros,
sino hacerse millonario en dos o tres años. Con precios más cómodos,
se vendería más y la expansión peruanista adentraría más cultural e
históricamente en los propios compatricios. Pero, claro, esto, no le
garantiza a los pícaros, trabajos para cuando dejen los ministerios o
las oficinas públicas. El famoso "pan para mayo". ¿Qué les parece?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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