Informe
Herbert Mujica
Rojas-Señal de Alerta
3-1-2022
Marchas e intenciones disolventes
https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/marchas-e-intenciones-disolventes
El hecho que el ministro del Interior haya comunicado que la
PNP no auspicia u organiza ninguna marcha como la de hoy, no redime del tinte
oficialista y urgente de que se quiere cubrir una administración que en menos
de 30 días tiene sobre sí el doloroso saldo de 30 muertos por balas militares.
Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz.
El gobierno impulsa lo que a su juicio es más beneficioso
para su régimen y la marcha con el nombre de pacificación, difícilmente
encontraría oposición. A menos que se considere como enemigos de la
tranquilidad pública o la concordia nacional, a todos aquellos que sí han
acordado protestar o continuar el movimiento.
Me atrevo a pensar que una clave radica allí: los que
protestan equivalen a la violencia, al desmán, a la destrucción de la cosa
pública y privada. Por tanto merecen, por anticipado, la censura y condena. Algunos,
los que ejercen su derecho ciudadano, carecen de cualquier legalidad porque ya
están clasificados como “violentistas, terroristas, enemigos”.
El balón de ensayo de permitir que la PNP informase vía uno
de sus oficiales de más alto rango, su inclusión motora en la marcha, elevó la
especulación de qué se está haciendo y el porqué de las supuestas razones
valederas para semejante cometido.
El riesgo es evidente y dicho en los términos más serenos
posibles.
Si el asunto viene desde muy arriba, quienes estén en esa
locación, mañana o pasado y de acuerdo a sus preferencias o simpatías, podrían
hacer lo mismo pero con otras motivaciones. Verbi gracia: marchemos en apoyo a
los zurdos; en respaldo a los diestros; por solidaridad con los huérfanos; por
afinidad con todos los que miden más de 1.70 mts.; por comunidad con los
sietemesinos; o identificación con los de nariz larga o piernicortos. Y
absurdos y pretextos sobran.
¿Ganaría algo la sociedad peruana, de suyo un mosaico
inmenso de voces y pareceres inconexos desde siempre? Ni la corrupción o el
desconcierto nacieron hace poco o por la gracia política de seres anormales y
odiadores del Perú. Existen esas condiciones disolventes y corrosivas perennes.
¿Qué piensa alguien del Altiplano si se lo junta con un
lugareño de Talara, por dar un ejemplo? Es legítimo opinar porque es poco lo
que tienen en común, salvo una bandera, un himno y una historia que es a la
vez, demasiadas historias simultáneas, ninguna parecida a la otra.
Si se manipula a un cuerpo policial que tiene misiones
específicas, muchas muy sacrificadas y hasta sublimes, se planta en la base de
esa institución, la explosión libre para que cada quien haga lo que le parezca
mejor o más conveniente o en favor de su interés particular. El colectivo
estaría, primero rajado y en camino a los añicos irreparables.
Entonces los del norte chico, podrían tener sus propios
ídolos y lecturas. Los del sur, temas muy distintos. Los de la Selva, acaso
prefirieran la secesión como hay lecturas absurdas en el sur porque serían
engullidos por otro sur geopolíticamente más hambriento desde siempre. ¿La
historia al revés?
Los insensatos que se entusiasman con las brisas pasajeras,
olvidan con frecuencia que quien siembra vientos, cosecha tempestades.
En tiempos cuando el terrorismo asolaba al país, las
respuestas del Estado vía sus gobiernos, fueron también duras y mortíferas. No
pocas poblaciones fueron víctimas del fuego cruzado cuyo único saldo fue la
muerte de miles de compatriotas.
Las marchas y sus riesgos disolventes no pueden ser
descartados como parte del análisis. En un país tan fragmentado, el juego letal
del teléfono malogrado que comienza en A y termina en Z, con sus intermedios
claroscuros, sólo destruye lo precaria que es la sociedad peruana.
Los consejeros de inteligencia no debieran presumir que son
los únicos que poseen algo en el cerebro. Hay mucha gente, más hábil y al
servicio de la noble causa de cautelar la heredad nacional y su destino, porque
el porvenir nos debe una victoria, que se da cuenta de estos balones de ensayo
so pretexto de la “defensa de la democracia” en cuyo nombre se cometen ¡muchos
crímenes!
¿Qué hacen los partidos? Partidos están, incapaces de
organizar bases leales y sólidas, presas de pandillas y sus dirigencias
mediocres, sin porvenir ni esperanza, porque todos han sido parte del desmadre
cuando tuvieron acceso a puestos de poder.
Que la sociedad quede claramente notificada de cómo se
mueven las piezas en este ajedrez político que tiene mucho de ruin y poco de
savia benéfica. Amén.