Monday, October 14, 2024

1879-1883 en busca de la verdad

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

14-10-2024

 


1879-1883 en busca de la verdad

https://senaldealerta.pe/1879-1883-en-busca-de-la-verdad/

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Ha escrito, el Capitán de Fragata (r) Juan Aicardi Elcorrobarrutia y con ese título En busca de la verdad, cuatro interesantes tomos de investigación histórica de los orígenes, causas y hechos de la guerra (1879-1883) y que ya circulan profusamente en nuestro medio.

 

Debo subrayar que siempre he tenido objeciones radicales al nombre que vino del sur: “guerra del Pacífico” porque constituyó una argucia poética para disfrazar lo que fue una masacre de exterminio y destrucción del Perú. La guerra del salitre es un suceso que aún marca la memoria nacional y hay que superarlo.

      

Aicardi apunta una salvedad en su introducción: “Considero importante que la historia narre los hechos como fueron y no acomodados a intereses de una u otra parte, y eso es lo que pretendo en este trabajo. Expondré las pruebas de cómo todo sucedió en realidad, sin disminuir responsabilidades de ningún lado, de forma clara a fin de que el lector llegue a sus propias conclusiones.”

 

Definió la temática de sus tomos el capitán Aicardi:

 

“Quien se interesa por la historia podrá leer este volumen 1; si la preferencia es la geopolítica y la conducción de la guerra, entonces tiene el volumen 2 y, si se preocupa por enterarse de qué forma todos esos hechos repercuten, a través de la educación, hasta nuestros días, podrá verlo en el volumen 3 y los que eventualmente pudieran seguir.”

 

Admoniza ante las posibles críticas intelectuales, Aicardi:

 

“Espero no ser juzgado bajo la lupa rigurosa de la historiografía sino como un peruano curioso y apasionado por descubrir las verdades de una infausta guerra”.

 

Como parte de su entereza, Aicardi expone:

 

“Espero que el lector tome lo que aquí he consignado como una investigación realizada por un viejo oficial de Marina, orgulloso de la tradición naval y que realmente se interesa por la historia de su país y desea poner de manifiesto muchas verdades que fueron enmascaradas, manipuladas, forjadas o impuestas”.

 

De suyo interesante leer el manojo de conclusiones a las que Aicardi llega, en este volumen 1, como parte de su extenso trabajo. Leamos:

 

1)      Chile se preparó para la guerra.

2)      El verdadero objetivo de Chile no fue la costa de Bolivia sino el Perú.

3)      Chile conocía desde 1873 la existencia de la alianza defensiva peruano-boliviana.

4)      Chile solicitó al Brasil su intervención como árbitro, más rechazó el ofrecimiento cuando ya había iniciado las operaciones militares y le había declarado la guerra al Perú.

5)      Chile le ofreció a Bolivia una alianza para atacar al Perú y apoderarse de Arica.

6)      Chile siempre definió su actitud como de recuperación de un territorio que no le pertenecía.

7)      Chile ofreció pacto militar al Brasil para neutralizar Argentina.

8)      Chile saquéo al Perú.

9)      Chile tuvo el apoyo de Inglaterra en la guerra.

10)  Chile no puede aceptar las verdades porque significaría la destrucción de parte de su historia y su justificación para la guerra 1879-1883, lo que afectaría el patriotismo de su pueblo.

11)  Las actitudes de Chile ultrapasaron cualquier idea de diplomacia, rozando el límite de la falsedad.

12)  Chile no respetó la Convención de Ginebra en la ejecución de la guerra, rematando heridos y fusilando inocentes.”

 

En abril de 1879, afirma Aicardi: “Fue en ese momento, con todo el escenario listo, que la guerra irrumpe en la historia nacional trayendo consigo la visión de la triste realidad para el Perú: falta de preparación, falta de material, falta de liderazgo, falta de conciencia nacional y de unión.”

 

Escribe con lacerante franqueza Aicardi:

 

“Leyendo la obra de Basadre, vemos que en 1872, el entonces senador por Piura, había obtenido del Congreso la autorización para un préstamo de cuatro millones de soles para la compra de dos blindados, pero el gobierno de Manuel Pardo, entonces presidente, suspendió dicha compra por dificultades fiscales y se perdieron cincuenta mil libras esterlinas ya pagas al constructor, pero “economizaron” cuatro millones”.

 

“Fue el comienzo del deterioro de la marina peruana y la oportunidad de Chile, que no la dejó escapar, comprando el Cochrane y el Blanco Encalada, terminando con la supremacía marítima peruana, y, evidentemente, permitiendo que Chile continuase con su proyecto de expansión de fronteras”, anota Aicardi.

 

Encomia en honor a Grau y al Huáscar, el capitán Aicardi y subraya:

 

“El Huáscar se convirtió en la pesadilla para la escuadra chilena; entraba y salía de los puertos bloqueados por la escuadra chilena cuando quería, bombardeaba puertos chilenos sin jamás hacerlo contra instalaciones, como tanques de agua potable que afectasen a la población civil, y esa libertad de operación producía la indignación de la prensa chilena, que no entendía ni aceptaba que la escuadra no consiguera detenerlo”.