Thursday, November 05, 2009

El clero, tras sanguinaria traición en la Independencia de México: Evade su responsabilidad histórica con tesis legaloide

El clero, tras sanguinaria traición en la Independencia de México:
Evade su responsabilidad histórica con tesis legaloide
por Rubén Aguilera Martínez; raguila05@aol.com
http://www.voltairenet.org/article162788.html
Sep 2 2009 12:36:48

* La excomunión de Hidalgo y Morelos les incrimina como enemigos de México
* 200 años después, los clérigos rechazan la validez de la excomunión
* Cínica y cobarde actitud de los verdaderos enemigos de México

A menos de un año del bicentenario de la Independencia de México, la
principal opositora y protagonista de esta gesta histórica, recurre a
otra milenaria artimaña para evadir su responsabilidad histórica; la
cínica actitud de la clerecía exhibe una vez más la habilidad de una
pastoral que revalida el refrán popular que reza "mas sabe el diablo
por viejo que por diablo"; se habla de la cruzada que inició el
episcopado mexicano a través del sacerdote Hugo Valdemar vocero y
representante legal de la Institución; quien con argumentos legaloides
negó la excomunión a perpetuidad, de los principales caudillos de éste
legado de libertades.

Para la curia mexicana la satanización y todas las maldiciones
vertidas desde las plantas de los pies hasta el cabello de los héroes
nacionales, tras haber afectado sus bastardos intereses, no son
"válidas", porque si bien fueron excomulgados, el que ofició tal
degradación no estaba facultado oficialmente, y por otro lado fueron
"reconciliados" según su dicho antes de su muerte; legaloide argumento
con el que pretenden borrar la perversa y sanguinaria actitud de un
clero que jamás ha renunciado a sus pretensiones totalitaristas de
poder. De ahí el desconocimiento al acto condenatorio de Abad y
Queipo, el Obispo que sin misericordia satanizó, sentenció y maldijo,
amenazando a todos aquellos que se levantaran en pro de la
Independencia. (Ver anexo excomunión de Hidalgo).

Lo que no menciona el vocero, es que la vileza de los purpurados fue
más allá, cuando la misma historia lo señala (El clero y la
Independencia de México INEHID) en un intento por minimizar la
oposición de la Iglesia romana al movimiento de Independencia; Félix
Navarrete escritor clerical, justifica y minimiza la proliferación de
excomuniones a tres edictos, el de la Inquisición, la del obispo
electo de Michoacán y la del arzobispo de México y eso fue todo, dijo
en su momento.

En su omisión irresponsable, el vocero del arquidiócesis de México,
evade mencionar las que vertió el Obispo de Guadalajara Ruiz de
Cabañas en su edicto del 24 de octubre de 1810, quien escribió
textualmente "adoptamos y vibramos la misma censura (excomunión) que
fulminó..... el obispo de Valladolid".

El 26 de Enero de 1811 la Inquisición presentó un segundo edicto "os
exhortamos, requerimos y mandamos en virtud de santa obediencia y sola
pena de excomunión mayor latae sententiae y pecuaniaria a nuestro
arbitrio... que presentéis las dichas proclamas y cualquier otro papel
sedicioso".

Bergosa y Jordán, Obispo de Oaxaca sigue el ejemplo de sus colegas en
lo relativo a las excomuniones, escribe Pérez Menen: "Para evitar que
sus feligreses se enrolaran en la revolución, Bergosa describía a los
Insurgentes como monstruos, con alas, cuernos, picos, y plumas
similares a los grifos, seres fantásticos de mitología.

González Campillo Obispo de Puebla, fulminó excomunión el 12 de Junio
de 1812 a todos los que escribiesen a favor de la Independencia;
prohibió bajo la pena de excomunión mayor ipso facto incurrenda, la
lectura de los papeles Insurgentes y extendió la misma pena a los que,
poseyéndolos, no los entregasen en un plazo de 24 horas, contadas
desde la publicación del edicto.

