¡Amado príncipe, estoy a tus pies y NO lo
has notado!
por Zully
Pinchi Ramírez; zullyarlene39@gmail.com
5-7-2019
Un poema de amor para un hombre a quien
llamo “Señor”
I
Camino viendo
al cielo, es tan alto, grande y azul
es como tú que
no te puedo alcanzar
yo misma estoy
perdida de tanto buscarte.
El cielo queda
en mi cama y tú eres la estrella que alumbra mis males
estoy
embarazada de una obsesión que se niega a nacer para ti.
Mi insomnio me
lastima como una luz que ciega mi realidad
mi sueño eres
tú cuando me miras y no saludas, aunque no me hables
y sienta que
quieres huir o rechazarme no me produces pesadillas.
Duermes con
ella y yo en mi fantasía protagonista, descanso contigo
he dejado a mi
compañero de vida para componer una nueva melodía junto a ti
pero al ver
que no te importa, me reflejo en el espejo roto de tu brillo
he estropeado
al DO y al RE y la voz la tengo apagada, en silencio sin ganas de nada.
II
Tomé un avión,
con doce horas camino a ti, en una vida pasada hubiera venido en barco
para cruzar el
charco de un inmenso mar llamado Atlántico
hoy solo hago
un clic y tus fotos me llevan a ti, a un Facebook, un Twitter o Instagram.
Llevo anclada
18 meses y tu nave no ha soltado sus redes en mis peces
yo te sigo
esperando, anhelando que lances el anzuelo y me dejes segura en tu puerto.
Entre el
plancton y el zooplancton he nadado, buscando salvarte de tu muerte
pero tú vas
secuestrado por Plutón y Marte
me he
preguntado tantas veces ¿por qué es tan complejo poder amarte?
Mi marinero,
no diriges el timón hacía mí, tu sirena y mi cantar
eres como una
veleta en altamar
en un velero
intenté buscarte, pero me has dejado en un faro que alumbra todo
menos el
camino que me haga encontrarte en tu profunda penumbra y soledad.
III
Me revienta el
dolor al ver que en tu amor no consigo
la cura ni la medicina
te amo tanto,
pero no hay penicilina para recuperar la razón y mi corazón arde adentro
como si
tuviera alcohol y con un lamento que no puede calmar la morfina.
Fumando un
cigarrillo en la cocina, muero de desesperación, estoy aquí y
no haces nada,
no te inmutas, tu alma la tienes blanca y congelada.
Romperé el
hechizo, el maleficio, el pacto y levantaremos un altar
nuevo donde haremos
el amor con permiso y licencia del Dios omnipotente
te salvaré de
ese hoyo, echando al diablo y a Morfeo.
Te adoro y te
quiero libre sin atajos ni ataduras
lleno de
colores, en un mundo creado para los dos
amando y
volando con las alas del ángel salvador
mi rey, mi
enamorado, amado príncipe encantado estoy a tus pies y no lo has notado.