por Herbert Mujica Rojas
22-6-2007
¿Quién dice que aquí no se lee?
A propósito de una noticia recientísima (minutos atrás), por la que un
lector se queja de la "muy deficiente y pálida impresión" de ¡Estafa
al Perú! ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas!
http://www.voltairenet.org/article148321.html tomo nota, asombrado,
que el modesto manual sobre las trapacerías de la concesión del
Aeropuerto Jorge Chávez, los robos montados por la empresa
concesionaria y el cúmulo de irregularidades protagonizadas por
Ositran, el MTC, Proinversión y muchos ministros y ministras con rabo
de dinosaurio, alcanzó la reproducción informal y se vende en edición
clandestina y "pirata". ¿Quién dice que aquí no se lee?
Soy el primero en reconocer que no es un tema muy popular. Todos los
periodistas, analistas, estrategas, internacionalistas, embajadores,
líderes populares, burócratas nacionales e internacionales, adalides
políticos, formadores de opinión, que lo recibieron ¡no han dicho ni
una sola palabra! Ni siquiera agradecieron el obsequio. Hay que
entender que el manual o es muy malo o genera conclusiones indigestas
e impolíticas de tocar y activa el riesgo de perder "simpatías". Tengo
mis reservas sobre el primer caso, pero no albergo casi dudas sobre lo
segundo. La pusilanimidad institucional en Perú es casi una constante
histórica.
Sin presentación formal a la fecha, se me negó en días pasados, la
posibilidad de decir unas pocas palabras en el Congreso, en cónclave
de sindicatos de empresas estatales afectadas por los procesos de
privatización y concesión, ¡Estafa al Perú! pareciera concitar algún
interés en quienes quieren conocer cómo es que Ositran pasa por alto
la sobrevaluación que la empresita Lima Airport Partners, LAP,
concesionaria del Jorge Chávez, hizo de las mangas del terminal y
elevó su precio real de US$ 600 a US$ 900 mil, sin mayor asco ni
remilgo. Y esa investigación está hace quince meses en la Contraloría
General de la República, y nadie le pregunta al señor Genaro Matute
¿qué está escondiendo o cuánto o qué le han dado para que proceda así?
Y sin embargo, este individuo asiste de cuando en vez a las reuniones
del consejo de ministros. ¿O no es así amigos titulares de ciertas
carteras y asiduos lectores de esta humilde columna?
Hay que sospechar que a algunos ciudadanos también pica la curiosidad
de enterarse cómo una empresita de undécima categoría como Lima
Airport Partners que ni siquiera existía al momento de "ganar" en
carrera de un solo caballo, la concesión del Jorge Chávez, ha
producido cuatro enmiendas enormes al contrato en menos de cinco años
y ahora quiere saltarse a la garrocha la construcción de la segunda
pista y los bobos de Ositran se hacen de la vista gorda.
De repente hay curiosidad proba de constatar cómo la ministra con rabo
de dinosaurio, aquella a la que la Contraloría General de la
República, ha encontrado pasible de acusación penal por haber
depositado cinco millones de dólares en un banco que después quebró,
la señorita Verónica Zavala, ha encubierto con su lenguaje claroscuro,
lleno de palurdas generalidades, las intenciones manifiestas de Lima
Airport Partners de conseguir más ventajas y elusiones al cumplimiento
del contrato. Dígase de paso que la cacareada inversión externa no
existe. LAP no ha invertido nada, más bien ha endeudado al Perú, por
el orden de US$ 125 millones, con bancos norteamericanos y alemanes.
Los caraduras de esta firmita trabajan con el dinero que produce el
primer terminal aéreo y encima, en alguna época, pretendieron cobrar
un impuesto de uso de aeropuertos a los pasajeros en tránsito. ¡Qué
tal cuajo! ¿No habrán comprado los de LAP, Ositran, Proinversión, MTC
y otros aludidos, toda la edición? De repente, de repente.
No obstante que, sin merecerlo ni haber hecho nada por conseguirlo,
acabo de convertirme en compilador "pirateado" y que mis derechos de
autor de una edición casi de juguete y nada publicitada, parece
agotada, tengo que volver a preguntar, por analogía, ¿quién dice que
no se lee aquí? Si un asunto como la hechiza y tramposa concesión del
Jorge Chávez, agravada por el masivo regalo que este gobierno ha
perpetrado con otros doce aeropuertos de provincias a una empresa
recientemente expulsada de Bolivia por incumplida, Swissport, concita
ediciones clandestinas, entonces, al margen del robo explícito e
implícito que existe, hay que entender que un Perú desconocido,
marginal, informal, empieza a dar muestras de su existencia por calles
y plazas.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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