A estas posturas radicales y totalitaristas se sumaron la de otros
altos clérigos como Javier Lizana, Pedro de Fonte, Antonio Pérez
Martínez y muchos antipatriotas, que como los de hoy siguen siendo los
verdaderos enemigos de México.

La más reciente declaración la vertió el Cardenal jalisciense Juan
Sandoval Iñiguez, quien sin reconocer los desaciertos de la Iglesia,
se fue sobre el magisterio y dijo: "algún profesor con orejas de
burro" escribió que Hidalgo y Morelos murieron excomulgados; ante ello
exigió "tienen que reformar los libros de texto de educación básica" y
como todos los antipatriotas añoró la época colonial como los mejores
años de México por la huella que dejó su monopolio de fe en santuarios
y obras que les fortalecieron. (La Jornada, Jalisco 7 Sep. 09). En la
entrevista al Cardenal tapatío demostró su compromiso con la cruzada
nacional del Episcopado mexicano para desconocer su responsabilidad en
una excomunión que hoy todos niegan bajo tesis legaloide, "los curas
Miguel Hidalgo y José María y Pavón murieron en el seno de la Iglesia
y no excomulgados".

Una postura que no comparten los investigadores serios y los no
comulgantes con un Estado Vaticano manipulador; ante esto la maestra y
licenciada en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), Magdalena Mas, mencionó para una entrevista del programa
"Entre Café y Noticias", de la Agencia Fronteriza de Noticias de
Tijuana, que el cura Hidalgo, aunque se arrepintió y fue perdonado, no
comulgó, por lo que definitivamente "murió excomulgado".

La maestra dice que el artículo publicado por la Agencia Fronteriza,
recorre el país hablando sobre el inicio de la Independencia de
México, que en 2010 cumplirá 200 años.
La mujer es directora del Instituto Especializado de Historia,
dependiente de la UNAM, que encabeza los festejos del Bicentenario de
la Independencia y Centenario de la Revolución.

TODA LA FUERZA DE LA IGLESIA PARA MAQUILLAR LA HISTORIA

Según la Historiadora y analista en temas religiosos Esther
Castellanos Rojas: "La astucia de los clérigos se da por naturaleza,
lo mismo que su doble moral, es asombrosa su hipocresía, porque bien
saben que de ellos salió el 2.5 % de sacerdotes que se inconformaron
ante los abusos de la Iglesia y sus huestes clericales, entre ellos la
alta cúpula de purpurados y presbíteros quienes no perdonaron a esa
minoría religiosa que impidió sus saqueos y dominio territorial,
ministros antipatriotas que flagelaron a los aborígenes y llevaron a
la condenación, excomunión y fusilamiento a los héroes nacionales".

"Minoría religiosa que valerosamente ofrendó sus vidas, entre ellos
Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Agustín de
Iturbide, Mariano Matamoros, Francisco de Lizana y Beamont, los
frailes Bernardo Conde, Pedro Bustamante, Carlos Medina, Ignacio
Ramírez, entre otros que fueron condenados por la inhumana Iglesia. No
debemos pasar por alto que la sobrevivencia del milenario imperio, no
se debe a la gracia de Dios, sino al manejo de su doble rostro, los
clérigos se han montado en caballo de hacienda, traicionando incluso
sus raquíticos principios de fe, dicho de otro forma, se alinean con
los vencedores y traicionan a sus aliados".
"Por ello en 1810 al contar con el apoyo de Fernando VII en el impulso
de la corona, la clerecía se fue contra los independentistas con toda
la rabia contenida al ver sus intereses trastocados, por lo que la
lucha se tornó encarnizada. Pero para la consumación de la
Independencia en 1821 el clero postrado y viendo en peligro de lo que
le quedaba, por el arribo de Napoleón prefirió pactar y conservar lo
que tenía, así que su sobrevivencia es gracias a su sagacidad y no por
intervención divina". Concluye la historiadora.

