Educación
ciudadana ante el Covid-19
por David Auris Villegas*; davidauris@gmail.com
16-4-2020
Vivimos tiempos extraños que nos lo recuerda Jürgen
Habermas: “nunca habíamos sabido tanto de nuestra ignorancia”. Estamos
asumiendo nuevas actitudes y desafíos como la cuarentena rompiendo nuestro
hábito gregario, ante un enemigo invisible que si no practicamos la educación
ciudadana positiva, este virus hará añicos a países pobres como Perú con
sujetos reacios a normas de convivencia social.
Ante la imprudente violación de la cuarentena propagando el
virus a los demás, y poniendo en jaque nuestra supervivencia, resulta urgente
la praxis colectiva de una educación ciudadana viva como respuesta a esta
pandemia y las personas a liderar esta cruzada pedagógica son: líderes de
opinión, actores políticos, personajes influyentes y sobre todo la sociedad
activa, asumiendo su histórica y responsable actitud viendo al otro como a uno
mismo.
Educación ciudadana planteada
por la UNESCO, como un conjunto de acciones vividas dentro de la sociedad
cultivando el aspecto cognitivo, socioemocional y conductual para fortalecer la
convivencia social. Positivamente diríamos, un comportamiento conciente,
ético y solidario que en contexto de crisis como el que padecemos, capitaliza a
los actores sociales, empoderándolos para no repetir la historia en futuros
escenarios similares.
Sabiendo que no contamos con rastreadores de celulares y no
poseemos la capacidad de realizar pruebas masivas y una incapacidad instalada
de atender a pacientes del Covid-19, precisamente nuestra única respuesta por
el momento, es el aislamiento social, invitándonos manifiestamente a poner en
práctica nuestra educación ciudadana, ejerciendo una labor solidaria de
responsabilidad social de camino al forzoso raciocinio.
Sin embargo, algunos sujetos atrapados en sus costumbres,
pecando de individualistas sin reparar el costo social que significa contagiar,
perversamente gatillan la vida sana de la mayoría y desacatando la toma de
decisión del gobierno, horadan la democracia, poniendo a debate nuestras
interrelaciones humanas, pateando la cuarentena y la distancia social de
aislamiento obligatorio como una alternativa para atenuar esta pandemia.
En esta línea, la crisis de salud universal empuja a unirnos
y poner en práctica lo obvio, aprender a vivir juntos planteado en el informe
de Jack Delors, enarbolemos el respeto a los demás como clave neurálgica de la
educación ciudadana activa y ejerzamos la actitud tolerante como herramienta empática,
propiciando la práctica de actitudes solidarias hacia los otros que
probablemente seamos nosotros mismos.
Asimismo, esta política de confinamiento, involucra por el
momento a las universidades peruanas mayormente lucrativas que, en vez de estar
preocupados en reabrir sus teóricas clases, es propicio liderar una educación
ciudadana contextual y permear a la sociedad con una actitud de cuidado social,
generando una cultura viva que si contagio a los demás tarde o temprano,
caeremos víctimas de nuestros propios actos reprochables.
Definitivamente, la educación
ciudadana positiva, puesta en práctica colectiva puede marcar la diferencia
entre nuestra supervivencia y la extinción. Más allá de especulaciones teóricas
esta inédita coyuntura es una interesante oportunidad de aprender a ejercer con
responsabilidad intergeneracional ante esta pandemia que amenaza nuestra
existencia, e ir preparándonos mentalmente antes de empezar a convivir
inevitablemente en un futuro cercano con el coronavirus.
Fuentes:
-
Delors, Jacques. La educación encierra un tesoro. Recuperado de: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000109590_spa 11/04/20
-
Habermas, Jürgen. Entrevista. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/cultura/20200404/48295927411/habermas-nunca-habiamos-sabido-tanto-de-nuestra-ignorancia.html
11/04/20
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*David Auris Villegas, escritor y
pedagogo peruano