por Herbert Mujica Rojas
15-1-2009
¡Asesinato de la historia!
Ante el silencio sepulcral de las siempre mediocres castas políticas,
la mudez de periodistas, la tradicional claudicación de diplomáticos y
la muy incomprensible gestión de un gobierno que planteó un año atrás
el caso por delimitación marítima a Chile en La Haya, se está
perpetrando el asesinato de la historia nacional. ¿Qué tan
incomprensible es el asunto? ¿hay explicaciones válidas para fletar lo
que es la negación del recuerdo histórico, la honra a los mártires que
cayeron el 13 en San Juan y el 15 de enero de 1881 (como hoy), en
Miraflores, durante la guerra de rapiña que hizo Chile contra Perú
entre 1879-1883? ¡La ignorancia es madrastra proterva que exhibe a sus
desavisados trebejos en toda su impreparación escandalosa!
Quien pretenda afirmar que la cuita social de los legiferantes
–inútiles aquí como en cualquier parte- para llevar a cabo su
"diplomacia parlamentaria" –costosa, frívola, inane, desaprensiva- en
Chile, los días en que se produjo la invasión que capturó la capital
por varios años y que fue a sangre y fuego porque en la gesta
defensora murieron miles de hombres y mujeres, es una casualidad,
yerra y lo hace a sabiendas que en estas ocurrencias todo sigue un
planeamiento matemático. Para los traidores siempre es preciso dar
muestras de buena conducta, de desapego y la falta de dignidad
patriótica deviene una misión.
Mientras que hay voces protestantes y airadas contra el abuso israelí
en la franja de Gaza, hecho condenable y de la peor barbarie, esos
mismos vociferantes parecieran no darse cuenta cómo les roban la
historia, la fondean bajo toneladas de pretextos dizque noticias y hoy
se ensaya enterrar cualquier referencia a la guerra entre 1879-1883.
Cuando el decoro y la urgencia reclaman por la unidad nacional en
torno a su historia, recordación y evitamiento de los yerros que
fundamentaron ¡esa misma conflagración, pérdida y mutilación de
territorio nacional! el gobierno, su cancillería y el Establo mugiente
de Plaza Bolívar empujan la amnesia nadie sabe con qué fines precisos.
¿Quieren repetir la aciaga experiencia cuando la ocupación? Preciso es
subrayar que no pocos tienen alma de mandarín y vocación cipaya más
que suficiente y meritoria para esos cargos de alcantarilla. Serán,
como antes, los primeros en mezclarse, los validos oferentes de sus
hijas para el cruce genético entendido como inversión y al modo de
antes constituirán los más celosos custodios de la pezuña ajena.
En todos los ámbitos de la vida nacional existe un desapego culposo
hacia la historia, esa dama, Clío, poco amada y de la que no se tiene
nociones sino barruntos débiles. Y no se constriñe esta realidad
dolorosa a las clases más pobres. ¡De ninguna manera! Los más
instruidos, los de dinero, los mundanos, son más bestias e ignorantes
porque obran bajo la premisa que su billete compra todo, hasta la
distorsión del pasado y la torcedura de designios de Estado
invariables desde hace muchas décadas y que son amenaza potencial
desde el sur. Cuando Piérola, ese fantoche que regaló Lima con su
frivolidad criminal permitida por un Estado mayor que debió haberle
puesto en su sitio por la inteligencia o por un tiro entre los ojos,
supo que los chilenos habían llegado a Pisco, recién entendió cuan
cerca estaba la invasión y cómo es que ésta verificó su terrible zarpa
en San Juan y Miraflores en 1881.
La ignorancia garantiza que los pueblos incurran en los mismos yerros
que le condujeron a las mayores desgracias. Si quienes capitanean a
éstos son ineptos, claudicantes, bobos, o están simplemente enfeudados
a proyectos distintos y disímiles, entonces la esclavitud asoma sus
orejas, situación frente a la cual cabe preguntarse:
¿y los hombres libres, y los periodistas, y los estadistas y los
patriotas, dónde están?.
Aquí y no en Gaza; aquí y no en lejanas latitudes está el intríngulis
tremebundo de definiciones superiores o vasallas. ¿Cómo luchar contra
tanta indiferencia? El DNI social peruano posee una vocación
angustiante de reacción tardía cuando ya tiene los grilletes en las
manos y piernas, es decir, al estrenar su prisión moral y real.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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