Lo que sí queda claro en la historia, es que los enemigos de la
Independencia fueron los clérigos, los mismo que hoy echan las
campanas al vuelo para hacernos creer que forman parte de esa gesta
heroica, o cuando por la defensa de sus intereses así conviene,
lamentable acción que las autoridades disimulan por representar los
intereses de una Institución a la que se deben. Absurda pretensión la
de clarificar los hechos, porque el mismo Papa estuvo de acuerdo con
ésta fratricida lucha; los religiosos y sus comparsas fueron enemigos
de México, aportaron en su momento el armamento y reclutaron a los
elementos (creyentes) que servirían como carne de cañón en la defensa
de sus intereses; sus bastas aportaciones económicas están plenamente
documentadas, y por si esto fuera poco, los asesinos por ellos
reclutados contaban con la supuesta absolución de sus pecados
aumentando su potencial sanguinario, mientras que a los opositores les
fueron negados sus estériles sacramentos.

Los clérigos, en busca de nueva imagen histórica para la Iglesia.

Un clero que se aferra a su lucha de intereses políticos y económicos,
que va con todo en el Bicentenario del 2010 por el respaldo oficial,
su objetivo resarcir su imagen, así fue el anuncio la Arquidiócesis de
Guadalajara al inicio de esta cruzada, (La Jornada 06-23 2008) se
hace, dicen, para atender a la "purificación de la memoria histórica"
sobre la Independencia y la Revolución, la propuesta es del Arzobispo
José Guadalupe Martin Rábago, quién según su dicho esta revisión será
sobre los "verdaderos hechos" lo que pone en evidencia a prestigiados
historiadores y la falsificación de los hechos.

En este sentido llama la atención quienes conforman su equipo
arquidiocesano, el Presbítero José R. Ramírez Mercado como Presidente
Honorario, el Sacerdote Abel Castillo como Presidente, el Presbítero
Tomás de Ijar Órnelas como Secretario y el Sacerdote Alberto Estévez
Chávez y el investigador Francisco Barbosa Guzmán, selecto grupo de
religiosos, quienes ya califican la historia original como
decimonónica, maniquea u otros calificativos que atentan contra la
histórica versión que señala su traición. Los antes señalados buscaran
por consigna lavar la imagen de los sanguinarios religiosos de la
Independencia y sobre todo la de los despiadados Cristeros (hoy
beatificados) el famosos 14 y otros que sin rubor terminaron con la
vida de sus hermanos.

Organizaciones que trabajan arduamente para rebuscar los puntos
legaloides que les permitan reinventar la historia de México, en donde
ya mencionan que la excomunión de Hidalgo no tuvo efecto porque el
Obispo Abad y Queipo no ostentaba legalmente el cargo; éste es el
rostro de la traición del clero, hoy se desconoce al Obispo Abad y
Queipo, sin mencionar que éste ya había sido satanizado por la misma
clerecía, por haber mostrado su desacuerdo ante Fernando VII (1814)
por la actuación del Virrey Calleja y haber propuesto diversas
reformas ante la regencia, entre estas la legislación agraria que
permitiese a los indios el reparto de tierras realengas y su acceso al
cultivo de latifundios.

Cabe agregar que la Iglesia tenía en propiedad la tercera parte del
territorio nacional, razón de más para oponerse rabiosamente a la
Independencia. En este sentido la Iglesia tenía en la mira a quien hoy
desconocen, tras ser nombrado en 1816 Ministro de Gracia y Justicia
por Fernando VII, Abad y Queipo criticó la actuación Española, lo que
le valió el repudio del Santo Oficio; no obstante logró la absolución
por su traición a la corona. Pero a pesar de su postura contraria a la
sublevación y haber excomulgado al Insurgente Miguel Hidalgo, fue
condenado a 100 años por su osadía.

Por lo tanto, los rebuscamientos legaloides de la curia serán un
ridículo para la posteridad, porque es imposible el borrón y cuenta
nueva para pretender cambiar el curso de la historia, los mexicanos de
hoy tienen conciencia del negro historial de la Iglesia, muy a pesar
del esfuerzo de sus pastores por hacer creer que su oscurantismo es
una leyenda o fábula de sus detractores; en fin, están cosechando lo
que sembraron, porque los y las mexicanas que despiertan de su letargo
religioso, saben que hay historias que ni se cambian o borran con un
MEA CULPA.